Herramienta educativa para enseñar a los niños los peligros de los juguetes falsificados
El último Barómetro de la propiedad intelectual entre los jóvenes de 2022 de la EUIPO afirma que el 45% de los jóvenes españoles compró al menos un producto falsificado a propósito en los últimos 12 meses.
En este sentido, la educación y la concienciación desde la escuela sobre el riesgo que entrañan los productos falsificados son clave. Los jóvenes consumidores deben aprender a tomar decisiones con conocimiento de causa, y este aprendizaje comienza desde pequeños.
El proyecto ‘SAFEorFAKE?’, está dirigido a niños y niñas de 8 a 12 años y maestros/as de primaria y en él encontrarás interesantes recursos educativos gratuitos que les ayudarán a ser consumidores responsables.
Esta herramienta pone a disposición de la comunidad educativa una serie de materiales lúdicos-didácticos que pueden ser utilizados tanto en casa, como en la escuela o en actividades extraescolares.
En palabras de MªCruz Arenas, coordinadora del proyecto , “con el toolkit SAFEorFAKE? los maestros tienen todos los recursos necesarios para lanzar nuevos proyectos educativos, ahora que se inicia el curso escolar”.
“Por ejemplo, los alumnos pueden ser diseñadores de nuevos juguetes o autores de un cuento, para poner en práctica sus conocimientos a la hora de proteger sus creaciones. También aprenden a detectar si el juguete que van a comprar puede ser una falsificación. Estos recursos abarcan desde tercero hasta sexto de primaria”, subraya.
A través de estos recursos, los niños trabajan la comprensión del concepto de riesgo no evidente tanto para su salud, el medio ambiente y la sociedad.
Futuros consumidores responsables
En este sentido, los materiales ‘SAFEorFAKE?’ constituyen una herramienta práctica para maestros y familias con la que enseñar y aprender a ser consumidores responsables desde pequeños. Además de ser conscientes del poder que tienen los consumidores con sus decisiones de compra.
Así, los maestros y profesionales de la educación que han participado en el proyecto han valorado positivamente la utilización del juguete como modo de llegar a los alumnos y tratar temas relacionados con el consumo responsable. Además de su enfoque hacia las materias tradicionales impartidas en el aula como ciencias sociales o ciencias naturales.
Al elegir productos originales, los consumidores apuestan por la seguridad, el respeto por el medio ambiente y la economía. La sostenibilidad es una prioridad para todos, mientras que los procesos de fabricación de los productos falsificados no tienen en cuenta el impacto en el medio ambiente.
Estos recursos también están alineados con materias que se imparten en clase, desde la perspectiva del consumo y la realidad social, y con los nuevos modelos de compra online.
Y es que, sólo la compra online de regalos para niños y niñas supone ya el 43% de las compras totales. Mientras que, los juguetes de primera infancia destinados a niños de 0 a 2 años encabezan la lista de categoría de juguetes más comprados en internet con el 60% de las compras, según los datos de un estudio recogido por la Guía AIJU 2021-2022.
Precisamente, el comercio online se ha convertido en el principal canal de distribución de productos falsificados. Más del 50% de las incautaciones de productos falsificados, importados en la UE, están relacionados con el comercio electrónico, según un estudio de EUIPO y la OECDE1.
Peligros de las falsificaciones
Este auge del comercio electrónico ha supuesto también mayores oportunidades para hacer llegar los productos falsificados a los consumidores de todo el mundo. Y los juguetes son uno de los productos que más sufren el problema de las falsificaciones.
En este sentido, y dentro de la línea de trabajo en materia de seguridad de producto, AIJU, con el apoyo de EUIPO, ha desarrollado el proyecto ‘SAFEorFAKE?’ cuyo objetivo es facilitar herramientas para mejorar las habilidades de los consumidores, desde la escuela, para tomar decisiones informadas y reducir la compra de productos infantiles falsificados.
Y trasladar la importancia de la propiedad intelectual y los peligros que entrañan las falsificaciones para la salud de los niños, ya que pueden contener sustancias tóxicas, componentes pequeños con los que se pueden atragantar o materiales inflamables.
Estos materiales educativos también abordan las consecuencias de la compra de juguetes falsificados, desde la perspectiva medio ambiental y económica. No solo para las empresas, sino también para el conjunto de la sociedad, ya que las falsificaciones conllevan pérdidas económicas para las arcas públicas, la ciudadanía y el estado del bienestar.
Además, los delitos contra la propiedad intelectual llevan implícitos a menudo otros delitos graves como blanqueo de capitales, fraude documental, ciberdelincuencia, estafa, producción y tráfico de estupefacientes y terrorismo.
En este sentido, la responsable del laboratorio de AIJU, Ana Sánchez explica que “para motivar y generar interés en los niños, estamos utilizando el juguete como centro de interés para el aprendizaje del concepto de propiedad intelectual o las lesiones que puede causar un juguete falsificado”.
Con este proyecto, añade “ponemos a disposición de padres/madres y maestros una herramienta educativa que permita trabajar las competencias clave del niño, a través del respeto de las creaciones de otros y los valores europeos en cuanto a propiedad intelectual, protección de los consumidores más vulnerables y del medio ambiente”.
AIJU es un centro referente en seguridad de los productos infantiles con proyectos de investigación y formación en la temática, servicios de ensayos, según estándares europeos e internacionales para las empresas del sector y administraciones y en el desarrollo de metodologías propias para evaluación de nuevos riesgos asociados a los productos más innovadores.
1OECD/EUIPO (2021), Misuse of E-Commerce for Trade in Counterfeits, Illicit Trade, OECD Publishing, Paris, https://doi.org/10.1787/1c04a64e-en.
El comercio online se ha convertido en el principal canal de distribución de productos falsificados. Más del 50% de las incautaciones de productos falsificados, importados en la UE, están relacionados con el comercio electrónico, según un estudio de EUIPO y la OECDE1