Barnizado de la madera
Consejos y métodos para el correcto lijado y barnizado de un parquet nuevo o restaurado
Ángel Nevado, presidente de ACIP
24/11/2023La tendencia hoy día son los acabados en base agua, más ecológicos, además de variaciones que consiguen la alteración del color de la madera, el acabado invisible –muy en boga–, acabados extramates, cepillados a la madera… un sinfín de alternativas para el cliente final que puede variar el aspecto de su suelo a lo largo del tiempo para estrenar un nuevo acabado solo limitado por la imaginación.
La aplicación de estos barnices implica, asimismo, una evolución del trabajo del profesional que la realiza, pues conllevan características de aplicación que es necesario conocer y que se acaban normalizando, con el tiempo, mediante la experiencia. Es por ello por lo que me permito, a grandes rasgos, indicar algunos consejos para conseguir un acabado notable para aquellos que tienen menos experiencia con el uso de estos barnices.
Los barnices al agua y los acabados que permiten cambiar el aspecto del parquet marcan tendencia.
La importancia del lijado
Una de las premisas más importantes para lograr un buen barnizado es que haya un buen lijado previo. Si el lijado falla, el resultado será deficiente, por un motivo u otro.
El lijado comprende la operación de desbaste de la madera, masillado de las juntas o nudos muertos y pulido fino al final previo al barniz. Una característica del lijado en la aplicación de barnices al agua es que se han de usar lijas de mayor gramaje que con un barniz de poliuretano al disolvente, tanto para las pulidoras como para las lijadoras de orillas.
El motivo de ello es que los barnices al agua se extienden mucho más que los barnices al disolvente para facilitar, entre otras cosas, una catalización completa. El resultado es que las capas son más finas y, normalmente, se requieren al menos tres capas de barniz, a diferencia de otros barnices para los que, generalmente, es suficiente con dos manos de barniz.
Otra cuestión referida a la mayor exigencia del lijado con los barnices al agua es que las imperfecciones en el pulido las calca más en la superficie. Pero, al mismo tiempo, esto puede ser un valor añadido, ya que los suelos cepillados o las texturas de la madera se trasladan a la superficie manteniendo su inalterable valor, los que permite aspectos más naturales y difíciles de imitar.
Si en algún caso se ha de aplicar una capa de barniz sobre otro barniz existente, un lijado para abrir poro será la mejor ayuda para conseguir esta consolidación. También se pueden hacer pruebas de adherencia, igual que cuando se barniza sobre algunas maderas tropicales. Y es que algunas maderas tropicales son muy grasas y ello conlleva que sea necesario tener un cuidado especial con la elección del fondo o primera capa de barniz a aplicar para asegurar su adhesión. Algunos fabricantes de barniz tienen fondos especiales para este tipo de maderas.
Un buen lijado previo es una condición indispensable para un barnizado satisfactorio.
Capas finas
A favor de las capas finas encontramos que el secado y la catalización son muy rápidos, lo que, unido a su bajo olor o emisiones, hace posible la habitabilidad de la vivienda antes, sin perjuicios adicionales. Así, hoy día es posible barnizar por la mañana y poder entrar en la vivienda por la tarde-noche, si bien la dureza máxima del barniz aún tardará unas semanas en lograrse. Es decir, estará seco, aunque no endurecido al 100%.
Además, los barnices al agua, generalmente, permiten barnizar por zonas una vivienda, con lo que, para aquellos domicilios amueblados que quieran acuchillar el suelo, se podrá hacer por zonas sin que prácticamente se note ningún empalme de barniz. En estos casos, el profesional decidirá dónde se deben hacer los empalmes, generalmente al hilo de la madera, para que no se lleguen a notar nada.
Intervalos de aplicación
Otros aspectos a considerar en el barnizado es que la aplicación de las capas se ha de hacer con un intervalo de tiempo de espera marcado entre las mismas, suficiente para que se pueda lijar –si se precisa– la capa de barniz anterior y que, al mismo tiempo, agarren las diferentes capas entre sí para consolidarse. Cada fabricante de barniz marca estos tiempos abiertos y de secado y se ha de atender a las fichas de aplicación de los mismos.
La aplicación del barniz
En una instalación nueva, lo habitual es barnizar antes de colocar los zócalos, pero, en una restauración de un parquet ya colocado, en muchas ocasiones nos encontraremos el zócalo ya puesto. Además, con la moda actual de colocar zócalos lacados, hemos de ir con cuidado de no barnizarlos también. Para ello, será conveniente el uso de un rodillo para lijar la superficie y una brocha para barnizar las orillas, pudiéndose proteger previamente el zócalo, opcionalmente, para no mancharlo.
En ocasiones, algunos barnices requieren más atención en su aplicación; es el caso, por ejemplo, de los que llevan algún tipo de pigmentación blanca o similar. En estos casos, la distribución se ha de hacer uniformemente en la aplicación y, al lijar entre capas, se ha de buscar un lijado uniforme sin retirar la capa anterior, para evitar diferencias de color debidas a la diferente cantidad de barniz con color residual en el parquet.
La búsqueda de las combinaciones de capas de fondo y barniz de acabado, y la particularidad de lijar o no entre unas capas u otras, se hará atendiendo a las especificaciones especificadas por el fabricante. De este modo, se conseguirán mejores resultados. Por ejemplo, puede ser buena opción utilizar un fondo blanqueado y no lijar entre el fondo y la primera capa de barniz. Si se lija entre la primera capa de barniz y la segunda, existirá menos riesgo de llevarnos el color del fondo que queda por debajo de esta primera capa de barniz.
Atendiendo a los gustos del cliente en cuanto a la cantidad de brillo requerida, la elección de la última capa – sobre todo– será la que, básicamente, determine el brillo final del parquet. En este sentido, la cantidad de variaciones que existen para acabar un parquet son casi infinitas.
Análisis de problemas en el barnizado
Además de un lijado correcto y un barnizado siguiendo todos los parámetros comentados, existen otros aspectos a valorar para evitar las incidencias que, en ocasiones, perjudican un buen acabado.
Algunas de ellas son las siguientes:
- Rugosidad en el acabado. Consecuencia de un lijado insuficiente. Recordemos que el barniz al agua tiene poco cuerpo, es poco grueso y no cubre estas imperfecciones.
- Presencia de granitos en el barniz. Pueden ser varios los motivos, pero el más habitual es que no se ha aspirado suficientemente bien el parquet antes de su barnizado.
- Presencia de burbujas o cráteres. Normalmente es por la aplicación de capas muy gruesas de barniz, que no dejan evaporar el vapor de agua de la mezcla correctamente.
- Manchas en el barnizado. Contaminación o bien del parquet o de los utensilios de aplicación (brocha, rodillo…) Cabe revisar estas herramientas normalmente y llevarlas limpias.
- Aparición de juntas negras en el barnizado de un parquet nuevo. A veces son consecuencia de la cola que queda en la junta, que no es compatible con el barniz y se oxida al contacto con el mismo. Cabe prestar atención especialmente a las colas de silano.
- Variaciones en el brillo dentro de una misma vivienda. Puede deberse, entre otros factores, a que el secado/catalizado se ha hecho de forma desigual. Por ejemplo, si hay corriente de aire, el barniz secará antes y puede quedar más brillante en zonas como, por ejemplo, justo al lado de la puerta de entrada en viviendas en que la puerta da al exterior; en estos casos, es conveniente poner algún trapo o toalla en el suelo por fuera para evitarlo.
Por supuesto, las masillas empleadas para emplastecer deben ser compatibles con el barniz; hay que asegurarse de que los productos a utilizar no estén caducados y efectuar las mezclas en el caso de los productos de dos componentes con la máxima precisión posible y no tanto a ojo. Todo ello revertirá en un acabado que será la mejor publicidad tanto para el aplicador como para el barniz utilizado.
Afortunadamente, la mayoría de incidencias de barnizado se arreglan con alguna capa adicional con lijado previo que permiten corregir brillos, zonas ásperas, suciedad, etc. Solo en el caso de que el pulido de la madera no esté bien resuelto será necesario repetir el trabajo de pulido. Con la consideración de que repetir un pulido, en general, no llevará un desgaste intenso de la capa de madera ya que, salvo que haya golpes, rayas, etc., será suficiente con lijar el acabado con poco desgaste del parquet.
Una vez finalizado, es conveniente no fregar con agua el parquet durante algunos días –las fichas técnicas de cada fabricante nos pueden ayudar en este sentido– y prestar atención al recolocar los muebles en su sitio, ya que el barniz aun estará algo tierno los primeros días. Después de ello, es aconsejable utilizar productos de limpieza adecuados, tal y como ya hablamos en un artículo anterior.