Acabado 'idéntico', gracias al pintado automatizado, en piezas de hasta 1.000 kilos de peso
5 de mayo de 2010
Como ejemplo empresarial del uso de tecnología puntera en recubrimiento industrial, es preciso hacer una parada en la empresa catalana Pintura Industrial Mestres. Esta compañía, especializada en recubrimientos y tratamientos para superficies, dispone de una línea automática de pintura especial para piezas de grandes dimensiones y peso, hasta 1.000 kilos, y una línea automática de pintura específica para piezas de dimensiones medianas. Ambas líneas automáticas aseguran que los materiales a pintar obtengan un acabado idéntico, mediante el control de pintado, la temperatura y el tiempo de secado. En suma, Pintura Industrial Mestres goza de una estructura productiva flexible y polivalente, bajo la premisa de optimizar los recursos existentes.
Un recorrido automatizado de 980 metros
La instalación automatizada, en la que se recubren piezas de grandes dimensiones, se caracteriza por un recorrido de 980 metros en una superficie útil de 2.000 m2. Básicamente, esta línea de pintado incorpora diversos avances técnicos que la hacen muy competitiva. Por ejemplo, el transportador bicarril 'Power and Free', con el que se programa cada bastidor para un ciclo específico y diferente. Es decir, el transportador, que funciona con cargas muy pesadas, gestiona los bastidores de forma independiente. El recorrido, totalmente automatizado, lo determina el programa según la información vinculada electrónicamente a cada bastidor. Así, se emplean, de forma óptima, los recursos a disposición y las configuraciones de las cabinas. Siempre que el programa de trabajo lo haya previsto, el sistema electrónico de gestión
del transportador lleva el bastidor hasta la zona de espera y, posteriormente, lo dirige al túnel de pretratamiento o bien a la zona de aplicación. Asimismo la instalación de dos cabinas de aplicación de pintura, diseñadas por Wagner Itep, aportan una gran polivalencia a este sistema de recubrimiento. Con la incorporación de las dos cabinas se trabaja de forma simultánea y se emplean colores independientes. Para ello, se han instalado cuatro osciladores, 28 pistolas automáticas, a las que se añaden cuatro manuales, todas con carga de corona. Según el programa codificado, los bastidores de piezas se distribuyen, mediante un desvío de carril, a la cabina 1, diseñada para el color predominante, o a la cabina 2, cuyos tiempos de cambio de color son más bajos.
Aprovechamiento de la materia prima y buenas condiciones de trabajo
A la salida de la zona de aplicación, la línea del transportador se adentra en el túnel de gelificación IR por infrarrojos y se eleva rápidamente la temperatura de la superficie de las piezas. Así, comienza un proceso de gelificación del polvo aplicado. En consecuencia, se evitan pérdidas posteriores de pintura, la contaminación entre los bastidores procedentes de las cabinas de aplicación y, en suma, se obtiene un mejor resultado final. Con el propósito de obtener una mayor productividad, las tres unidades de carga, y las dos de descarga, hacen posible que los operadores trabajen en las mejores condiciones, sean cuales fueren las dimensiones de las piezas que se cargan con el bastidor determinado. Además, la incorporación de sistemas elevadores facilita la carga y descarga de piezas de peso elevado.
Cerca de cada una de las dos líneas de pintura automatizadas, se han ubicado dos torres de almacenaje informatizadas que facilitan el acceso y control de la pintura en stock. Asimismo, permiten que el material se conserve con unas condiciones óptimas de temperatura y humedad. La proximidad de estos almacenes de pintura al laboratorio de pruebas agiliza el análisis técnico de la pintura, antes de iniciar el proceso de producción.