Resultados de alta calidad, atractivos y duraderos
Los barnices al agua, “la mejor opción para los suelos de madera”
Muchas personas siguen asociando el lijado y el barnizado del suelo de madera con polvo y un olor insoportable. Pero los avances en técnicas y productos han llevado a empresas como Bona a ser “un referente” en los barnices al agua de poliuretano de base acuosa, comúnmente conocido como barniz al agua.
Barnizar el suelo de nuestra casa, ya no debe ser un problema para nuestra salud y de suciedad para nuestro hogar. Gracias a los barnices al agua, lograremos con la ayuda de un profesional, unos resultados de alta calidad, atractivos y duraderos. Pero si, además, le sumamos la utilización de máquinas de contención de polvo, que permiten eliminar el polvo del aire hasta un 99,99%, dejando el aire ambiental más limpio que antes de empezar a lijar, tenemos la combinación perfecta.
Barnices al agua
Este material garantiza un resultado de altísima calidad, atractivo, duradero y lo más importante con un impacto ambiental y en la salud mínimo. Bien es cierto que el coste de los barnices al agua en comparación con los barnices al disolvente, es un poco más caro, pero a medio y largo plazo ese coste resulta rentable por su alta durabilidad y resistencia al uso diario.
La madera tratada con barniz al agua tiene más resistencia a las manchas de productos domésticos y es más flexible al movimiento y a los cambios de la madera lo que hace que los impactos de objetos contra el suelo sean menos notorios.
Bajo contenido en compuestos orgánicos volátiles
Los compuestos orgánicos volátiles (COV) son compuestos orgánicos químicos que pueden afectar el medio ambiente y la salud humana. Cuando un acabado se ha secado, los disolventes se evaporan y pueden afectar a nuestra salud. Elegir un barniz al agua con un bajo contenido en disolventes, contribuye a un entorno de trabajo mejor y un menor impacto ambiental.
Desde hace más de 100 años, Bona se esfuerza por sacar cada año al mercado nuevos productos y soluciones pensadas para mejorar su impacto medioambiental. Ejemplo de esta apuesta son los barnices al agua, que llevan aplicándose en millones de hogares desde los años 70.