Cepesca pone en marcha el proyecto REDUSE-II
La Confederación Española de Pesca (Cepesca) ha puesto en marcha la continuación de su proyecto REDUSE (REDUSE-II) para contribuir a la implantación futura de un modelo de gestión responsable de redes y aparejos de pesca que incorpore el criterio de la responsabilidad ampliada del productor para el tratamiento y procesamiento sostenible de materiales y promoviendo a todos los agentes involucrados en su ciclo de vida útil.
REDUSE-II implantará pilotos de modelos de gestión en varios puertos de nuestro país y medirá su impacto social, económico y medioambiental. Igualmente, definirá una estrategia con recomendaciones y mejores prácticas para extender estos sistemas al resto de puertos. El objetivo de estas pruebas piloto es generar el conocimiento necesario para garantizar que la nueva forma de gestión se puede escalar con un riesgo operacional mínimo y de forma económicamente sostenible.
REDUSE-II también desarrollará acciones de concienciación, sensibilización y colaboración de los actores marítimo-pesqueros en torno a esta problemática, así como sobre la importancia del cumplimiento de la nueva normativa europea de plásticos, la Ley de residuos y el Pacto Verde.
El proyecto, que tendrá una duración de ocho meses, se desarrolla en colaboración con la Fundación Biodiversidad y el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, a través del Programa Pleamar, cofinanciado por el FEMP (Fondo Europeo Marítimo y Pesquero), que continuará promoviendo la economía circular para el aprovechamiento de la vida útil del aparejo en el sector pesquero.
El proyecto ahora puesto en marcha es continuación del desarrollado en 2021 (REDUSE), que concluyó que un protocolo común de gestión en los puertos pesqueros españoles para el tratamiento de los residuos de las artes de pesca incrementaría la garantía de su gestión correcta, así como de la cantidad de material gestionado, aunque la diversidad de condiciones de cada puerto exigiría adaptarlo a cada situación específica. Igualmente, determinó que las artes de pesca de nylon serían, a priori, más fácilmente reciclables termo-mecánicamente que las de polietileno de alta densidad (HDPE), siendo para estas últimas el procedimiento químico el más adecuado para su reciclaje.