“Hay que formarse como profesional, pero también formarse para ser empresario”
Espacio singular: Sandra Díaz, una peluquera amante de los detalles
En este espacio conversamos con los peluqueros de la actualidad. Son aquellos profesionales que quizás no figuran en la escena mediática con colecciones llamativas, ni aparecen en los medios, ni lideran cursos de formación. Sin embargo, gracias a su innegable talento y vocación, han logrado sacar adelante sus salones y se mantienen constantemente actualizados para brindar lo mejor a sus clientes.
En esta ocasión, tenemos el placer de presentar a Sandra Díaz, gerente del Salón Casting en la calle Sardenya de Barcelona, que ha estado en funcionamiento desde 1995. Sandra, una apasionada de los detalles, ha dedicado su carrera a cuidar a sus clientes y ofrecerles una experiencia única en su salón. En esta entrevista Sandra nos desvela cómo ha logrado convertir su salón en un negocio sólido y próspero.
¿Cómo nace Casting?
Casting nace en 1995 principalmente por tener una mente inquieta y sobre todo por mi profunda vocación en la peluquería. Nació con la ilusión y necesidad de emprender, pero sobre todo de hacer las cosas con mi propio enfoque o a mi manera.
¿Cuál o cuáles han sido los momentos clave que te llevaron al éxito de tu negocio en estos 30 años?
Desde el año 95 ¡imagínate si hemos superado diversas crisis económicas! La pandemia fue un duro golpe, pero sí debo remarcar mi momento clave, sería cuando decidí romper una relación laboral que entorpecía mi evolución. Rodearme de buena compañía en el trabajo es vital para mí.
La lealtad de los clientes es esencial en la peluquería ¿Cómo has logrado mantener relaciones duraderas con tus clientes a lo largo de los años?
Diría que mi principal secreto y el más importante es aparcar mis cuestiones personales en la puerta del salón para ofrecer mi mejor versión a mis clientes y hacerles pasar un rato agradable, esa es mi mejor carta de presentación.
Además de esto es fundamental a formación en cada temporada para ofrecerles siempre nuevos servicios y, ante todo, cuidar los pequeños detalles.
Mi consejo para construir una clientela sólida ha sido buscar el equilibrio perfecto con los clientes logrando un trato profesional y a la vez cercano. Parece algo fácil, pero en realidad es una balanza difícil de equilibrar, sobre todo cuando llevas tantos años.
La industria de la peluquería está en constante evolución con nuevas tendencias y técnicas. ¿Cómo te mantienes actualizada?
Hoy en día tenemos la herramienta magnífica que son las redes sociales, donde con un clic obtienes toda la información que necesitas, incluso cursos online, de los cuales soy muy fan por su practicidad. Pero sin duda, el apoyo que nos brindan las marcas trayendo a grandes profesionales, donde codo a codo puedes aprender de ellos, eso es magia pura. A cualquier profesional que esté empezando, le diría que se forme, que se impregne bien de los grandes y que aprenda siempre desde la humildad.
¿Qué prácticas financieras te han llevado a lograr que tu salón sea?
La parte de finanzas es crucial si quieres evolucionar. Hay que formarse como profesional, pero también formarse para ser empresario, entonces hasta que yo no lo hice, no tuve el control verdadero de mi empresa.
Hice un máster de un año enfocado a mujeres empresarias y mi evolución fue increíble. Hay que tener controlado el ticket medio diario para ver dónde estás fallando. Es indispensable saber cuánto tienes que facturar en tu salón cada hora. Los números nos hablan y nunca se equivocan.
Después de tantos años en la industria ¿cómo sigues desarrollándote como peluquera y qué consejos le darías a un peluquero que quiere comenzar un salón rentable?
Para desarrollarme me formo continuamente con tesón y de cada curso saco algunas de mis “ideas locas” que me motivan a cambiar y evolucionar constantemente.
Soy consumidora férrea de cursos online, me encantan porque puedo ir haciéndolos en ratos muertos en el salón. Mi recomendación para aquellos que tener un negocio sólido o que necesitan un cambio en su negocio es que no se dejen vencer por la pereza, que se formen y aprendan, porque detrás de cada curso hay una aventura y una inspiración para ser un mejor profesional.