David Arnal, fotógrafo especializado en peluquería
Si la fotografía de peluquería tuviera un nombre ese sería el de David Arnal, imprescindible en infinidad de sesiones de grandes de nuestra peluquería. De su pasión nace su buen entendimiento con los peluqueros, que le lleva a crear imágenes de gran belleza, muchas de ellas nominadas a Premios Fígaro o AIPP en varias ocasiones.
¿Por qué decidiste dedicarte a la fotografía profesional orientada a la peluquería?
La verdad es que me aburría la universidad… Siempre quise estudiar cine y la forma más barata y autodidacta de hacerlo fue montando mi primer laboratorio fotográfico. Desde un principio tuve la gran suerte de encontrarme con Tono Sanmartín, un gran amigo y mi gran maestro, duro profesor donde los haya ya que nadie me ha exigido tanto como él.
Actualmente, eres uno de los fotógrafos de peluquería más demandados y reputados del sector. ¿Qué te ha llevado hasta aquí?
El truco está en poder compartir y trabajar con amigos, disfrutar de cada sesión y saber decir no a clientes con los que sabes que no vas a poder disfrutar haciendo lo que haces. Soy muy afortunado de poder decir que el 99% de mis clientes están dentro de mi círculo de amistades. También ayuda el hecho de que siento, entiendo y amo el mundo de la peluquería tanto como el cliente que contrata. Llevo trabajando desde hace unos años con Schwarzkopf Professional: allí somos como una familia entregada y apasionada. Entrar por la puerta de Schwarzkopf Professional es como entrar por la puerta de mi casa, tanto para lo bueno como para lo malo.
¿Cuáles crees que son las características diferenciales que ofreces como fotógrafo?
Creo que esto deberían contestarlo las personas que me contratan… (risas). Sinceramente, lo importante de poder realizar tantas sesiones y que ningún cliente se queje porque sus imágenes se parecen a las de la competencia es una de las cosas que pueden diferenciarme. Año tras año, los peluqueros intentan reinventarse con sus colecciones y no sería justo que yo siempre hiciera el mismo tipo de imágenes. También podría diferenciarme el hecho de que intento documentar mi creatividad con las posibilidades que aporta cada cliente, valorar conjuntamente las necesidades de lo que necesita cada uno en particular.
¿Cuál ha sido el trabajo que has realizado en el sector del que te sientes más orgulloso?
Sin duda, la colección donde pude fotografiar a mi padre, que estuvo nominada en los Premios AIPP 2012.
¿Cuál es el papel del fotógrafo en una sesión de imágenes de peluquería?
Lo principal es entender que es una imagen de peluquería y no de moda; a partir de ahí hay que construir la imagen con cabeza desde la cabeza (risas) e iluminar de la mejor manera cada peinado, hacer entender a la modelo que apenas debe moverse, ya que en las sesiones de peluquería deben ser muy cuidadosas a la hora de realizar poses y movimientos. También hay que intentar que el equilibrio entre el maquillaje, el vestuario y la peluquería sea óptimo para el resultado final. En resumen, el fotógrafo es el que ordena todas las piezas del puzzle para que a la hora de la post-producción el trabajo sea mucho más fácil.
Después de realizar infinidad de sesiones para crear imágenes de peluquería, ¿cuál es la mejor anécdota que recuerdas en un shootting de fotos?
Tengo mil anécdotas, sinceramente no recuerdo alguna en especial. Sí puedo decir que cuando empecé en esta profesión veía con admiración las fotografías de los salones Llongueras, Raffel Pagès o Rizos. Ahora me considero amigo de estos referentes y cuando realizo sesiones con ellos me siento el hombre más afortunado del mundo.
Tras haber ganado varios Premios Fígaro con las colecciones en las que has participado y de ver tu trabajo publicado en publicaciones, ¿crees que todavía te quedan cosas por hacer?
Que yo sepa en casa no tengo ninguna estatuilla Fígaro ni AIPP (risas). No me considero ganador de nada, el día que fotografíe para ganar un premio dejaré esta profesión. Nunca me he presentado a un concurso de fotografía, son mis clientes los que exponen, los que desembolsan el dinero, los que dedican muchas horas para desarrollar colecciones cuando cierran sus salones. Cuando llego yo ya está casi todo hecho.
El secreto para disfrutar de tu éxito en una época tan inestable económicamente hablando es…
Lo principal es tener salud física y mental, entender la situación que estamos viviendo y el gran esfuerzo que hace el peluquero por realizar colecciones. A partir de ahí, hay que disfrutar como un niño de cada sesión, de cada viaje, de cada aventura, de cada problema y sobre todo, cuando algo sale mal, saber buscar soluciones.