La importancia de un equipo motivado en el salón
Sin duda, en una plantilla nutrida de sensaciones positivas todo fluye mucho mejor. Seguramente ya hemos experimentado antes esa sensación en la que se derrocha positivismo, seguridad y confianza. Inconscientemente esta actitud repercute en el desarrollo como trabajador y lo une más al equipo. Cada individuo ha de sentirse único y necesario en el equipo, al igual que sus compañeros. El sentimiento de grupo sólido es aquel en que todos reman en la misma dirección, y cada uno desempeña su propio rol.
Cada profesión tiene sus controversias, y la nuestra no iba a ser menos. Desde mi punto de vista somos artistas. Sin darnos cuenta, estamos todo el tiempo “creando”, con el hándicap de que nuestras obras de arte se realizan en directo y en presencia del cliente, al que, además, debemos atender y escuchar como si fuéramos sus confesores. Esto es lo que realmente desgasta al profesional que poco a poco pierde la ilusión de seguir creando.
Cuando hablamos de motivar a nuestro equipo, a veces pensamos en incentivar. Pero, esta opción normalmente solo es válida cuando se quiere “premiar” a alguien por una acción o logro concreto y suele ir asociado al número de ventas o servicios realizados. Indudablemente una inyección económica ocasional alegra a cualquiera, pero eso no hay que confundirlo con la motivación de grupo. Además, no hace falta ser muy listo para darse cuenta de que quien se motiva solo por dinero, se acaba vendiendo al mejor postor.
"Tienen que ser participes de muchas de las decisiones que se toman"
Para motivar al personal no existe una única fórmula. Seguramente una empresa coaching empresarial nos propondría un sinfín de posibilidades para alcanzar el objetivo, pero nadie mejor que nosotros mismos para conocer los entresijos de nuestra propia empresa. La motivación tiene un componente altamente emocional. Es como las relaciones amorosas, se necesita recordar frecuentemente cuales son los motivos por los que se escogió esta profesión para mantenerse ligado a ella.
Sentimos que nuestro equipo es sinónimo de nuestra familia profesional. Le debemos el cuidado y cariño que le damos a nuestras parejas e hijos. Como en las mejores familias, también existen discusiones, que con diálogo y respeto, se solucionan de forma casi inmediata. Algunas veces cederán ellos, y otras, nosotros.
"No existe mal marinero, sino mal capitán"
Hacer equipo
Tener un buen equipo no es sinónimo de que trabajen y facturen mucho. Tienen que ser participes de muchas de las decisiones que se toman.
Cuando se va a realizar una colección ellos tienen mucho que decir. Hay que dejarles expresar sus gustos, propuestas y procedimientos. Eso no quiere decir que se vaya a hacer tal y como dicen, pero si hace que conozcamos su forma de pensar, se impliquen en el proyecto y desarrollen su creatividad. Aquí la función del coordinador es crucial puesto que unas veces se aceptaran sus propuestas y otras, no. Él será el encargado de aunar las ideas y desechar las sobrantes de acuerdo al criterio preestablecido. Probablemente el fruto de este trabajo será uno de los que más motive al equipo.
Nuevo uniforme
Todos tenemos días flojos en los que el salón produce menos. Entonces, ¿porqué no ir una tarde todos de compras? Estoy seguro de que en temporada baja todos nos podemos permitir el capricho de cerrar una tarde el salón, trasladando los clientes al día siguiente, para sorprender a nuestro equipo con una tarde de compras para adquirir su nuevo uniforme. No es sino motivar al personal permitiendo que elijan y personalicen su vestuario en función de lo que les gusta y les queda bien.
Escogen el modelo, se lo prueban, lo comentan, se divierten, y lo mejor es que ¡al día siguiente estrenan modelito en el curro! Y todo a costa de la empresa.
Horas extras
Desde hace ya unos cuantos años los convenios colectivos dicen que las horas extras han de tender a desaparecer. En realidad las horas extras funcionan muy bien cuando la empresa valora más el tiempo que se dedica a desarrollar el trabajo que la calidad del mismo. Por eso, es preferible adaptar la jornada a los picos de trabajo. Muchas veces, bien por formación o por otro tipo de cuestiones, necesitamos que nuestro equipo esté disponible fuera del horario de apertura. Si cuando se confecciona el calendario anual escuchamos sus propuestas, seguro que podemos compensar algunas jornadas extraordinarias con “puentes” que a todos nos apetece disfrutar de vez en cuando.
Experiencia relajante
Cuando se avecina una temporada de mucho trabajo, ¿por qué no sorprender a nuestro equipo unos días antes con una jornada en un spa?
Sorpréndeles: Una mentira piadosa para hacerles llegar al destino, por ejemplo una jornada de formación que se convierta en un conjunto de experiencias relajantes: limpiezas de cutis, masajes y, para terminar, unas aguas termales. El único objetivo es recuperar fuerzas antes de los días de estrés. Un regalo, sin duda, inesperado y, si lo analizamos, no tan costoso que repercute en el trato al cliente.
"Quien se motiva solo por dinero, se acaba vendiendo al mejor postor"
Por José García Peluqueros (Pamplona)
Equipo artístico Schwarzkopf Professional