Pescados y Mariscos Mariskito - Caviar del Tibet - Pulpo
Pulpos congelados: de 2-3 kg
El pulpo es un molusco cefalópodo que posee ocho brazos con dos filas de ventosas en cada uno de ellos. Se caracteriza por tener el cuerpo blando con un cerebro bien desarrollado y dos ojos grandes y complejos que le proporcionan una buena visión. Pueden llegar a cambiar de forma muy rápida el color y la textura de su piel. Pasan gran parte de su vida escondiéndose entre las rocas y agujeros naturales, pudiendo muchas especies llegar a crecer hasta 1 m de largo.
Es muy habitual encontrar en los mercados el pulpo congelado sin cocer. El motivo por el cual no solemos encontrarlo fresco es porque quedaría demasiado duro al cocinarlo. Antiguamente el pulpo se “mazaba” (golpear) antes de cocerlo para romperle las fibras de su carne y así ablandarlo. Es evidente que por la complejidad del proceso, esta costumbre ha perdido arraigo, teniendo el proceso de congelación los mismos efectos sin que el pulpo pierda calidad.
Forma de cocinar:
Para preparar cualquiera de las recetas más típicas con pulpo (a la gallega, a la vinagreta, a la parrilla), lo primero y más delicado es cocerlo. Para cocerlo, debemos lavar bien el pulpo y poner agua a hervir en una olla grande. Hay quien no le añade nada al agua, ni siquiera sal. Otros le ponen una cebolla y laurel. Cuando empiece a hervir, lo metemos y sacamos tres veces de la olla para dejarlo finalmente cociendo; esto es lo que se llama “asustar el pulpo”. Lo dejamos cocinarse entre 30 y 50 minutos, dependiendo del tamaño del ejemplar. Por último se escurre y se corta en función de cómo queramos prepararlo.
Para el “pulpo a la gallega”, simplemente se añade sal gorda, aceite de oliva y pimentón.