Las galletas consolidan su crecimiento sostenible y alcanzan los 1.702 millones de euros en facturación
Produlce, la Asociación Española del Dulce, celebra el impacto económico, social y cultural de la galleta, fundamental en los hogares españoles y líder en el mercado por su gran diversidad y adaptabilidad a las demandas del consumidor. En 2023, las galletas reafirmaron su posición como una de las categorías más relevantes del sector del dulce. Con una facturación de más de 1.700 millones de euros y un volumen de ventas de casi 480.000 toneladas, han demostrado su capacidad para adaptarse a los desafíos y fortalecer su posición en el mercado global.
Su variedad, desde las galletas tradicionales hasta las más saludables, y su capacidad de innovación las han convertido en un producto clave, según los últimos datos extraídos del ‘Informe del sector del dulce en España 2023’ elaborado por la Asociación.
Rubén Moreno, secretario general de Produlce, explica: “El sector de las galletas se encuentra en un momento clave. La industria no solo ha logrado mantener su crecimiento a pesar de los desafíos globales, sino que también ha sido capaz de adaptarse a las nuevas exigencias del mercado, especialmente en términos de sostenibilidad e innovación. Este doble enfoque, junto con su fuerte base de producción nacional y su rol en la generación de empleo, garantiza un futuro sólido y equilibrado para el sector”.
Motor de empleo y dinamización rural
El sector de las galletas genera impacto más allá de las cifras económicas, consolidándose como un motor de empleo estable y de calidad. En 2023, el empleo directo en el sector creció un 7,8%, reflejando la apuesta por posiciones fijas y de alta estabilidad laboral, con un 98% de contratos indefinidos.
Dentro del sector del dulce, más del 80% de las empresas están ubicadas en pequeñas localidades, contribuyendo de manera decisiva a la fijación de población y la dinamización de las economías locales. Aunque este dato abarca a toda la industria, la producción de galletas tiene un arraigo aún mayor en zonas rurales, donde impulsa cadenas de suministro locales, desde proveedores agrícolas hasta logística, fortaleciendo el tejido económico de estas regiones.
El arraigo rural del sector y su capacidad para equilibrar tradición e innovación permiten que las galletas no solo generen empleo, sino también actúen como un vehículo de desarrollo social y económico allá donde se encuentran.
Exportaciones: competitividad en los mercados internacionales
El desempeño exportador de las galletas reafirma su papel como un referente del sector del dulce. En 2023, las exportaciones de galletas alcanzaron los 629 millones de euros, consolidándose como la segunda categoría más exportada del sector, después de los caramelos y chicles.
Europa continúa siendo el principal destino de las galletas españolas, con mercados clave como Portugal y Francia. Este éxito exportador se basa en la capacidad de las empresas galleteras para innovar, responder a las demandas globales y cumplir con los estándares internacionales de calidad y sostenibilidad, lo que las posiciona como referentes en mercados altamente competitivos.
Innovación y sostenibilidad: pilares del futuro
El compromiso del sector de las galletas con la sostenibilidad y la innovación es clave para su crecimiento. Las empresas no solo se adaptan a las demandas actuales del mercado, sino que también lideran iniciativas que aseguran su competitividad a largo plazo. En el ámbito medioambiental, estas compañías han adoptado medidas para minimizar el impacto de su producción, con un enfoque en la utilización de envases más sostenibles y reciclables y reduciendo el uso de plásticos, alineándose con los objetivos globales de sostenibilidad.
En términos de innovación, las galletas españolas lideran el mercado con opciones que se adaptan a las tendencias actuales de consumo: desde galletas sin gluten e integrales, enriquecidas con fibras, proteínas o ingredientes funcionales y reformulando productos para reducir azúcares y grasas.
"El sector de las galletas demuestra que la innovación y la sostenibilidad no son objetivos separados, sino motores interconectados que garantizan su competitividad y relevancia en el mercado global. Las empresas han sabido reinventarse para atender tanto a las tendencias de consumo como a los retos ambientales, lo que asegura un crecimiento sostenido y responsable", asegura Rubén Moreno.