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Siguiente paso hacia la excelencia

10 pasos hacia la iluminación. Parte II

Felipe Rebollo Gómez, ingeniero industrial, formador y consultor Lean29/01/2018

En mi anterior artículo publicado por el Grupo de Comunicación Interempresas, bajo el título ‘10 pasos hacia la iluminación, primera etapa del largo camino en busca de la excelencia’, incidía sobre el aspecto más relevante que desencadena el proceso de transformación de la organización la ‘Iluminación’ y, a partir de esta etapa, la transformación de todas sus personas y ellas gracias a la visión necesaria de su máximo responsable.

Aun siendo relevante porque sin esta etapa no se dan las siguientes, casi el desencadenante es lo de menos, pero en todos ellos se mantiene una constante, la necesidad de mejorar la situación competitiva en un entorno cada vez más global, cambiante y exigente (estos últimos tanto en sentido externo como interno).

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Otra vez a vueltas con los 4 puentes que cruzan el Valle de la muerte operativa

Como indicaba en citado artículo, 4 son los puentes que nos conducirán a la excelencia, meta y objetivo trascendental de este viaje. Responden estos al orden lógico en que los eventos han de desarrollarse para poder asegurar no solo la pervivencia del proceso de transformación sino la consolidación (para posteriormente mantener esta tendencia) de los beneficios de las herramientas. No olvidamos aquí la transformación profunda de la organización, que este proceso puede conseguir.

Revisemos nuevamente las 4-Is:

  • Iluminación: por múltiples motivos, razones o simplemente caminos llegamos al estado de iluminación en el que se hace la luz. Llegamos al pleno convencimiento de que debe haber otra manera. Descubierta esta verdad absoluta nos elevamos mental y profesionalmente. Si, sabemos cuál es nuestra visión, y ya sabemos cuál es nuestra misión. ¡Y por supuesto, es nuestra decisión! Para mas información y detalle de los 10 pasos hacia la iluminación ver el artículo citado en el encabezamiento de este artículo.
  • Inoculación: los demás nos encuentran diferentes, optimistas, dicharacheros, estamos encantados de compartir nuestra visión y de contagiar a todo el mundo, cuantos más mejor y cuanto más fuerte también mejor. Llegados a este punto hemos compartido con todos la necesidad de la transformación y que el proceso de transformación empieza en uno mismo. ¡Yo ya he empezado a transformarme, te apuntas! Los grupos de trabajo o mejora son quizás el mejor foro para ir compartiendo la necesidad de hacer las cosas diferentes, empezando por estructurar la organización para acometer el proceso, poniendo como no puede ser de otra manera, a los clientes en el verdadero centro de la actividad. ¡Y es que no está nada mal recordar de vez en cuando que sin clientes no somos nada!
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  • Incubación: fomentando un ambiente de reflexión compartida, dotando de recursos, aplicando las herramientas del Lean, favoreciendo el desarrollo de las personas, conseguimos el crecimiento del estado de consciencia que nos permite mejorar de manera muy notable todos los ratios de eficiencia, con la reducción de costes que esto lleva emparejada. Tendremos más clientes, más satisfechos, con más empleados cada vez más felices y motivados. ¡Esto sí! El trabajo tiene que orientarse en 2 niveles: hacia indicadores/ objetivos tanto globales o ligados al plan estratégico y los de los equipos-grupos de trabajo ligados a sus objetivos operativos alineados o referenciados a los objetivos estratégicos. En un segundo nivel ponemos a cada equipo enfrente a su espejo, en este caso su panel Kaizen en el que trabajar cada una de las pequeñas deficiencias, problemas, etc. que se encuentran en la raíz de bajo nivel de servicio, los retrasos en las entregas, la llegada tardía de materiales para la fabricación, etc.
  • Implantación: es la etapa de consolidación, de mantenimiento, quizás más crítica. Una vez hemos conseguido cambiar las personas, la cultura de la organización habrá cambiado y hemos de asegurarnos que el impulso original se mantenga con el paso del tiempo, con el paso de las personas y que los éxitos, que seguro se van a conseguir, no nos hagan ser tan arrogantes como de pensar que si, que ya hemos llegado al máximo, que el camino ya lo hemos recorrido. Craso error, a la Excelencia por definición nunca se llega, ni por muy cerca que estemos, ni aunque podamos casi tocarla con los dedos. ¡Y ese es precisamente el motor que debe mantener la llama de la transformación recién emprendida!

Pero como no podemos aislarnos del entorno tecnológico cambiemos el punto de vista:

Implantación: convergencia gestión+tecnología

Una de las más profundas transformaciones que la era tecnológica en la que estamos inmersos nos ha traído es el reconocimiento del estado de nunca-acabar en cuanto a la implantación de la tecnología. En la pasada era analógica una organización adquiría una tecnología y se aseguraba un horizonte de ventaja duradero, con unas relaciones con sus proveedores-clientes igualmente duraderas. Hoy en día esto es impensable. Y de esta misma falta de permanencia en las cosas, surge la necesidad de estar continuamente revisando la gestión de los activos, el cómo hacemos las cosas. Lo que hoy hacemos, como lo hacemos sirve solo para hoy, o quizás para mañana…la semana que viene quien sabe.

La gestión ha de adaptarse para aprovechar la tecnología al máximo y la tecnología nueva ha de servir igualmente para mejorar la gestión, que necesita disponer de nueva tecnología para seguir mejorando. Y así indefinidamente hasta el fin de los tiempos.

Ambas convergen de un modo cada vez más evidente para permitir la permanencia en el negocio: gracias a su combinación caminaremos hacia la excelencia: la ‘gestionéctica’ como convergencia de ambas. O lo que ahora llamamos Industry 4.0.

La acelerada aparición de nuevo conocimiento científico no puede hacer más que hacer volver a girar la rueda de la mejora y el perfeccionamiento tanto de las personas (adquisición de nuevas habilidades necesarias para la mejora del negocio) como de la organización (herramientas que maximizan su competitividad). El objetivo es claro: mantenernos dentro de la espiral de mejora.

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Seguiremos reflexionando en próximos artículos sobre la interacción gestión-tecnología.

¡Pero como hay un mañana por encima de todo, que seguimos buscando la perfección por el entrenamiento y la reiteración sistemática, desde el pequeño cambio en los hábitos de las personas, al gran cambio cultura de la organización!

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