Ni cazo ni martillo: la solución intermedia en excavación
Ainhoa Yuste. Responsable de comunicación - Anzeve S.L.
Iván Diaz. Director Técnico – Anzeve S.L.
10/03/2025El equilibrio: La clave de la excavación moderna
La maquinaria pesada ha marcado el ritmo de las excavaciones durante décadas, pero entre la simplicidad del cazo y la contundencia del martillo hidráulico ha existido siempre un vacío. Las fresadoras emergen como la pieza que faltaba en este puzle, capaces de trabajar con eficacia sobre materiales con resistencias entre 10 MPa y 100 MPa (martillo hidráulico para durezas muy superiores a los 100 MPa y cazo para materiales con resistencias por debajo de 10Mpa).

Este rango de durezas, lejos de ser residual, está presente en una gran parte de las obras subterráneas. La tendencia a simplificar la elección de maquinaria en función de los extremos —cazo para lo blando, martillo para lo duro— ha provocado una pérdida de eficiencia en los proyectos. Las fresadoras permiten acelerar el proceso, reduciendo hasta cinco veces los tiempos de excavación respecto a los martillos hidráulicos.
Rompiendo la inercia: El valor de las soluciones intermedias
Adoptar soluciones intermedias supone un cambio de mentalidad en la planificación de las obras subterráneas. No se trata sólo de optar por una herramienta más, sino de replantear cómo se aborda la excavación en función de las necesidades reales del terreno. Las fresadoras no solo llenan un hueco operativo, sino que lo hacen con mayor precisión, menor impacto ambiental y mejor aprovechamiento del material excavado.

Más allá de la velocidad, las fresadoras ofrecen una ventaja clave para los proyectos comprometidos con la sostenibilidad: la reutilización del material excavado. La granulometría resultante no solo facilita su aprovechamiento como relleno, sino que también minimiza la necesidad de transporte y vertido de residuos.
En trabajos subterráneos, donde la seguridad y la estabilidad son prioritarias, la vibración mínima que generan las fresadoras se convierte en una ventaja decisiva. Desde el perfilado de túneles hasta el saneado de bóvedas, su capacidad para operar con precisión milimétrica evita daños colaterales y garantiza un resultado final mejor calidad.
Además, su capacidad para controlar la profundidad y el tamaño de la demolición permite trabajar con mayor respeto por el entorno, una característica especialmente relevante en proyectos de rehabilitación o infraestructuras con valor patrimonial.
Estas soluciones encajan con las estrategias de economía circular que cada vez ganan más peso en el sector. Reutilizar los materiales en el propio lugar de la obra no solo reduce el impacto ambiental, sino que mejora los costes del proyecto.
Este enfoque permite romper la inercia de los métodos tradicionales, favoreciendo la optimización de recursos y una mayor sostenibilidad sin sacrificar la productividad.
Tecnología desaprovechada
A pesar de sus ventajas, las fresadoras siguen siendo una tecnología infrautilizada en el mercado español. La costumbre de recurrir a los métodos tradicionales ha frenado su adopción, dejando de lado una herramienta que podría optimizar la productividad y la sostenibilidad de numerosos proyectos.

La creciente demanda de soluciones más respetuosas con el entorno y la presión por aumentar la eficiencia en la construcción subterránea hacen que sea el momento ideal para replantear los paradigmas. Las fresadoras no solo son una opción viable, sino una oportunidad para modernizar la toma de decisiones en el sector.
“Existe un gran abanico de opciones de cabezales de fresado disponibles para máquinas entre 0,5 y 100 Tn de peso. Los tambores y picas son también intercambiables, existiendo diversos formatos para cada aplicación y material a excavar o demoler, no hay excusa para no acertar en la solución más adecuada independientemente del proyecto…” aclara Iván Diaz, director técnico en la distribuidora española de maquinaria industrial Anzeve S.L.