El futuro de los Ingenieros en España: situación actual y próximos escenarios
A la hora de escoger una carrera, ¿qué es lo que prima? ¿La vocación, las salidas profesionales o la trayectoria familiar previa? Todos los años, desde corporaciones como el Colegio de Ingenieros Técnicos de Obras Públicas, intentamos responder a estas preguntas para incrementar el número de matriculaciones en la Ingeniería, especialmente en el Grado en Ingeniería Civil.
Desde el Colegio de Ingenieros Técnicos de Obras Públicas, se sigue confiando en que se solvente la situación actual de los Ingenieros en lo referente al Plan Bolonia.
Todavía sin datos relativos al curso 2024/2025 en el momento de cierre de este artículo, la tendencia habitual de las inscripciones a los Grados en Ingeniería está en descenso. La situación se agrava en un mercado laboral en el que se necesita este tipo de mano de obra y en el que empresas y administraciones no encuentran relevo generacional.
Ya comentábamos, en nuestro anterior artículo, que se espera una deficiencia de trabajadores de alrededor de 700.000 trabajadores en ámbitos como la Construcción para los próximos años.
Así pues, según el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, en su informe 'Datos y cifras del Sistema Universitario Español. Publicación 2023-2024', las cifras no acompañan a ámbitos como la Ingeniería Civil. “Los mayores descensos en estudios de Grado se producen en Negocios, Administración y Derecho e Ingenierías, Industria y Construcción (cerca de 33.000 alumnos en cada uno de ellos)”.
Si en el curso 2015-2016 había un total de 1.321.698 matriculados en Grado (tanto en el primer como en el segundo ciclo), en 2022-2023, esta cifra se incrementó hasta alcanzar los 1.353.347 estudiantes matriculados en el sistema universitario. Esta cifra ha avanzado positivamente en las mujeres (más 49.284 en la evolución de estos años) frente a la caída de hombre (-17.635).
Unos buenos datos que no se corresponden con la Ingeniería y la Construcción. Según los datos del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, nos encontramos con que en el curso 2025-2026, se matricularon un total de 55.566 mujeres y 140.017 hombres. Unos años después, en 2022-2023, esta cifra desciende a las 50.853 mujeres y a los 113.409 hombres.
En total, hablamos de una caída de 4.713 mujeres y de 26.608 hombres, un 8,5 y un 19%, respectivamente, en un ambiente de crecimiento general de matriculaciones en la universidad.
¿Qué más factores tenemos que tener en cuenta?
Pero además de la caída en el número de estudiantes, hay que pensar en las condiciones de estos en la sociedad. Uno de los mayores condicionantes que podrían estar alterando la situación de los Ingenieros es la disparidad de acciones de las Universidades españolas en relación a la oferta de Grados.
Y no hablamos de un portfolio que otorgue más oportunidades, sino de los Grados blancos que no permiten a los egresados contar con las atribuciones y competencias de una profesión.
Estos Grados blancos, que se dan especialmente en la Ingeniería, obligan a los estudiantes a acceder a un Máster para poder desempeñar una profesión en el mercado laboral. Esto, que es verdad que no sucede con la Civil, sí que afecta a otras ramas de la Ingeniería, provocando un fraude en la implantación del Plan Bolonia de la Unión Europea.
Este determinaba que los Grados en Ingeniería, de manera resumida, daban acceso a las profesiones antes determinadas por las Ingeniería Técnicas, como es el caso de la Ingeniería Civil y de la Ingeniería Técnica de Obras Públicas.
¿Y qué se va a hacer con ello? Pues desde entidades como el CITOP e INGITE, el Instituto de Graduados en Ingeniería e Ingenieros Técnicos de España, ya se están llevando a cabo reuniones con los principales ministerios para solventar esta situación, que perjudica gravemente a nuestros profesionales y futuros matriculados, siendo una de las razones de la caída de las inscripciones en Ingeniería.
Pero a este factor hay que añadirle otro aún más grave: el desconocimiento de todo lo que puede conllevar estudiar Ingeniería Civil y desempeñar una profesión dentro del ámbito de la Construcción.
Las vocaciones se suelen determinar, especialmente en el ámbito femenino, por la labor social. Esto hace que la gran mayoría de los estudiantes universitarios se decanten por Ciencias de la Salud y las consideradas como Ciencias Sociales, obviando la Ingeniería.
Esto sucede porque no se ha construido un discurso real y efectivo en torno a la Construcción, que permite la mejora del entorno, adaptando las infraestructuras, especialmente las ciudades, a las necesidades de sus habitantes.
Este aspecto, muchas veces olvidado por el gran público, es el objetivo principal de las profesiones que conforman la Construcción, haciendo posible las conexiones de agua, la gestión de residuos, la organización de las grandes urbes y las conexiones a través del transporte público, entre otras cuestiones.
El futuro de la Ingeniería
Una vez conocidos algunos de los factores que afectan de manera directa a los Ingenieros en la actualidad, ¿cuál es su futuro?
Pues bien, desde el Colegio de Ingenieros Técnicos de Obras Públicas, seguimos confiando en que se solvente la situación actual de los Ingenieros en lo referente al Plan Bolonia. Prueba de ellos son las conversaciones iniciadas, entre otros, con los Ministerios de Cultura, Innovación y Universidades y el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible para solucionar todo lo relacionado con el Plan Bolonia.
Una vez con este empuje, más que necesario por ley, se podrá llevar a cabo una renovación de las aulas en las que se imparte Ingeniería y, por supuesto, contar con una nueva oleada de profesionales que den respuesta a las demandas del mercado laboral.
Más digitalización, más formación y más personas en un sector considerado como locomotora económica del país. Nuevos pasos que veremos, o no, en los próximos años y que, sin duda, renovarán este ámbito de actuación de nuestros profesionales.