'Ground Penetrating Radar': ver para cortar
14 de octubre de 2010
GPR es una técnica que emplea ondas electromagnéticas y que permite la exploración e identificación de materiales ocultos incrustados en cualquier tipo superficie, siendo capaz de reproducir la imagen de los elementos que hay bajo la misma y en algunos casos indicando el tipo de material del que se trata.
Gracias a este aparato se evita cualquier perturbación o incidencia innecesaria evitando posibles lesiones o daños irreparables en la estructura o en los discos de corte, se reduce el desgaste innecesario de las coronas, motores y el tiempo en taladros en serie.
Todavía es un método bastante desconocido, no obstante, en la industria de la construcción se comienza a utilizar para inspeccionar las infraestructuras y permitir a los contratistas localizar con precisión posibles obstáculos a la hora de acometer un trabajo sobre una superficie.
Bien sean conductos eléctricos, líneas de agua y alcantarillado, huecos o materiales distintos al superficial. Se trata de una tecnología más segura que los rayos X, y se puede realizar sin alterar las estructura o superficie y el entorno, sin necesidad de realizar cualquier tipo de obra o trabajo destructivo ni cualquier otra operación que dañe el medioambiente. Es una operación rápida y de fácil aplicación en la mayoría de superficies.
¿Cómo funciona?
El ‘georadar’ consiste básicamente en una unidad emisora de ondas electromagnéticas y otra unidad receptora, junto con un sistema de registro digital. El funcionamiento se basa en la emisión y la recepción de ondas electromagnéticas que se propagan en un medio heterogéneo.
La incidencia de esta energía en los posibles objetos ocultos del medio provoca las reflexiones, refracciones y difracciones de las ondas. A partir de los tiempos de retardo de las ondas relejadas y de la velocidad de propagación de las ondas en el material por el que se deslizan las antenas, se deduce la profundidad a la que se encuentra el cuerpo reflector. El sistema genera una imagen del subsuelo con altísima resolución lateral y vertical permitiendo no solamente la identificación de objetos ocultos sino además caracterizar el entorno.
Caso Práctico
Recientemente, la CSDA, la asociación de corte y perforación de Estados Unidos, ha publicado varios ejemplos de trabajos con GPR que han realizado algunos de sus miembros. A continuación se expone un caso concreto en el que una empresa de Ohio en EE UU, utilizó recientemente GPR para realizar un trabajo en el Hotel Westin, que se encuentra actualmente en construcción en la terminal de metro McNamara perteneciente al aeropuerto de Detroit.
Matt Aston, contratista elegido para este trabajo, dijo que su elección fue debida a que ofrecía la única tecnología disponible que era segura y eficaz para este trabajo. Durante la construcción del hotel Westin, “Pace Mechanical”, la empresa contratista de este trabajo, introdujo algunos cambios en la ubicación de la instalación de tuberías bajo los suelos de hormigón del hotel. Estos cambios requirieron la perforación de 400 nuevos agujeros en el suelo.
Las plantas estaban sujetas con cables de postensado para favorecer el refuerzo estructural del edificio y era fundamental que estos cables no sufrieran ningún tipo de daño durante el proceso de perforación. Los cables de postensado pueden aguantar 45.000 kilos de tensión, y de ser cortados, la liberación de la tensión afectaría al suelo de hormigón, el cual se derrumbaría causando graves daños estructurales en el edificio.
El GPR fue utilizado para trazar cada zona que el contratista quería perforar y crear redes para mostrar con detalle dónde era segura la perforación y donde no lo era.
Aston realizó el análisis mediante la utilización del “georadar” en 404 habitaciones del hotel, cubriendo una superficie total de casi 6.400 metros cuadrados entre marzo y agosto. Aston trazó cada zona de la superficie, colocando la antena cada 1,2 metros por cada 1,2 metros, de tal forma que pudiera detectar los cables de acero a través de la pantalla de escaneado. Marcó cada situación de los cables en el suelo y repitió este proceso varias veces dentro de cada área de 4,9 metros cuadrados. A continuación, trazó líneas entre los lugares marcados para crear cuadrículas en el suelo.
Se trazaron 400 áreas durante el transcurso de este trabajo, tardando unos 30 minutos para el localizar y revisar con cuidado cada área. A pesar de que pueda parecer un trabajo complicado, según explica Aston “hay una curva de aprendizaje, pero una vez se llega a la cima de la curva, el sistema es bastante fácil de usar”.
Conclusión
Este ejemplo es sólo una muestra de las grandes posibilidades que ofrece GPR, pero se podrían mencionar muchas más ventajas, de una sistema, GPR, que se está abriendo camino dentro del gremio del corte y la perforación gracias a mayor seguridad y rentabilidad en el desgaste de las máquinas. Una nueva técnica que abre muchas posibilidades y ofrece un amplio abanico de ventajas a los especialistas del diamante, antes cortaban para ver, y ahora, gracias a GPR, ven para cortar.