Cras, en la demolición de un muelle y de una zona urbana complicada
2 de abril de 2009
A menudo surgen proyectos de demolición en los cuales no se puede utilizar explosivos, y aquí radica la ventaja fundamental del cemento rompedor. Además, Cras aventaja la maquinaria pesada de demolición en accesibilidad, en velocidad, (20 veces más rápido que los rompedores hidráulicos o ‘pica-pica’), no produce ni vibraciones, ni temblores ni martilleo, además de ser un sistema mucho más económico.
Principio de funcionamiento del Cras
El Cras de Kayati es un agente demoledor o explosivo pulverulento y de color grisáceo cuyo componente base es la cal inorgánica. Mezclado con el porcentaje adecuado de agua (agua fresca, que nunca supere los 10 ó 12 °C en verano) provoca, por reacción química de alto poder, una enorme tensión expansiva, superior a las 7.000 toneladas. Generalmente son suficientes de 500 a 3.000 toneladas para demoler todo tipo de roca y hormigón. Produce la rotura de una forma segura, precisa, con vibración ‘0’, sin explosión, sin ruido de martilleo ni temblor, sin gases, sin chispas, sin problemas de accesibilidad, sin contaminación y sin atentados ecológicos. Además, no paraliza ningún trabajo en la obra. Se basa en la tecnología llamada ‘Reacción Química de Hidratación’ en que se produce una tremenda fuerza expansiva y la consiguiente rotura. Para aplicar el cemento demoledor el usuario debe poner en un balde un 28% - 30% de agua y con una batidora hacer una masa uniforme y sin grumos. Después, se llena el agujero hasta arriba. En grandes obras se usa la bomba de carga. Por efecto de la hidratación, Cras genera un tremenda y progresiva fuerza expansiva (superior a las 7.500 toneladas por metro cuadrado, cuando para la rotura de la roca más dura son necesarias 2.000 toneladas por metro cuadrado). En pocas horas se produce la rotura. En agujeros con agua o con grietas se resuelve usando tubo o saco de poliuretano de diámetro ligeramente superior al del barreno.
Rodajas de hormigón
El pasado febrero de 2009 Cras fue el protagonista de una demolición realizada en un muelle de 14 metros de largo por 1,5 de ancho y por 3 metros de profundidad. La aplicación del cemento rompedor permitió una demolición rápida, limpia y sin ruido ni vibraciones, no exenta de espectacularidad, al desprenderse, tras el uso del Cras, auténticas ‘rodajas’ de hormigón de dimensiones considerables, siguiendo la pauta marcada en el proyecto de demolición.
El proceso de demolición se llevó a cabo con diversas líneas de perforaciones separadas entre sí desde 75 centímetros hasta 2,8 metros. En cada línea, de cuatro perforaciones cada una, éstas se espaciaron 30 centímetros entre sí.
Una vez se produjeron varias fracturas en el hormigón en la sección mayor del dique, las diversas secciones desgajadas se mantuvieron unidas entre sí, para evitar su desplome en el mar y facilitar el desescombro. Por esta misma razón se incorporó un asidero metálico en el centro de cada uno de las citadas secciones.
Demolición sin vibraciones en Bilbao
En ocasiones, la necesidad de realizar una demolición se ha de compatibilizar con la imposibilidad absoluta de la existencia de vibraciones. En este tipo de trabajos, el Cras se convierte en la tecnología idónea a utilizar. El cemento demoledor no explosivo ofrece unas prestaciones elevadas como agente demoledor con la ventaja de no generar ni ruido ni vibraciones, lo que le convierte en la mejor opción cuando se trata de trabajar en entornos delicados.
Un ejemplo de ello fueron unos trabajos de demolición realizados en el Casco Viejo de Bilbao durante el verano de 2008. Se trata de una zona densamente poblada, con actividad comercial intensa y con edificios antiguos. Para realizar la demolición se hacía imprescindible el que no se produjesen vibraciones, que podrían afectar estructuralmente a las edificaciones colindantes. El trabajo se llevó a cabo de manera satisfactoria mediante el uso de 10.000 kilos de Cras, lo que da una idea de la dimensión de la obra realizada.