Una cargadora Kramer colabora en la seguridad del Túnel del Mont Blanc
9 de diciembre de 2008
El Túnel del Mont Blanc se ha convertido en un eje fronterizo fundamental para el paso de los Alpes desde su entrada en funcionamiento en 1965. Sus 11,6 kilómetros de longitud unen las regiones de Haute-Savoie (valle de Chamonix) y Val d’Aoste (valle de Courmayeur). Tras su cierre en 1999 como consecuencia de un grave accidente y con anterioridad a su reapertura en 2002, el túnel sufrió una transformación total que se prolongó durante más de 15 meses y para la que fueron necesarias una inversión superior a los 400 millones de euros y la movilización de más de un millar de personas durante la fase intensiva de la obra. Desde entonces, una empresa francoitaliana (el grupo europeo para el interés económico Geie - Túnel del Mont Blanc) se encarga de la explotación de dicha obra a través de las dos sociedades concesionarias ATMB (por la parte francesa) y SITMB (por la parte italiana) y es la responsable de todos los aspectos que afectan a la seguridad, el mantenimiento y la gestión del tráfico, que en 2007 superó los 1,7 millones de vehículos.
La Kramer 880: en invierno y en verano
La seguridad es el verdadero ‘leitmotiv’ de las más de 250 personas que trabajan en Geie-TMB, lo que en el día a día se traduce en una regulación estricta de la circulación, planes de intervención precisos y experimentados, una tecnología punta en materia de control, información y gestión de los accidentes y en la garantía de accesibilidad en cualquier circunstancia.
Eric Steinkamp, responsable del Área de viabilidad, explica que su servicio constituye uno de los eslabones de esta organización con las obligaciones imperiosas de disponibilidad, reacción y rendimiento en el plano humano y material. Siempre han de encontrar las soluciones más fiables, puesto que es impensable cerrar el túnel por motivos de mantenimiento o debido a condiciones climatológicas rigurosas. Por ello, Geie–Túnel del Mont Blanc se ha interesado por el concepto de las cargadoras Kramer, que con sus bastidores monocasco y sus 4 ruedas directrices, disponen de un radio de giro muy corto, estabilidad sin competencia y escasa altura total.
Desde diciembre de 2007, la cargadora Kramer 880 (120 CV) completa una flota de equipamiento compuesta por 2 cargadoras, 1 miniexcavadora, 1 manipulador telescópico, camiones volquete, plataformas y furgones. Dicha máquina, equipada con una cuchilla específica y cadenas, es una de las más solicitadas en invierno para las tareas quitanieves. Esta aplicación, realizada tanto de noche como de día, y que lleva al operador y a su máquina hasta el límite, es fundamental puesto que la eliminación de la nieve y la prevención del hielo sobre el asfalto suponen una mejora inmediata del tráfico, algo esencial a 1.300 metros de altitud. Dado que las condiciones climáticas son difícilmente previsibles, las situaciones críticas sólo pueden controlarse mediante la flexibilidad, la fiabilidad y la disponibilidad total del equipo.
Para garantizar una eficacia inmediata de la cargadora y con motivo de su lanzamiento, Kramer ha organizado un curso de formación completa para los operadores que incluye unas prácticas de conducción y mantenimiento de dos días y que será impartido por un técnico experto de la sede central. Con los paquetes de ‘Seguridad’ y de ‘Confort/Lujo’ y su acabado de gran calidad, estos equipos cuentan con unas prestaciones indispensables para operar en cualquier circunstancia: sistema anticabeceo, dispositivo de conducción lenta con acelerador de mano, climatización, asiento con suspensión neumática, precalentamiento del carburante, del aceite del motor y del circuito hidráulico y autonivelación automática del cucharón.
Con su caja de cambios ‘Ecospeed’ sobremultiplicada en continuo, la máquina se desplaza de 0 a 35 kilómetros por hora sin tener que cambiar de marcha y conservando siempre su fuerza de tracción máxima.
El sistema de enganche rápido es compatible con los equipos quitanieves ya utilizados en la obra y su brazo permite alcanzar una altura de más de 3 metros (4,20 metros con cucharón de descarga a gran altura) para la carga de máquinas saladoras. En las condiciones de trabajo más exigentes es donde la Kramer 880 mejor demuestra sus cualidades.
Además del periodo invernal de gran actividad, durante el resto del año la cargadora Kramer también efectúa numerosas tareas de manipulación de palets, transporte de materiales, excavación y renovación. Esta amplia polivalencia es posible gracias al numeroso equipamiento con el que cuenta: brazo de carga con válvulas de seguridad para el uso de portapalets, cucharones 4 en 1, etc., todo ello para una proyección de 300 horas de servicio anuales. La 880, al igual que el resto de cargadoras de la gama Kramer, cuenta con adaptación automática del sistema hidráulico de trabajo y de conducción, lo que garantiza unos ciclos de trabajo más rápidos y eficaces al tiempo que se simplifica el trabajo del operador, puesto que éste ya no tendrá que elegir entre velocidad de ejecución y potencia.