El alquiler de grúas móviles en la situación actual

Como Agrupación Empresarial Nacional de Alquiladores de Grúas de Servicio Público, Anagrual defiende desde el año 1979 los intereses de las empresas españolas de alquiler de grúas, representando y fomentando este sector ante todo tipo de organismos públicos y privados. En este artículo, su secretario general David Ruiz Garzón, analiza la evolución que ha seguido esta actividad durante los últimos años, así como los principales desafíos a los que va a tener que hacer frente a corto, medio y largo plazo.

Al igual que el resto de sectores de la economía española, y especialmente los vinculados a la construcción, la travesía que han sufrido las empresas de alquiler de grúas móviles, ha sido de una dureza e intensidad, que solo la crisis de los noventa del siglo pasado recordaba. Si bien no podemos decir que tal coyuntura esté superada, sí que los ajustes que la crisis requería ya los hicieron las empresas; y una vez realizados solo quedaba sobrevivir y esperar que la situación mejorase. Decía Albert Einstein que “la crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países porque la crisis trae progresos”; si bien es un criterio compartido por muchos autores y no está exento de certeza, no siempre es factible evolucionar o buscar alternativas en empresas como las de alquiler de maquinaria, cuyo margen de maniobra, dada su idiosincrasia, es bastante limitado. Desde Anagrual, como asociación empresarial del sector, nos toca trabajar, primero para que esta travesía sea lo menos dura posible, y segundo buscando alternativas de negocio.

El sector capeo el temporal reduciendo maquinaria, haciendo duros ajustes y en estos momentos nos encontramos en una situación un tanto particular: ni podemos dar por superado el periodo de crisis, ni estamos en el acmé de la misma; por lo que las empresas se encuentran ante la duda de si emprender nuevos desafíos o mantener su posición actual a la espera de tiempos mejores. Difícil decisión en momentos además que el parque comienza a tener una cierta antigüedad que requiere en algunos casos comenzar a renovar; pero para afrontar las inversiones tan importantes que la renovación del parque de una empresa de grúas necesita, se requiere de una estabilidad política y económica que la actual coyuntura no invita. No obstante, el empresariado español en general y el de las grúas móviles en particular, nunca lo ha tenido nada fácil; en España ser empresario requiere de un carácter casi de legionario; peleando cada día por poder desarrollar su actividad. Decía Ayn Rand que “el hombre que produce mientras los demás disponen de su producto es un esclavo”; y los que convivimos con ellos, nos damos cuenta del tiempo y la dedicación que ocupan en sacar adelante su empresa, sin horario, ni festivos.

La Administración, que debiera estar para ayudar y fomentar la empresa, núcleo fundamental de la economía de una nación, se preocupa más de poner trabas, limitaciones, cortapisas, burocracias absurdas y por supuesto una fiscalidad confiscatoria, en lugar de permitir que la empresa pueda desarrollar su actividad con la mayor facilidad posible. Eso no significa barra libre, sino coherencia y seguridad jurídica.

Este es uno de los problemas del sector, y de la economía española, donde la Ley 12/2012, de 26 de diciembre, de medidas urgentes de liberalización del comercio y de determinados servicios, pretendía ayudar en esta línea pero como tantas normas se ha quedado en una declaración de intenciones. En este sentido recuerda a la Ley de morosidad que tenía muy buenos propósitos e intenciones en el papel, pero que no se ejecuta en la realidad al no tener un régimen sancionador claro y eficiente. Aquí topamos con otro de los gravísimos problemas que el sector del alquiler tiene desde tiempo inmemorial, y es el incumplimiento sistemático de los plazos de pago, esos ficticios 60 días, que por arte de la posición dominante se convierten en 200. Esta situación ya estaba antes de la crisis. La Ley es del año 2004, estamos frente a 13 años de inacción, pese a la reforma del año 2010, que pretendía dar más eficacia a la ley.

Por otro lado, está la movilidad de nuestros vehículos, elemento esencial para la actividad, y en esto Anagrual ha sido un elemento fundamental, consiguiendo las redes de carreteras para grúas que permiten que se circule sin tener que señalar un itinerario concreto. Se sigue trabajando en mejorar y ampliar estas redes; así como que la movilidad de las grúas, ejemplo sangrante de las barreras que las administraciones ponen al desarrollo de la actividad empresarial, siga siendo un factor que ayude a la productividad de las empresas y no una barrera insalvable como antaño.

Otra de las cuestiones que preocupan a las empresas de alquiler de grúas es la burocracia, extendida fuera del ámbito de la Administración y que campa descontrolada entre las empresas contratistas. El problema radica en que muchas empresas entienden la seguridad y salud laboral en acumular una pila de documentación, en la esperanza que alguno de los infinitos papeles que han solicitado se encuentre la exención de su responsabilidad; sin preocuparles el coste en tiempo y personas que la recopilación de esos escritos supone a las empresas de alquiler de grúas.

Una buena prevención de riesgos no puede estar basada en los kilos de papel que se acumule; ni en que cada contratista o cliente tenga una plataforma, presuntamente para mejorar la coordinación entre empresas, que en lugar de aliviar este trabajo, se convierte en una caja registradora que lo único que consigue es duplicar el trabajo, pues además de subir la documentación en la plataforma, hay que llevar la carretilla de papeles. Ni optimación, ni coordinación, ni seguridad, ni prevención, simplemente un instrumento para retener facturas, cobrar y complicar la vida a las empresas. Si al menos tuviéramos una unificación en la documentación a presentar o una sola plataforma, sería menos gravoso, pero hasta para obras del mismo cliente te piden distinta documentación y el número de plataformas, que además son de pago, aumenta día a día; un despropósito. Y ante esta situación la Administración, a la que Anagrual pidió amparo, no tiene nada que decir.

En definitiva, estamos en una coyuntura compleja, con problemas muy clarificados y a los que desde la asociación trabajamos cada día por intentar solventar, encontrándonos con las habituales dificultades que el asociacionismo tiene en España. Eventos como Smopyc, o nuestra Asamblea anual, que este año celebramos en Valencia el próximo mes de junio, sirven para poner en común la problemática que tienen las empresas y buscar entre todos enfoques o soluciones. Aprovecho la ocasión que me brinda Interempresas, para invitar a las empresas de alquiler de grúas a que se incorporen a Anagrual, para poder aunar a las empresas de grúas móviles en la defensa de los intereses del sector, e invitarlas a nuestra Asamblea General en Valencia.