La minería plasma su compromiso con el desarrollo sostenible de nuestra sociedad

Los días 16 y 17 de junio tuvo lugar en Madrid el I Foro de Desarrollo Minero y Sostenible, organizado por Ifema y el Grupo TPI, y promovido por Confedem. El encuentro, que incluía diversas ponencias estructuradas en torno a cuatro sesiones, contó para su apertura con una conferencia a cargo de Juan José Cerezuela, presidente de Confedem, quien dio la visión del empresariado español sobre la situación de la minería y la metalurgia en España, y sobre la vinculación de esta industria con la sostenibilidad.

Desde la Confederación Nacional de Empresarios de Minería y Metalurgia (Confedem) se acogen con satisfacción los mensajes procedentes desde la Unión Europea y desde el propio Gobierno español centrados en la necesidad de reindustrializar la economía. Como indicaba el presidente de esta patronal, Juan José Cerezuela, parece que tras la tendencia de los últimos años de “dar la espalda” e incluso “maltratar” a la industria, ya se empieza a ver a este sector y más concretamente a la minería, como una gran oportunidad para generar riqueza, crear empleo y fomentar el desarrollo social.

En particular, España cuenta con unas reservas geológicas notables que siguen desatando el interés de inversores nacionales y extranjeros. Lo que hace falta, a juicio de Confedem, es que la explotación de estos recursos se haga bajo el paraguas de la sostenibilidad y, sobre todo, que la sociedad vea en esta actividad algo realmente positivo para la actividad económica del país y no como un riesgo para la conservación del medio ambiente. Es por ello que uno de los objetivos que se ha marcado Juan José Cerezuela como nuevo presidente de la Confederación es mejorar la difusión que se hace a la sociedad de las actividades que realiza esta industria, contrarrestando los mensajes que se lanzan desde ciertas plataformas opositoras y "grupos fundamentalistas" contrarios al desarrollo de la minería en nuestro país. “Las materias primas son fundamentales para el desarrollo de la sociedad moderna”, afirmaba Juan José Cerezuela.

El futuro de la industria minera pasa por el concepto de ‘sostenibilidad’, buscando el equilibrio perfecto entre sus tres vertientes: social, económica y social. Es evidente que las materias primas han sido claves en el progreso de la humanidad desde sus inicios y que seguirán siendo fundamentales a la hora de afrontar los futuros grandes retos de la sociedad: aumento de la población (9.000 millones de personas en 2050), emigración cada vez mayor a las ciudades…

Está comprobado que cuando aumenta el nivel de vida de una sociedad, se produce un crecimiento dramático del consumo de materias primas. Si a esto le sumamos el propio crecimiento demográfico que estamos experimentando, es evidente que de cara al futuro es necesario incrementar la oferta de recursos naturales. Desde luego, el reciclaje, a pesar del boom que ha vivido durante los últimos años, será insuficiente para poder cubrir todas esas necesidades, por lo que la solución pasa claramente por favorecer la explotación de la minería.

Zona de expositores.

La Unión Europea, como reconocía el presidente de Confedem, sufre un importante déficit de materias primas de origen autóctono, lo que le hace tener una fuerte dependencia de terceros países y, por ende, enfrentarse a una debilidad competitiva. Por ello, desde el año 2008 la administración europea viene siguiendo una línea estratégica encaminada a lograr tres claros objetivos: garantizar un suministro justo y sostenible procedente de los mercados mundiales, promover el uso eficiente de los recursos y aumentar el reciclado, y garantizar un suministro sostenible dentro de la propia UE. Una vez avanzado en los dos primeros, ahora es el turno del tercero, favoreciendo para ello la explotación de los propios recursos naturales.

Uno de los principales problemas a los que se enfrenta la minería en España para su desarrollo es la complejidad burocrática a la que tiene que enfrentarse para poder iniciar la actividad en cualquier explotación. A pesar de que la Constitución Española establece que el Estado tiene la competencia exclusiva sobre las bases del régimen de minería, a lo largo de los años se han ido transfiriendo las competencias en esta materia a las diferentes CC AA, de tal forma que a día de hoy existe “una atomización de normativas autonómicas diferentes que aumenta los costes y los plazos, creando desánimo en los inversores y la pérdida de oportunidades para crear crecimiento económico y empleo”, como afirmaba el presidente de Confedem.

A ello hay que añadir que en muchas ocasiones desde la propia Administración se han aplicado con exceso de celo políticas medioambientales que iban en contra del desarrollo minero, a pesar de haberse demostrado el carácter sostenible de esos proyectos. De hecho en muchas planificaciones urbanísticas y medioambientales, nunca se tienen en cuenta los yacimientos de materias primas, estando la actividad minera cada vez más desalojada de su espacio de ejercicio natural.

A nivel sectorial, la minería en España ha sufrido con la crisis económica un gran parón, que tiene su reflejo tanto en producción como en ventas y empleo. En 2011 la actividad del sector en España bajó un 5% respecto al año anterior, alcanzando un volumen de negocio total de 3.250 millones de euros y 26.745 trabajadores. Y eso a pesar de que la minería metálica y algunas industrias específicas han mostrado una evolución más positiva.

Nuestro país goza de reservas naturales no energéticas muy interesantes en varias regiones (cobre, zinc, plomo, oro, plata, estaño, níquel, potasa…) que, en caso de aumentar su explotación, podrían suponer un fuerte impulso para nuestra economía. Es por tanto, una buena oportunidad para poner en marcha proyectos de empresas nacionales e internacionales encaminados a aprovechar todos estos recursos y a desarrollar lo que se ha llamado la Estrategia de Materias Primas y Minerales en España, un plan con el que Confedem considera que se podría generar a corto plazo más de 7.000 puestos de trabajo directo y otros 28.000 indirectos, así como contribuir con un 1% de crecimiento en el PIB.

Desde Confedem se asegura que minería y sostenibilidad son dos conceptos perfectamente compatibles, pero es imprescindible trasladar ese mensaje a la sociedad para que no sólo cale en ella los mensajes negativos en contra de la minería. Por ello la Confederación se ha marcado diferentes objetivos, como por ejemplo difundir entre sus asociados la necesidad “ineludible” de recoger en sus proyectos de ejecución la totalidad de las obligaciones que exigen compatibilizar el laboreo y los procesos mineralúrgicos y metalúrgicos con el más estricto ajuste a las normas y exigencias de la sostenibilidad.

Además, desde Confedem se han marcado colaborar con sus empresas asociadas en la aplicación de las mejores tecnologías en materia de preservación y mejora del medio ambiente; y también con las diferentes administraciones en el análisis y ponderación de los proyectos de ejecución para asegurar el cumplimiento de los objetivos medioambientales, económicos y de servicio al bien común, facilitando su aprobación, reduciendo los plazos administrativos y asegurando su correcta ejecución.

En esta línea de actuación, Confedem está favoreciendo la incorporación, a su panel de empresas asociadas, al máximo de empresas mineras y metalúrgicas del país y a compañías de servicios para el laboreo minero y el tratamiento metalúrgico.

Al igual que el sector minero, la metalurgia, como actividad que transforma esas materias primas en instrumentos útiles, también se ha visto afectada por el abandono a la industria básica y transformadora. Pero a pesar de ello, muchas empresas han podido mantener e incluso aumentar su actividad, modernizando sus procesos, apostando por la internacionalización y trabajando aún más en materia de sostenibilidad. Aunque la industria del reciclado de metales representa ya entre el 30% y el 40% de la demanda, lo cierto es que aún se necesita un gran volumen de recursos naturales. Por ello se ve como un mensaje alentador, las recientes declaraciones del ministro de Industria, José Manuel Soria, incentivando la reindustralización de nuestra economía.

Para lograr un mayor crecimiento de esta industria, como concluía Juan José Cerezuela, también es imprescindible acabar con barreras que frenan el desarrollo de la metalurgia en España como el creciente coste de la energía, y no desechar, bajo prejuicios injustificados, nuevas alternativas, como puede ser el fracking, sin haber analizado antes en profundidad los pros y los contras de esta actividad.

El programa del Foro se organizó en torno a cuatro sesiones que contemplaron respectivamente: espacios afectados y sostenibilidad; recursos y técnicas operativas; impactos positivos en el desarrollo económico y social; y la visión estratégica de las inversiones.

El Foro contó, además, con una zona de exposición, donde los congresistas tuvieron la oportunidad de conocer de primera mano las técnicas, servicios y equipamientos punteros para la industria. En dicha zona estuvieron presentes como patrocinadores empresas como Aqualogy, Barloworld Finanzauto, Kauman, Komatsu, Maquiáridos, Motores Sinducor, Sandvik, Talleres Núñez y Volmaquinaria de Construcción; así como los colaboradores Assa Abloy, Atlas Copco, Bell equipment, Dalper, Mecanización y Minería, Metso, OHL, Veolia Water, Sens Spain, Sutevar y Weir Minerals.