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Tribuna de opinión

La industria de Materias Primas Minerales: situación actual, perspectiva, problemas y posibles soluciones

Vicente Gutiérrez Peinador, presidente de Confedem y secretario general de Primigea11/03/2020

España es uno de los países europeos con mayor potencial en el contexto de las Materias Primas Minerales. A pesar de que el inventario de recursos minerales del IGME está sin actualizar desde 1978, el panorama de posibilidades de exploración y/o extracción que nos muestra, es realmente impactante. Volveremos sobre el tema más adelante.

Vicente Gutiérrez Peinador, presidente de Confedem y secretario general de Primigea
Vicente Gutiérrez Peinador, presidente de Confedem y secretario general de Primigea.

Sin embargo, y por diferentes razones, la sociedad pone cada vez más dificultades para obtener los permisos correspondientes. Aunque la European Innovation Partnership (EIP) de Materias Primas, puesta en marcha por la UE en 2008, especifica en su Pilar II la necesidad de garantizar el acceso a los recursos, la realidad en nuestras Comunidades Autónomas está bastante lejos salvo algunas excepciones. Uno de los argumentos desfavorables, que están en la memoria de la sociedad civil, son los famosos “pasivos mineros”. A esto se le añade la historia reciente de una minería ligada al carbón, a sus dificultades de extracción y a la falta de rehabilitaciones adecuadas en el pasado (no eran obligatorias por ley, no había ninguna legislación sobre Impacto Ambiental). La consecuencias, debidas sobre todo al desconocimiento de la realidad de la minería moderna, que nada tiene que ver con ese pasado, son el nacimiento continuo de plataformas anti-minería, apoyadas por el famoso “no detrás de mi patio” (NIMBY en inglés) y su influencia en nuestros políticos, sobre todo a nivel local.

La Ley de Minas, de 1973, a la que se tilda de “franquista” en esas plataformas bien desinformadas, no es, ni mucho menos una ley para descuartizar. Lógicamente no está adaptada a la situación creada desde la Constitución, con la España de las Autonomías y la posterior transferencia de competencias, que dejó a los gobiernos regionales la práctica totalidad de las responsabilidades y trámites de su contenido. Pero tiene muchas cosas útiles y una de las posibles soluciones a lo que voy planteando aquí es, precisamente, poner en marcha un proyecto de revisión de esa ley, en forma de Ley de Bases Mineras, creando un tronco común para todas las CC AA, y facilitando, por ejemplo, ese acceso a los recursos mediante la inserción de algún tipo de criterio en los planes urbanísticos, coordinados con los estudios de impacto ambiental. O reorganizando los procedimientos de permitaje para conducir un proyecto de manera sostenible desde el inicio, acercándose a lo que hoy se denomina "Licencia Social” y que no consiste en aumentar la presión legal, sino en armonizar los intereses de esa sociedad civil (Grupos de Interés o stakeholders..) con los de la industria extractiva, en todas sus fases ya citadas, desde la exploración hasta la metalurgia, pasando por la extracción y la permanente rehabilitación, tanto local como compensatoria, término este último conocido sólo en Cataluña y País Vasco, a pesar de formar parte de la Guia de Aplicación de la Directiva NATURA 2000.

Estamos implicados en una transición energética para intentar reducir el calentamiento global y es imprescindible que esa sociedad civil haga suyo también este esfuerzo. Enlazando con las plataformas del 'NO a la mina' llama la atención cómo se consumen teléfonos móviles, ordenadores, televisores, etc, etc, etc, y se termina con los aerogeneradores, las placas solares o el coche eléctrico, pero nadie se pregunta de dónde salen, porque es evidente: de la tienda… No se ha informado todavía de lo imprescindibles que son y cada vez más, las materias primas minerales que componen todas esas “nuevas tecnologías” que tienen que permitir, en un plazo nada largo, ese cambio a una energía verde, a una sociedad verde.

Todo ello, además, de forma congruente con la Iniciativa de materias primas de la UE, ya citada, impulsando las empresas 4.0, eficientes, sostenibles y con criterios avanzados de gobernanza, para hacer frente a las necesidades de los ciudadanos a corto, medio y largo plazo, para mantener la actividad industrial en la España vacía, mejorando el acceso a los recursos, reduciendo la dependencia de materias primas minerales, especialmente de zonas de conflicto o producidos, en terceros países sin respeto a los derechos humanos, el medio ambiente y la seguridad y salud.

A nivel nacional tenemos un reto clave: El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima. Es un plan muy ambicioso pero que define una serie de pasos a acometer y que, entre otras, en su Medida 5.7, (página 199 del borrador actualizado del PNIEC de 2021-2030) cita expresamente:

“Materias primas: Proyectos de investigación orientados a actualizar la información sobre las reservas de materias primas en España y su futura demanda en función de las necesidades tecnológicas.” … definiendo cómo responsable de esa actualización al IGME, tal como empezaba diciendo en este artículo, al respecto del inventario de recursos minerales.

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Efectivamente, la importancia económica de las Industrias de las Materias Primas Minerales españolas queda de manifiesto por ser proveedora de numerosos sectores industriales situados aguas abajo y que son claves para la economía del país: Metalurgia y siderurgia, industria química, generación de energía, cemento, cales, cerámica, hormigón, mortero, ladrillos, vidrio, construcción, alimentación, medio ambiente, etc. El Dictamen del Comité Económico y Social Europeo sobre 'La minería no energética en Europa' (2009/C 27/19) dice que el 70 % de la industria Europea depende directa o indirectamente de las actividades extractivas.

En conjunto, las Industrias de las Materias Primas Minerales españolas generan 221.500 puestos de trabajo directos, según los datos de la Estadística Minera de España y del INE. Las puramente extractivas (que se incluyen en los CNAE 05, 06, 07, 08, 09) cuentan con un empleo directo de 32.000 trabajadores, en 2.759 explotaciones mineras con un valor de la producción vendible declarado de 3.280 M€, para los 193 millones de toneladas extraídas en 2017. Las industrias transformadoras (CNAE 23) y las metalúrgicas (CNAE 24) emplean a otras 189.500 personas.

De lo anterior, resulta evidente que España requiere de una adecuada política de materias primas para poder converger con el objetivo de la UE de que el 20% del PIB proceda de la industria.

Por eso, cómo ideas de solución a medio y largo plazo, creemos que hay que impulsar una mejora de las políticas aplicables a esta industria extractiva, para convertirla en un aliado estratégico imprescindible para el cambio de modelo productivo que permita la lucha eficaz contra el cambio climático, la descarbonización de la economía y la transición energética, pudiendo situar a España en la vanguardia de los países de la UE.

Hay que favorecer el crecimiento de la economía del país, con recursos minerales no energéticos de interés, integradamente con otras iniciativas europeas como, por ejemplo, el Horizonte Europa 2030. España posee reservas minerales en muchos ámbitos de su territorio: zona sur (cobre, zinc, plomo, oro, plata); zona occidental, desde Zamora hasta Badajoz (litio, vanadio, estaño, wolframio, níquel, germanio, uranio); zona norte (oro); zona oriental (potasas). También cuenta, en varias zonas del país, con importantes reservas de minerales industriales, caolines, rocas ornamentales, rocas industriales y arcillas. Las reservas de áridos se distribuyen a lo largo de toda la geografía nacional.

A la vista del PNIEC, es evidente que se debe facilitar la exploración de recursos minerales críticos no explorados hasta la fecha, así como de otros prioritarios o de interés para el desarrollo económico, ya que el país cuenta con minerales (litio, tierras raras, ...) imprescindibles para el desarrollo de las energías y tecnologías limpias y para poder lograr los objetivos medioambientales fijados por ese ambicioso Plan.

Las medidas anteriores contribuirán a reducir la dependencia de materias primas minerales, especialmente de zonas de conflicto o producidos sin respeto a los derechos humanos, el medio ambiente y la seguridad y salud, contribuyendo eficazmente a la lucha global contra el cambio climático, reduciendo las emisiones derivadas de su transporte hasta el país y paliando el déficit de balanza comercial española, que es negativa en un total de 33.840 M€, cuando el déficit en materias primas minerales (incluidas las energéticas) es de 39.087 M€, superior a todo el resto.

Y no podemos olvidarnos que la Industria Extractiva genera empleo industrial cualificado, estable y de calidad, fijando así a la población de la denominada 'España vaciada' y contribuyendo a las estrategias para el desarrollo sostenible del medio rural. En minería por cada empleo directo se generan cinco empleos, incluyendo los indirectos y los inducidos.

A modo de conclusión, queda claro que se presenta una oportunidad histórica de desarrollar una Estrategia Española de las Industrias de las Materias Primas Minerales Sostenibles, moderna, avanzada medioambientalmente, que permita ponerse a la cabeza de la lucha contra el cambio climático y de la descarbonización de la economía, que pueda servir de palanca para la transición energética y colocarnos a la vanguardia de la rehabilitación y de la gestión de la biodiversidad, coadyuvando a la consecución de los objetivos de la economía circular, definiendo los retos, oportunidades, amenazas y medidas necesarias para llevarla a cabo.

Empresas o entidades relacionadas

Confederación Nacional de Empresarios de La Minería y La Metalurgia

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