Entre dos aguas
El 2016 ha sido un buen ejercicio, en la línea de los dos años precedentes 2014 y 2015. Esta mejoría, con la consecuente formalización de operaciones inmobiliarias del sector industrial en Catalunya, está provocando un insuficiente stock de naves industriales en las carteras de los agentes inmobiliarios. Empezó agotándose el sector logístico, dando pie a la firma de operaciones llave en mano, que de forma directa por el propio usuario, o a través de operaciones de inversión, se ha podido ir ubicando, aunque cada vez con más dificultades.
A la logística y distribución les han seguido el mercado de naves y locales industriales de menor superficie y para cualesquiera de las actividades propias de la producción, almacenaje, y otros.
Sí, ha sido un buen año. La pregunta es si lo serán los próximos. Quiero pensar que también. Pero para ello hay que desarrollar, construir, reconvertir, ampliar usos, acabar con los inmuebles obsoletos; y además de nuevas iniciativas, sería bueno que las instituciones y los organismos públicos colaboraran.
Es una realidad que el mercado se mueve. La demanda es más selectiva, y además de una recolocación de empresas que hace unos años, en plena crisis, se movieron de ubicación para conseguir pagar menos rentas, hoy muchas de ellas han vuelto a esa primera corona.
No podemos permitir que esta realidad se convierta en un espejismo, y para lograr por fin una estabilidad sostenible, debemos procurar recuperar la confianza que por causa de excesos de unos cuantos, otros han pagado y la han perdido.
Entre dos aguas nos movemos, y tan importante es la demanda como la oferta para este año 2017.