Proceso y pasos a seguir
Más vale pintar el barco para prevenir
El proceso de pintar la embarcación es importante y al hacerlo lo hace más fácil de limpiar y más seguro para navegar y también crea una película entre el sustrato (superficie) y el ambiente. La pintura protege el acero y el aluminio contra la corrosión, el gelcoat contra la osmosis, impide que la madera se pudra y se deseque, así como en las áreas bajo el agua contra la incrustación y las cubiertas del barco contra la abrasión. Una vez que la superficie está protegida, se puede usar la pintura para realzar el aspecto del barco.
Son muchas las empresas en el mercado que cubren estas necesidades y multitud de productos: pinturas, recubrimientos, barnices y productos para el cuidado de embarcaciones a vela o a motor. Los navegantes deben prestar atención al cuidado de su barco y primero de todo se debe realizar su pertinente mantenimiento para evitar su deterioro y evitar un mayor desgaste. Asimismo, el aspecto estético también es otro de los factores a tener en cuenta ya que todo propietario disfruta y valora aún más su barco cuando este está en óptimas condiciones.
La erosión natural que producen el aire, el agua y el sol acortan la vida de una embarcación sin importar el material del cual esté construido, ya sea de madera, metal, plástico o fibra de vidrio. Por todo ello es de vital interés su mantenimiento para una mayor durabilidad de la vida del barco. Proyección de lo que vamos a pintar Antes de empezar el trabajo de pintura debemos considerar el proceso de manera global, incluyendo la preparación de la superficie y la aplicación de la pintura. También es importante saber el tipo de pintura que se va a usar y tener en cuenta los intervalos del tiempo de secado, curado y repintado, además de las temperaturas previstas y el momento en que pintamos.
Si pintamos el interior del barco, tendremos que asegurarnos que hay una buena ventilación porque si utilizamos disolventes de pintura se evaporen rápido y la pintura también. En el caso de que pintemos el exterior es mejor escoger un día sin viento porque reduce el riesgo de que la superficie se ensucie de polvo y la pintura quedará mejor nivelada con un acabado mucho mejor. Se aconseja no pintar el exterior ni muy pronto ni muy tarde para evitar el riesgo de condensación o rocío
Limpieza de la superficie
El primero de los pasos a seguir cuando decidimos mejorar la pintura del barco es encargarnos de realizar una buena limpieza y eliminar cualquier producto anterior u organismos vivos que puedan haberse adherido a la superficie. La limpieza de la superficie a pintar es la clave del éxito de la aplicación. Siempre debe limpiarse y desengrasarse la superficie antes de lijar para evitar que la suciedad penetre en la superficie durante el lijado.
La limpieza del barco es básica antes de pintar
En el caso que sea una embarcación nueva se deben eliminar primero las ceras o siliconas que vienen dadas de serie. Una buena manera de hacerlo es con la ayuda de disolventes y una buena lija, lavar bien toda la superficie con agua y jabón, y finalmente dejar secar. De ello dependerá un mejor acabado y dure todavía más el pintado del barco.
Se recomienda realizar un lijado en seco para eliminar pintura antigua (excepto los antiincrustantes). Lijar en seco crea mucho polvo, así que debería llevar siempre una mascarilla y protector de ojos de buena calidad. El papel abrasivo seco está disponible en varios grados y en hojas, discos o en rollo. Es mejor para asegurar un lijado a mano uniforme, envuelva un bloque de lijar de corcho con el papel de lija. Se deberá alisar la masilla, preparar la madera, aluminio, acero y gelcoat.
El lijado húmedo debido a la acción lubricante del agua, el papel no se atasca y se puede conseguir fácilmente una superficie lisa. El papel de lija húmedo cuenta con varios grosores y este tipo de lijado es para tratar las superficies antiincrustantes para evitar la inhalación del polvo tóxico.
El proceso de imprimación
En el momento de empezar la fase de imprimación debemos utilizar como primer producto el que proteja mejor el casco y sirva de base para el resto de capas de pintura. La aplicación de una imprimación adecuada protegerá el sustrato del barco, evitará la aparición de defectos prematuros en un sistema de pintado posterior y realzará el acabado final.
En el mercado náutico existen multitud de tipos de imprimaciones, algunas de ellas se usan para proteger del agua los cascos de fibra de vidrio y madera, además de preservar los cascos de metal de la corrosión. Podemos distinguir entre imprimaciones náuticas monocomponentes (sintéticas, aunque algo menos duraderas) o de doble componente (imprimaciones de poliuretano o epoxi). Estas últimas vienen con el envase de dos productos por separado: la base y el catalizador. Una vez se mezclan los dos componentes el tiempo de vida antes de la aplicación es limitado, pero estos recubrimientos tienen una resistencia mayor que los de un solo componente.
Una vez hemos imprimado, seguimos con este trabajo para empezar el sellado por lo que deberemos revistar todas las juntas del casco, la regala y buscar posibles orificios para sellarlos convenientemente después de su imprimación. Una manera de asegurarnos de que el agua no entrará y pintar de forma duradera. En materia de sellado existen múltiples masillas y soluciones de sellado pero en nuestra elección debemos tener en cuenta que sea un material resistente a la humedad y a los rayos solares.
Buen ejemplo de ello lo podemos encontrar con el poliuretano o la masilla epoxi. Incluso es muy importante que antes de emplear cualquier producto, leamos sus instrucciones de uso. Cuando trabajamos en barcos de madera advertimos que su deterioro pasa por tener la madera con un tono grisáceo, reseca y con grietas como consecuencia de la exposición solar. La humedad también provoca que se dilate o se encoja e incluso puede llegar a pudrirse si no se trata a tiempo. Cuando se trata de material como es el plástico aunque nos parezca que puede ser inmune a la humedad no lo es ante los rayos solares, el calor y los cambios de temperatura. Los barcos de metal sufren el efecto del óxido y su corrosión. En cuanto a los barcos de fibra pueden sufrir fisuras y resecarse como consecuencia de las inclemencias del tiempo y están expuestos a los efectos de la ósmosis.
Efecto de la ósmosis en el casco de un velero
La ósmosis es un fenómeno de descomposición natural de la resina debido a la absorción de agua que hace que el casco del barco pierda progresivamente su homogeneidad y que puede llegar a alterar gravemente su mecánica. Actualmente, la ósmosis es fácil de identificar y solucionar gracias a un tratamiento específico. Para prevenirla se debe comprobar periódicamente la humedad relativa contenida en el casco de la embarcación.
Pintado del barco
Si pintamos la obra viva del casco se pueden aplicar un par de capas de pintura antifouling o patente para mantener la embarcación libre de incrustaciones y organismos vivos
Debemos tener en cuenta ante de iniciar la fase de pintado del barco de retirar los accesorios que se pueden estropear con el pintado, y en caso no se pueda, cubrirlos con cinta de protección de pintor ya que se debe impedir deteriorar algunas partes como son los vidrios o los marcos de la embarcación.
Cuando iniciamos el trabajo de pintado del barco debemos pensar que se divide en distintas zonas que requieren ser tratadas de manera diferente. Y es que en el casco de nuestra embarcación tenemos la obra vida o la carena, que es la parte que se sumerge en el agua, y la obra muerta, que es la zona del casco que queda más arriba de su línea de flotación. En la mayoría de las situaciones parece que la obra muerta es la que mejor se adapta a las inclemencias del tiempo pero la acción del sol provoca también grandes desperfectos.
En la obra viva del casco se pueden aplicar un par de capas de pintura antifouling o patente para mantener la embarcación libre de incrustaciones y organismos vivos; en la obra muerta es mejor utilizar un esmalte o imprimación previa al producto que se elija para el pintado y aplicar uniformemente con una brocha o un rodillo tantas veces como lo defina el fabricante.
Los motores es otra de las partes del barco que no debemos descuidar su pintado, así como su cubierta, su superestructura. Según el producto que se escoja como protección, se pueden aplicar distintos barnices o pinturas con filtros solares eficaces contra el sol puesto que éste puede ser más perjudicial para el barco que incluso el agua marina.
En los motores fueraborda hay que utilizar una solución antiincrustante, mientras que para los motores intra-borda es mejor usar un esmalte específico para motores. Asimismo, no podemos olvidar el pintado con aceite de teca de las cubiertas de teca y renovar la aplicación cada tres o cuatro meses para que la madera no coja un tono grisáceo. Por último, en las cubiertas de gel-coat es recomendable aplicar un esmalte al que le hayamos añadido un sobre de aditivo antideslizante.
Secado y mantenimiento
Una de las formas de mantener las superficies es realizar un pulido de la superficie del casco
Tras haber realizado los pasos anteriores, el paso último consiste en un buen secado. A partir de este momento no debemos olvidar de su mantenimiento cuidando su limpieza con agua y jabón y paño húmedo cuando se trata la madera, cubrirlo con una lona en los momentos en que no se navegue y arreglar sus desperfectos a medida que vayan surgiendo. Sin duda, la mejor manera de mantenerlo en buenas condiciones durante más tiempo. Finalmente tendremos el barco en perfectas condiciones y estará listo para navegar.