Nivel de Madurez Digital: una herramienta para medir el éxito de la transformación digital

Si hablamos de transformación digital, la primera pregunta que nos viene a la mente es qué es Transformación Digital (TD). Hoy en día vivimos en un mundo digital donde el comportamiento humano cambia constantemente y las tecnologías evolucionan de manera exponencial. La vinculación entre lo humano y la tecnología - que muchos expertos catalogan como la Cuarta Revolución Industrial (4RI)- revolucionan la forma en que vivimos y trabajamos. Es desde allí que parte la TD, cómo se incorpora la digitalización a todos los aspectos de nuestra sociedad, desde la forma en que nos comunicamos hasta cómo realizamos nuestras tareas diarias.

En este artículo, abordaremos el concepto del nivel de madurez digital y su importancia en la era de la transformación digital, como se define el nivel de madurez y por qué es importante, cuáles son los desafíos que enfrenta una empresa al implementar la TD y cómo se puede medir el progreso de esta TD dentro de una empresa. Además, describiremos cómo la industria minera que ha sido tradicionalmente reticente a la incorporación de nuevas tecnologías, en la última década ha comenzado a adoptar tecnologías digitales avanzadas para mejorar la eficiencia, reducir costos, aumentar la productividad y la competitividad. Todo esto traducido en una industria sostenible.

La transformación digital es un desafío complejo y continuo que requiere un cambio integral, cultural y organizacional profundo, para mejorar la experiencia del cliente, la eficiencia, la productividad y la competitividad, habilitada por el uso de la tecnología digital en cada una de las áreas de la organización.

Para evaluar el progreso de la transformación digital, es importante medir el nivel de madurez digital de la empresa, lo que permite identificar cuál es el estado actual de la organización en el entorno digital, identificar áreas de mejora y tomar medidas adecuadas para fijar un objetivo deseado.

El nivel de madurez digital es una medida que indica el grado de éxito de una transformación digital. Se basa en la valoración de factores, como la estrategia digital, la disposición y uso de la infraestructura tecnológica, la cultura digital y la capacidad de innovación, entre otros. Por lo tanto, es un indicador estratégico del progreso de una transformación digital.

• Mejora de la eficiencia: las empresas pueden identificar las áreas en las que pueden mejorar sus procesos y uso de las tecnologías digitales. Esto puede conducir a una mejora de la eficiencia en sus operaciones.
• Mayor productividad: las empresas pueden establecer objetivos y prioridades para su transformación digital, lo que puede conducir a una mayor productividad, ya que las empresas pueden centrarse en las áreas que tienen el mayor impacto.
• Mejor experiencia del cliente: las empresas pueden evaluar su progreso en la transformación digital. Esto puede conducir a una mejor experiencia del cliente, ya que se pueden identificar las áreas en las que puede mejorar dicha interacción.
• Creación de nuevos productos y servicios: las empresas pueden utilizar la información para tomar mejores decisiones sobre su transformación digital. Esto puede conducir a la creación de nuevos productos y servicios que satisfagan las necesidades cambiantes de los clientes.

• Permite evaluar el progreso de la transformación digital: proporciona una visión general del estado actual de la empresa en su camino hacia la transformación digital, permitiendo identificar las áreas en las que se necesita mejorar, así como establecer objetivos y prioridades para su transformación digital.
• Ayuda a priorizar las inversiones en tecnología: apoya en la definición del plan de inversiones de la organización en función de aquellas que generen más valor.
• Facilita la comparación con otras empresas: permite a las empresas compararse con otras de su sector y comprender su posición competitiva, facilitando de esta manera la toma de decisiones estratégicas sobre su futuro.
• Mejorar la toma de decisiones: proporciona información que las empresas pueden utilizar para tomar mejores decisiones sobre su transformación digital.
• Proporciona información homogénea entre los líderes de una organización. Lo que facilita el abordaje de la transformación digital sobre bases sólidas de conocimiento de la organización.

Un estudio realizado por el MIT Center for Digital Business en 2018 (prepandemia) enfocado en organizaciones líderes en adopción tecnológica ha demostrado que estas empresas superan a sus competidores ampliamente. Algunas cifras interesantes demuestran que las empresas con alta madurez digital han obtenido un 9% más de ganancias a través de sus empleados y sus activos físicos, un 26% más de rentabilidad que sus competidores directos y un 12% más de valoración en el mercado. Estos KPI no son menores y deben llamar la atención principalmente a la industria minera quien ha tenido un fuerte impacto durante el COVID por la escasa transformación digital que presentaba. Esto ha cambiado significativamente desde 2020 como veremos más adelante.

Existen diferentes modelos para medir el nivel de madurez digital. Estos suelen basarse en factores como los siguientes:

• Estrategia digital.
• Infraestructura tecnológica.
• Cultura digital.
• Capacidad de innovación.
• Organización cliente céntrica.

Los modelos para medir el nivel de madurez digital suelen clasificar a las empresas en diferentes niveles, desde principiantes hasta expertos.

• Principiante: las empresas principiantes están en las primeras etapas de la transformación digital, carecen de una estrategia coordinada y visión de transformación integral. Han adoptado algunas tecnologías digitales, pero aún no han integrado la tecnología digital en su estrategia empresarial.
• Intermedio: las empresas intermedias han avanzado en la transformación digital, se encuentran fuertemente motivadas para provocar el cambio digital, entienden la necesidad de transformarse y la importancia de una estrategia global. Han adoptado un conjunto de tecnologías digitales y comienzan a integrar la tecnología digital en su estrategia empresarial.
• Avanzado: las empresas avanzadas están liderando la transformación digital. Cuentan con un plan estratégico con muchas iniciativas transformadoras y un enfoque customer centric, que les permite construir una cultura y organización digital. Han adoptado un conjunto completo de tecnologías digitales y han integrado la tecnología digital en toda la organización.
• Experto: las empresas expertas son pioneras, aportando valor al negocio desde la transformación digital. La experiencia es omnicanal y utilizan la inteligencia de negocio en tiempo real para las operaciones de la empresa. Han logrado desarrollar una cultura digital que les permite estar constantemente innovando y adoptando nuevas tecnologías digitales.

Es importante destacar que alcanzar un alto nivel de madurez digital no es un proceso instantáneo, requiere un compromiso continuo de aprendizaje y mejora, además de una mentalidad abierta hacia la innovación y el cambio. Además, implica invertir en la capacitación y el desarrollo de habilidades digitales, así como en la actualización constante de los conocimientos tecnológicos. Aquellas organizaciones que logren alcanzar un alto nivel de madurez digital estarán mejor posicionadas para prosperar en este nuevo entorno digital.

Por otro lado, aquellos que no logren alcanzar un nivel adecuado de madurez digital, corren el riesgo de quedarse rezagados y perder competitividad en un entorno cada vez más digitalizado.

En I&W Consultores, contamos con un modelo de medición de nivel de madurez digital basado en un marco de referencias reconocidas internacionalmente que, junto con el conocimiento y amplia experiencia que tenemos apoyando a empresas en su transformación digital, nos permite ofrecer un servicio personalizado que se adapta a las necesidades específicas de cada empresa durante la medición del nivel de madurez digital, desde una manera objetiva y precisa, acompañado de un plan de acciones para incrementar el nivel de madurez en un corto y mediano plazo de la empresa.

El modelo valora la madurez en 5 dimensiones:

• Estrategia
• Cliente
• Organización
• Tecnología
• Cultura

y determina el nivel de madurez digital de la empresa en 4 niveles:

• Principiante
• Adoptante
• Colaborador
• Diferenciador

Además de determinar el nivel de madurez digital global de la empresa, se obtienen resultados parciales por dimensión, niveles jerárquicos de la organización, rango de edades, entre otros factores. El resultado se complementa con recomendaciones y acciones de mejoras clave para incrementar el nivel de madurez digital a corto y mediano plazo, y con la comparación con diferentes sectores industriales a nivel global y regional.

La medición se realiza en 4 pasos principales:

1. Se llena un instrumento de medición para valorar las diferentes dimensiones y normalmente se acompaña con entrevistas al personal clave de la organización.
2. Se procesan las respuestas recolectadas a nivel global de la organización, por dimensión y diferentes factores de interés para la organización.
3. Se obtienen resultados que muestran el nivel de madurez digital, global y por dimensión. Adicionalmente se compara con el promedio de las diferentes industrias.
4. Se presentan recomendaciones y acciones de mejoras clave, con el fin de incrementar el nivel de madurez digital.

Se complementa la medición con una pequeña charla introductoria, con la finalidad de homologar conceptos en relación con qué es Transformación Digital y qué significa para la organización.

Para mejorar el nivel de madurez digital, las empresas deben centrarse en los siguientes factores, los cuales se adecúan dependiendo de los resultados obtenidos en su medición:

• Desarrollar una estrategia digital clara y alineada con los objetivos empresariales.
• Invertir y usar las tecnologías que les permitan alcanzar sus objetivos estratégicos.
• Promover una cultura digital que apoye la innovación y la adopción de las tecnologías digitales.
• Invertir en la capacitación y el desarrollo de las habilidades digitales de sus empleados.

Además de los factores mencionados anteriormente, existen otros que pueden influir en el nivel de madurez digital de una empresa, tales como:

• La industria: las empresas de diferentes industrias pueden tener necesidades y prioridades diferentes en términos de transformación digital.
• El tamaño de la empresa: las empresas deben adaptarse a la capacidad de recursos que poseen para invertir en transformación digital.
• La ubicación: las empresas de diferentes regiones pueden tener diferentes regulaciones y tendencias tecnológicas.

En general, el nivel de madurez digital está aumentando en todas las industrias y el nivel promedio varía de una industria a otra y de un país a otro para una misma industria.

La alta dirección se enfrenta a una desconcertante variedad de nuevas oportunidades digitales y en la mayoría de los casos, la decisión de inversión tecnológica no está enfocada en las necesidades de su propia industria, de su cultura organizacional y de su estrategia empresarial, sino en lo que otras empresas tienen y está de moda.

Estudios realizados por consultoras estratégicas globales clasifican en promedio a los siguientes sectores industriales en tres niveles de madurez digital:

Nivel alto de madurez digital:

• Telecomunicaciones, tecnológico, financiero (servicios financieros).

Las industrias con un alto nivel de madurez digital suelen ser las que están más expuestas a la competencia global. Estas industrias necesitan adoptar nuevos modelos de negocios y nuevas tecnologías para mantenerse competitivas y a la vanguardia.

Nivel medio de madurez digital:

• Financiero (aseguradoras), retail, manufactura, salud, logística, energía y minería.

Las industrias con un nivel medio de madurez digital suelen ser aquellas que están adoptando nuevas formas de trabajar y nuevas tecnologías, para mejorar la experiencia del cliente y la eficiencia de las operaciones.

Nivel bajo de madurez digital:

• Construcción, agricultura, educación, gobierno.

Las industrias con un bajo nivel de madurez digital suelen ser las que están menos expuestas a la competencia global. Estas industrias pueden estar rezagadas en la adopción de nuevas formas de trabajar y de nuevas tecnologías porque no ven la necesidad o la urgencia de hacerlo.

La minería es reconocida a nivel mundial por su reticencia a incorporar nuevas tecnologías y la aversión al riesgo de sus directivos. No es el objetivo de esta columna ahondar en la razón de aquello. Sin embargo, es necesario mencionar que el cambio generacional en los diferentes estamentos de las compañías permite permeabilidad a nuevas formas de tecnología y por tanto abre la puerta a la digitalización de procesos.

El sector minero se encuentra avanzando en su viaje de transformación digital, impulsado por una serie de factores, como la creciente demanda de metales, la necesidad de reducir los costos y mejorar la eficiencia, y las nuevas regulaciones ambientales y de seguridad. Todo está empujado por una sociedad que necesita de forma imperiosa el cambio de la matriz energética, por medio de tecnologías verdes que demandan minerales críticos.

El nivel de madurez digital del sector minero ha evolucionado significativamente en los últimos años. En la década de 2010, las empresas mineras comenzaron a adoptar tecnologías digitales básicas, como la automatización y la gestión de datos. Esto permitió la construcción de Centros Integrados de Operaciones, los cuales son la regla básica de gestión en países como Chile, Australia y Estados Unidos. Un ejemplo concreto ha sido la evolución de uno de los mayores productores de cobre del mundo, que pasó de su modelo tradicional llamado CODELCO 1.0 a su versión 3.0 enfocada en un modelo minero inteligente que depende de redes integradas y procesos altamente automatizados en tiempo real. Siguen este camino algunas empresas en Perú como Las Bambas de MMG, quien ha definido su estrategia para ser una mina completamente inteligente en 2030.

En la década de 2020, las empresas mineras, no sólo de gran escala, sino también las operadoras medianas y pequeñas han comenzado a adoptar tecnologías digitales más avanzadas, como la inteligencia artificial, el aprendizaje automático, analítica digital, el Internet de las cosas (IoT), realidad aumentada y automatización. Esto ha tenido como finalidad mejorar sus operaciones, reducir costos, aumentar su productividad, su competitividad y su sostenibilidad.

La automatización de equipos gigantes de alto tonelaje como camiones, palas y equipos de apoyo se ha impuesto en el mercado y las grandes mineras del mundo están destinando sus presupuestos a transformar radicalmente el ambiente de producción. La inteligencia artificial, especialmente aquella que reconoce imágenes, ha permitido estandarizar formas de clasificación en todas las áreas de la cadena productiva como la geología, minería y metalurgia. Con cámaras y algoritmos de inteligencia artificial es posible reconocer minerales de manera más rápida, monitorear equipos en tiempo real (por ejemplo, MiningiDEAS está ayudando a crear paneles con información para monitoreo de caída de GETS de equipos) y controlar los distintos procesos de las plantas metalúrgicas como chancado, molienda, flotación y lixiviación.

Pero ¿qué pasa con las medianas y pequeñas empresas? No debería la minería creer que sólo los grandes operadores pueden madurar digitalmente, tampoco debería sentirse fuera de juego el sector público. Hace unos meses MiningiDEAS creó un dashboard para monitoreo de aire, suelo y agua para la Secretaría de Estado de Minería de la Provincia de Santa Cruz en Argentina que permitió conectar a 11 operaciones mineras con un registro histórico de más de 20 años. Por lo tanto, la sociedad en su conjunto a través de sus organismos de gobierno es capaz de observar cómo la industria se comporta con el medioambiente y cómo evolucionan los controles de la mano de la evolución tecnológica.

Nuestra expertise en la industria, nos permite decir que, a pesar de estas mejoras, el sector minero aún tiene un camino por recorrer para alcanzar un nivel de madurez digital alto. Para ello necesita seguir invirtiendo en tecnología, mejorar su cultura digital, realizar cambios organizacionales, reconocer el talento digital y muy relevante, crear su estrategia digital que le permita de manera integrada y estructura diseñar una ruta de evolución.

España tienen una deuda pendiente en madurez digital con la industria minera, por la falta de inclusión en estudios y reportes que sumen y visibilicen a esta actividad productiva que está avanzando en el buen camino. La última encuesta de madurez digital empresarial presentada en septiembre de este año sigue mostrando que sólo el 11% de empresas españolas son innovadoras (lleva casi 4 años estancada en el mismo indicador) con un índice de madurez digital en retroceso (5.3) respecto de 2020 (5.7) de un total de 10 puntos. Lo cierto es que carecemos de datos que permitan a la madre de industrias saber dónde está parada respecto de sus competidores en otras partes del mundo.

En I&W Consultores y MiningiDEAS tenemos una vasta experiencia en el campo de la tecnología y la minería. Somos capaces de diseñar, implementar y medir los progresos de incorporación tecnológica. Hemos dedicado todos nuestros esfuerzos a mejorar la calidad de los procesos productivos de cada empresa minera que nos ha elegido. Sobre todo, hemos aumentado los beneficios de las compañías, mejorando incluso su posición de mercado y su nivel de producción de minerales. La transformación digital y todas las tecnologías son herramientas esenciales y nosotros sabemos cómo ayudar a las compañías mineras a identificar aquellas tecnologías adecuadas para el nivel de madurez en el que se encuentran. Pero vamos un paso más allá con I&W Consultores porque juntos podemos mostrar el camino de la evolución para que alcances un nivel diferenciador.