La OPEP prevé un impulso al consumo de crudo del 2,7 % en 2023 pese a las dudas sobre la oferta
Viena, 11 ago (EFE).- El mundo consumirá 102,7 millones de barriles de petróleo cada día (mbd) en 2023, un «impulso» al consumo del 2,7 % respecto a las cifras de este año gracias, entre otros factores, al «crecimiento económico mundial saludable» que la OPEP prevé en su informe mensual, publicado este jueves.
La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) confirmó así sus optimistas perspectivas de demanda para 2023 debido también a la confianza de una mejora de la contención de la pandemia de la covid-19 en China, uno de los mayores consumidores de crudo.
CRECIMIENTO SALUDABLE
Esos 102,7 mbd supondrían un rotundo aumento del 3 % respecto al petróleo consumido en 2019, antes de que la pandemia provocara una caída de la demanda y abriera un periodo de incertidumbres.
«En 2023, las expectativas de un crecimiento económico mundial saludable, junto con las mejoras previstas en la contención de la covid-19 en China, se espera que impulsen el consumo de petróleo», anuncia la OPEP en el documento.
Según esas estimaciones, la demanda en Rusia se recuperará en 2023 de la caída del 2,5 % que la OPEP le calcula para este año.
SED DE PETRÓLEO
Pero la sed de petróleo crecerá especialmente en China e India, donde la demanda será, respectivamente, un 4,8 y 4,6 % mayor que en 2022.
Juntas, esas dos naciones consumirán el 20 % de toda la demanda de «oro negro» del planeta, tanto como Estados Unidos.
En los países ricos de Asia y Europa, y en EEUU, el aumento del consumo será más moderado, entre el 0,5 y el 0,8 % respecto al año pasado.
Para el presente año, el grupo con sede en Viena ha rebajado muy levemente sus previsiones de consumo, que se quedan en 100,03 mbd.
Con todo, de confirmarse ese dato, sería la primera vez que el mundo quema 100 millones de barriles de petróleo cada día del año.
Esa revisión a la baja respecto a sus cálculos de hace un mes, de apenas 26.000 barriles diarios, se debe a la expectativa de que en la segunda mitad del año haya un resurgimiento de restricciones relacionadas con la pandemia y a «las incertidumbres geopolíticas en marcha», dice la OPEP en alusión a la invasión rusa de Ucrania.
RALENTIZACIÓN EN LA EUROZONA
A ese respecto, los analistas del grupo petrolero prevén una ralentización del crecimiento económico en la eurozona durante el segundo semestre del año, contrario al repunte previsto para China y EEUU.
La OPEP justifica este pronóstico en el endurecimiento de la política monetaria del Banco Central Europeo y en el aumento de los precios, en medio de las restricciones a la compra de hidrocarburos a Rusia en castigo por su ataque a Rusia.
Pero el optimismo sobre la consolidación de la demanda contrasta con algunas dudas sobre la capacidad de satisfacerla por parte de los países productores.
LÍMITES A LA OFERTA
Por un lado, la OPEP prevé que sus trece miembros tengan que afrontar el año que viene una demanda de 29,8 mbd, un millón más de sus extracciones conjuntas el pasado mes, según fuentes independientes citadas por la propia organización en su informe.
Sólo seis de los socios de la OPEP elevaron en julio sus bombeos respecto al mes anterior, y la subida conjunta de las extracciones fue de apenas 160.000 barriles.
La dificultad para abrir mucho y rápido los grifos quedó patente el pasado 3 de agosto, cuando la OPEP y otros diez países productores aliados, entre ellos Rusia, anunciaron que en septiembre sólo añadirán 100.000 barriles extras al mercado.
De hecho, los expertos creen que únicamente Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos cuentan aún con margen para aumentar el bombeo, mientras el resto extrae ya al máximo de sus posibilidades.
La OPEP estima que el último trimestre de 2022 Rusia, el segundo mayor productor del mundo, extraerá un 5 % menos de crudo que a principios de año, y que el bombeó se reducirá aún más en 2023.
Así, el informe señala que los países no miembros de la OPEP que más contribuirán al aumento del suministro en 2023 serán Estados Unidos, Noruega, Brasil y Canadá, mientras que las previsiones respecto a Rusia «están sujetas a una gran incertidumbre».
Antonio Sánchez Solís