La figura del operador minero: actividades y beneficios que aporta a un proyecto minero
Descripción de un operador minero
De manera muy general se puede decir que la minería existente en España hasta los años cincuenta y sesenta era minería de interior, desarrollada íntegramente por los propietarios de las concesiones o a través de contratos de alquiler a otros productores. Pero a partir de la década de los sesenta y setenta, debido a la evolución de la técnica minera, desarrollo de la neumática, hidráulica y electrónica y el incremento, en la citada época, del precio de las materias primas, se plantean explotaciones a cielo abierto. Éstas requieren unas mayores inversiones y especialización en la técnica lo que lleva a la aparición de los primeros operadores mineros.
Una operación minera se puede dividir en las siguientes secciones:
- Operación propiamente dicha
- Mantenimiento
- Servicios Técnicos
De la primera, Operación, se puede distinguir las siguientes secciones: perforación, voladura, carga y transporte. Cada una de estas actividades es susceptible de ser contratadas a través de un operador; bien de manera íntegra o separada.
En lo relativo al Mantenimiento, existen diferentes posibilidades: que el propietario, al decidir operar con equipos propios, realice las labores de mantenimiento él mismo; que sean contratados a una empresa especializada en el mantenimiento mecánico de la maquinaria; o que al contar con los servicios de un operador minero, éste integra a su vez las labores de mantenimiento.
Por último, los Servicios Técnicos engloban todas aquellas actividades de geología, planificación minera, topografía, compras… aunque se está extendiendo cada vez más la contratación de servicios técnicos de consultoría especializados en áreas específicas. Estas actividades no deben ser contratadas y deben ser desarrolladas por la propiedad, al considerarse críticas o importantes en el negocio.
Operación contratada vs operación propia
El riesgo de una operación minera puede, y debe, ser gestionado. Es decir, deberá ser identificado, cuantificado, cualificado o incluso transferido siempre que sea beneficioso para la operación. Dentro de esta gestión, los operadores mineros juegan un papel importante, ya que pueden contribuir a reducir el nivel de riesgo del proyecto.
Cuando un proyecto minero llega a un estado de madurez tal que ya se realizan los estudios de viabilidad técnica y económica, se debe valorar si se contrata la operación de la explotación o si se decide realzarla con medios propios.
Existen ocho Factores Críticos de Éxito (FCE) en un proyecto minero:
- Control de leyes
- Costes de producción
- Seguridad y Salud laboral
- Gestión del personal
- Productividad
- El ritmo de producción de bienes y su comercialización
- Mejora continua
- Gestión Medioambiental y Comunitaria
La decisión de contratar la operación o de ejecutarla directamente tiene que derivar de un exhaustivo análisis del Coste/Beneficio/Riesgo de cada uno de los factores anteriormente citados.
Dos conceptos son claves a la hora de tomar la decisión de qué actividades contratar:
- Todas aquellas actividades que no sean estratégicas o que no estén en el centro de importancia de la unidad de negocio de la propiedad.
- Todas aquellas que no sean susceptibles de llevarse a cabo de manera competitiva por la propiedad.
De cualquier forma, sea cual fuere la naturaleza del proyecto, no es frecuente la contratación de las siguientes actividades:
- La dirección del proyecto
- La gestión de la seguridad, salud y medio ambiente
- La gestión de los controles de calidad
Así pues, el concepto básico a la hora de decidir la contratación de operador minero radica en los beneficios que aporta en los FCE y en la reducción del nivel de riesgo del proyecto.
Ahora se va a indicar cómo la contratación de un operador minero impacta sobre algunos de los FCE. Contratar una empresa para la operación minera implica el disponer de unos costes de producción (2o FCE) fijos, en función del plan de minado propuesto y las revisiones del contrato firmadas. Así con una estimación más acertada de los costes de producción se reduce la calificación del riesgo del proyecto pudiendo éste acceder a una financiación con un nivel de transparencia mayor.
A los contratos se accede a través de un proceso de licitación, lo que hace que las ofertas sean lo más competitivas posibles. Así el contratista seleccionado velará por la productividad (5o FCE) de la operación para rentabilizar al máximo la misma, reduciendo así el riesgo de pérdidas de producción debido a averías mecánicas o al factor de utilización de los equipos.
La gestión del personal (4o FCE) de operación pasa a ser cargo de la empresa contratada, así como la adecuada adopción de las medidas de seguridad, salud y medioambientales (3o y 6o FCE). En este punto se debe señalar que la gestión de las medidas de seguridad, salud y medioambientales deben ser llevadas a cabo por la propiedad y adoptadas por la empresa contratista. En este caso, el contratista ayuda a reducir las necesidades de personal de la propiedad, y asume todos los riesgos de gestión del personal.
El punto de la Mejora Continua (7o FCE) se puede potenciar al combinar la experiencia y conocimiento del proyecto por parte de la propiedad con las experiencias del contratista en diferentes ámbitos y proyectos donde haya trabajado.
FCE como el control de leyes, la producción de bienes y su comercialización, tiene un impacto tan grande en la supervivencia del proyecto que no se plantea su contratación.
Además de los factores indicados en los puntos anteriores, se deben tener en cuenta otra serie de puntos, a saber:
- La vida de la mina
- Si es un proyecto ‘greenfields’ o no
- La variación de las cantidades a minar
- La posibilidad de contratación de personal cualificado
- Si se dispone de formadores en el uso de la maquinaria para fomentar la contratación local. Gestión social y comunitaria del proyecto
- Si el proyecto de financiación requiere una gran transparencia en la estimación de los costos de minado
- Diseño y tamaño de la maquinaria a utilizar
Transporte de material con dumper rígido Caterpillar.
Ventajas del uso del operador
El uso de un contratista par la operación de minado reporta las siguientes ventajas a la propiedad:
- Reducción de los costes de capital de la posesión del proyecto
- Flexibilidad de la flota y de los equipos necesarios
- Licitaciones competitivas
- Costes de minado definidos
- Menores costes de minado
- Aporte de experiencia del contratista
- Menores problemas industriales
- Menor volumen de plantilla que gestionar
- Beneficiarse de las mejoras implementadas por el contratista
- Se facilita la eliminación de la maquinaria al final de la vida de la explotación
- Acceso a una financiación más barata
- Permite a la propiedad centrarse en las actividades críticas del negocio
- Bajo coste de los procesos de licitación
- En vez de tener que controlar contratos con varios suministradores, se simplifica con un solo contrato con el operador que gestionará el resto de suministros
- Transmisión del riesgo de las labores de mantenimiento al contratista
- Asesoramiento técnico
Casos en los que usar un operador
De manera general se ha explicado que la decisión de utilizar a un operador minero debe venir motivada de una correcta gestión del riesgo de la operación, a través de un estudio detallado de la relación: coste, beneficio, riesgo. A continuación se van a citar algunos casos particulares donde resulta muy claro el uso de un operador:
- Cuando es complicado acceder a la financiación, ésta es muy cara o se exige transparencia en los costes de operación. El operador aportará la maquinaria y los equipos necesarios para la ejecución del minado, lo que impactará sobre el CAPEX del proyecto, haciendo que las necesidades de financiación sean menores. Por otro lado, aunque puede darse el caso de un incremento del OPEX, éste quedará bien definido al estar ligado, entre otros factores, al coste de operación fijado por el contrato, con sus correspondientes revisiones.
- En los casos en que la planificación de la mina varía año a año resulta especialmente interesante contratar a un operador ya que tienen mayor flexibilidad de producción y de disposición de equipos.
- Cuando exista situaciones puntuales de aumento de la producción, como por ejemplo en los retranqueos y preparaciones de ampliaciones de corta, o simplemente por ser una etapa en la que la materia prima explotada se encuentre en un mercado alcista.
- Cuando existan fallos estructurales en paredes de la explotación que requieran disponer de maquinaria extra, con el fin de solventar el problema, intentando influir lo menos posible sobre la programación de la producción.
- En explotaciones que cuenten con maquinaria propia y ésta se encuentre en un estado tal que su disponibilidad esté bajando motivado por avería mecánicas, el uso del operador aumentará la disponibilidad mecánica de la maquinaria, aumentando así la productividad de cada unidad.
- Cuando sea necesario la construcción de infraestructuras que den servicio o sean necesarias para la explotación, como por ejemplo, la construcción de presas, desvío de ríos, carreteras…
Conclusión
El uso de la subcontratación en el sector minero repercute en beneficios en lo relativo a la reducción de costes de operación y mejora de la productividad del proyecto. Los contratos de proveedores de servicios en minería abarcan una porción importante de los costes de operación minera, tipificado normalmente en el 50% de los costes de capital de producción; al contratar un operador minero, estos costes de operación pueden ser gestionados a través de un único contrato, facilitando así su control, negociación y reduciendo los costes de estructura de la empresa propietaria del proyecto; así ese primer porcentaje se puede llegar a reducir entre un 10% y un 20% en función del tipo de contratación y del proceso de licitación.
La industria minera no es conocida por intentar maximizar el retorno de la inversión en equipamiento minero, sobre todo por la falta de atención en las labores de mantenimiento y en la disponibilidad mecánica de la maquinaria. Sin embargo, un operador sólo obtiene beneficios entre el 15% y el 20% final de los costes de producción, que corresponden en gran medida al mantenimiento y disponibilidad mecánica de sus equipos; esto hace que las empresas especializadas en operación minera se focalicen en estas labores para intentar rentabilizar al máximo sus operaciones.