Entrevista a Emmanuel Mielvaque, director de Alma Consulting Group para España y Portugal
Alma Consulting Group ha presentado la séptima edición del barómetro de financiación de la innovación en Europa. Con el objetivo de conocer los resultados arrojados por el informe, Emmanuel Milvaque, director de Alma Consulting Group para España y Portugal analiza en esta entrevista la situación sobre el uso de los distintos instrumentos de financiación de la innovación en Europa, y su efecto en las empresas innovadoras, centros dedicados en exclusiva al I+D y asociaciones de investigación, así como en el empleo y las inversiones en I+D.
Alma Consulting Group lleva siete años realizando el Barómetro de financiación de la innovación en Europa. ¿Qué les llevó en los inicios a realizar este Barómetro?
Desde hace siete años realizamos este Barómetro con el objetivo de facilitar un balance de situación sobre el uso de los distintos instrumentos de financiación de la innovación en Europa, y determinar su efecto en las empresas innovadoras, centros dedicados en exclusiva al I+D y asociaciones de investigación, así como en el empleo y las inversiones en I+D. Aunque siempre hemos empleado la misma metodología, año a año hemos ampliado la muestra de la encuesta en cuanto a: nº de empresas y nº de países, garantizando siempre la representatividad por sector de actividad y tamaño de empresa. Así, en esta 7ª Edición del Barómetro de Financiación de la innovación, se han analizado 2.041 empresas innovadoras (pymes, empresas medianas y grandes grupos), frente a los 819 de 2010, y hemos pasado de entrevistar 5 países a 9 (Alemania, Bélgica, España Francia, Hungría, Polonia, Portugal, Reino Unido y República Checa). El Barómetro se ha elaborado a través de una encuesta a empresas mayoritariamente procedentes del sector de las altas tecnologías (86% de las TIC, Sanidad, Electrónica, Energía, Medioambiente y Aeronáutica), del sector servicios (Banca y Seguros), Transporte y Logística, Consultoría Tecnológica, etc.
Ningún estudio había evaluado hasta ahora el efecto real de los instrumentos de financiación sobre las actividades de I+D de las empresas en Europa, demostrando la utilidad y eficacia de los instrumentos públicos de apoyo al I+D.
A lo largo de estas siete ediciones, en líneas generales ¿cuál ha sido la evolución de las herramientas de financiación de la innovación en Europa y los hitos más destacables?
A nivel europeo, la herramienta de financiación de la innovación por excelencia han sido los programas Marco de la Unión Europea de Investigación y Desarrollo Tecnológico, al igual que el conjunto de otras ayudas que provienen de la comisión Europea, las cuales han sufrido a lo largo de sus ediciones ajustes de acuerdo a las necesidades y oportunidades tecnológicas. Podemos decir que para cada programa Marco se revisan las políticas y se diseñan los instrumentos. A nivel fiscal, las deducciones fiscales a la I+D+i están presentes en muchos países, remontándonos al año 1979 para España y a 1983 para Francia, lo que demuestra que son instrumentos muy beneficiosos, claro está, que sufren modificaciones muchas veces al mismo tiempo que ocurren grandes reformas fiscales en los países que los tienen implantados. Cabe preguntarse si estaremos ante un posible cambio en los incentivos que tenemos actualmente en España. Lo más importante es lograr un balance óptimo entre los distintos instrumentos de financiación que estén disponibles, ése es uno de nuestros principales aprendizajes a lo largo de estos años de andadura.
Llama la atención un dato que invita a la reflexión. Si hoy en día todos tomamos como ejemplo a seguir a Alemania, vemos que no dispone de crédito fiscal por I+D. ¿quiere decir esto que las ayudas a la innovación no tienen relación directa con el desarrollo en sí de la economía de un país?
Alemania no ha presentado todavía ningún plan de deducción fiscal a la I+D, pero el 65% de las empresas encuestadas en el Barómetro han afirmado que podrían empezar a ser un mecanismo clave para sus actividades de I+D. ¿Qué quiere esto decir? Que si bien el tejido empresarial alemán es bastante diferente al del resto de los países europeos encuestados, y la cultura de la innovación está históricamente arraigada en el mundo empresarial, éste empieza a demandar ante la coyuntura económica actual y como garantía a la futura financiación continua de la innovación, ayudas por parte del gobierno.
Identificar los instrumentos más adecuados para financiar la I+D ha sido la principal prioridad en 2011 para el 45% de las empresas innovadoras europeas, muy por delante de la innovación en sí misma (29%). ¿Ello obedece únicamente a la crisis o es porque técnicamente es complejo encontrar el apalancamiento financiero más correcto si no es con asesores externos como Alma Consulting Group?
Los datos muestran efectivamente que la crisis está obligando a las empresas innovadoras a focalizarse en las fuentes de financiación a su alcance, haciéndolas más sensibles a cualquier evolución de los instrumentos existentes. Esta es la razón por la que es imprescindible que las empresas valoren cuál ha de ser el apalancamiento financiero más adecuado a su realidad de mercado, convirtiéndose así en su principal reto. Es aquí donde Alma Consulting Group interviene, ayudándoles significativamente en la búsqueda y evaluación de las herramientas de financiación que más les convengan.
La deducción fiscal es a día de hoy el principal recurso externo elegido para financiar la innovación, concretamente en un 53%. ¿Se ha convertido en el motor para la innovación y el empleo? ¿Es un catalizador económico?
Si las empresas consideran las deducciones fiscales a la I+D como una medida clave es porque han actuado, más allá de los efectos de financiación a corto plazo, como verdadera palanca en la competitividad de quienes se han beneficiado de ellas: estimulando las inversiones en I+D, el empleo en I+D y las innovaciones. El 62% de las empresas europeas que solicitan una deducción fiscal a la I+D han aumentado sus innovaciones lanzadas al mercado y el 49% de su personal dedicado a la I+D. Casi la mitad de las empresas reconocen que la intensidad de la ayuda de las deducciones fiscales a la I+D les influye a la hora de poner en marcha nuevos proyectos de I+D. Además, la mayoría de las empresas encuestadas (56%), reinvierte las deducciones fiscales a la I+D, y de éstas, el 58% son pymes (cifra levemente inferior en España, ya que el 53% de las empresas españolas reinvierte en I+D). Concluyendo, la deducción fiscal a la I+D desempeña un papel nada desdeñable como 'catalizador económico', ya que casi una de cada 10 empresas lo utiliza para reducir las salidas de tesorería y mantener el empleo.
¿Están las empresas innovadoras satisfechas con las diferentes opciones de recursos disponibles de financiación de la innovación?
El Barómetro revela que los créditos bancarios a la I+D ocupan el primer lugar, con un índice de satisfacción del 66%. En Francia, Portugal y Reino Unido, el índice de satisfacción alcanza su nivel más alto, con un 84%. Una de cada 2 empresas considera las deducciones fiscales a la I+D como un instrumento clave de apoyo a la innovación.
Por el contrario, un 8% de las empresas belgas y más de un 30% en España se declaran insatisfechas con las cantidades.
¿Qué papel desempeñan entonces las ayudas y subvenciones a fondo perdido?
Las ayudas y subvenciones son consideradas como un incentivo para la puesta en marcha de proyectos conjuntos de investigación y colaboración. Dado que las ayudas y las subvenciones se reciben en parte antes de comenzar el proyecto, permiten a seis empresas de cada 10, aumentar tanto su contratación de personal en I+D como las asociaciones de investigación o participación en consorcios.
Volviendo a nuestro país ¿cuál es su valoración sobre el efecto real de los instrumentos de financiación sobre las actividades de I+D de las empresas españolas innovadoras? ¿En qué medida están siendo útiles los instrumentos públicos?
De las 309 empresas españolas de la muestra del Barómetro, el 57% consideran la innovación una estrategia clave para su desarrollo y mantenerse competitivas en el mercado, y el 74% han declarado Crédito Fiscal por I+D, lo que lo sitúa como el pilar esencial del apoyo a la innovación. En el momento en el que se realizó la encuesta, el 73% manifestó un gran optimismo en el futuro en lo que a la innovación se refiere y el 53% reinvierte una parte importante de sus beneficios en I+D.
En la actualidad, y tras el anuncio el pasado 30 de diciembre de la reducción de 600 millones de euros en investigación científica y tecnológica, el panorama que han de afrontar las empresas españolas con vocación de investigación, desarrollo e innovación, es duro. La cifra es bastante considerable si tenemos en cuenta que la totalidad del presupuesto en 2011 fue de 8.600 millones de euros, con lo que el saldo previsible para 2012 nos llevaría a niveles de 2007. Ya en 2011 veníamos acumulando una cadena de recortes de un 8% con respecto a 2010, de un 15% sobre el 2009, y con una marcada tendencia a aumentar las subvenciones en forma de créditos rembolsables.
Las empresas son conscientes de la necesidad de innovar y que bajar su inversión en I+D+i es una amenaza real para su desarrollo en una economía basada en el conocimiento y la competitividad. Si para salir de la crisis parecía estar claro que necesitamos una modernización estructural de la economía, ¿cómo van las empresas a definir sus estrategias de innovación a largo plazo? La actual crisis es resultado de no disponer de un modelo económico basado en ventajas competitivas estructurales como las derivadas de la innovación. Por ello, el I+D es clave para crear un modelo económico con una competitividad más robusta, que nos haga menos sensibles a las crisis.
Las empresas necesitan incrementar su competitividad a través de la I+D+i con el apoyo de la financiación pública. Ninguna empresa española debería quedarse sin financiación a la innovación. El cambio económico debe hacerse apoyando a los que quieren ser protagonistas de ello a través de la I+D+i. Ahora que la cultura de la innovación empezaba a calar entre los empresarios y se habían animado a solicitar las ayudas a la innovación para ser más competitivos, es una pena la retirada del apoyo que necesitan. Nunca antes fue más decisivo que las empresas conozcan todas las ayudas a la innovación con las que cuentan a la hora de planificar sus inversiones en I+D+i. Cuanto más conocimiento tengan sobre sus opciones para llevarlas a cabo, más beneficioso será para todos. Esperemos pues que estos recortes no generen un impacto irrecuperable a los componentes de nuestro sistema de I+D+i y en especial al sector empresarial.
¿Cómo está España con respecto al resto de países estudiados? ¿España es también en la financiación de la I+D+i “different”? ¿Cuántas empresas innovadoras necesitaría España para colocarse a nivel europeo?
Las alrededor de 13.000 empresas que innovan en nuestro país a día de hoy no son suficientes para que podamos afirmar que la innovación es un motor de competitividad en España. Si bien la subida experimentada en los indicadores de inversión en I+D en los últimos años es ciertamente relevante, así como el retorno obtenido del 7º Programa Marco también, necesitaríamos contar con un núcleo de al menos 40.000 empresas que innoven y más de 6.000 millones de euros de gasto en I+D para afirmar que la innovación forma parte de la cultura de las empresas españolas.
Esta realidad también traspasa al sector servicios. España no es un referente hoy en día ni en el desarrollo de tecnología ni en la transferencia de la misma, y en cuanto a la innovación en los servicios, definitivamente no se le ha prestado la debida atención. La innovación en los servicios no sigue las pautas de las empresas manufactureras, aunque las tecnologías de la información siguen siendo las desencadenantes de las innovaciones en el sector.
La 7ª Edición del Barómetro concluye que pese a la crisis, el 74% de las empresas afirma tener confianza en el futuro. ¿Qué argumentos objetivos hay para ello?
Así es, aunque hoy en día nos encontramos en una situación paradójica, donde la visión económica se opone a la política. La financiación externa de los proyectos innovadores de las empresas europeas ha dependido en un 66% de la financiación pública, y su posible recorte por los gobiernos europeos ha abierto la puerta a una incertidumbre sobre la capacidad de innovación de las empresas beneficiarias.
Ahora que la Comunidad Económica confirma con la iniciativa Horizon 2020 su compromiso con la innovación, la pelota está en el tejado de cada Estado miembro. ¿Se impondrán las restricciones sobre la financiación del crecimiento a riesgo de asfixiarlo del todo? ¿Tendrán los gobiernos medios para mantener estos instrumentos de ayuda pese a las restricciones presupuestarias? La acción de innovar debería ser la prioridad, pero son los medios de financiar la I+D lo que está acaparando toda la atención. La realidad es que los distintos gobiernos están cuestionando el volumen de estos medios y no sabemos a día de hoy cuáles podrían ser los efectos negativos de los posibles recortes.
¿Cuál es la principal dificultad que se encuentran las empresas para acceder a los instrumentos de financiación a la I+D+i? ¿Cuál es el valor añadido de las empresas consultoras o asesoras como Alma?
Existen muchas empresas que desconocen las dos grandes vías de ayuda pública para fomentar la actividad innovadora: las deducciones fiscales recogidas en la Ley del Impuesto de Sociedades, y las ayudas directas en forma de subvenciones (en los ámbitos autonómico, nacional y europeo), a Fondo Perdido o Préstamos a interés reducido. Tanto el desconocimiento del marco de ayudas existentes para la innovación, como la falta de capacidad y/o medios propios para gestionar procedimientos administrativos complejos, pueden y deben superarse mediante la utilización de especialistas en esta materia, como es el caso de Alma Consulting Group. Lo mismo puede decirse en cuanto a la optimización de esta financiación o la conveniencia de dotarse de la mayor seguridad jurídica posible.
Las principales ventajas que aporta contar con la asesoría de un especialista en ayudas y subvenciones son: la especialización y la optimización de los resultados. En lo que a grandes compañías se refiere, a pesar de que cuentan con profesionales e incluso medios propios para gestionar procedimientos administrativos complejos, utilizan especialistas externos como nosotros. Si hablamos de empresas no tan grandes, el desconocimiento del marco de ayudas existentes para la innovación, así como la falta de capacidad y medios, son fundamentalmente el origen de la utilización de nuestros servicios. Ya en el ámbito de las ayudas europeas, el grado de dificultad para acceder a las mismas a través de consorcios con empresas de varios países miembro, unido a la altísima exigencia de calidad científica y técnica derivada de la competencia entre los proyectos de las principales empresas europeas y la gestión compleja que ello conlleva, son los motivos por los cuales acuden a empresas especializadas como Alma Consulting Group.
Dentro del nuevo orden económico de crisis y cambios estructurales anunciado por el nuevo gobierno, con recortes presupuestarios y ante un posible rediseño del abanico de instrumentos de financiación a la I+D+i. ¿Cuál es el papel de una empresa como Alma Consulting Group con un largo recorrido, en el acceso a sus clientes de los dispositivos de financiación?
En la actual coyuntura económica es necesario más que nunca que las empresas tengan a su disposición todos los incentivos posibles para innovar, así como empresas especializadas que les ayuden a aplicarlos con seguridad jurídica. Asumir el cambio de modelo de nuestra economía pasa definitivamente por tomar conciencia de: la necesidad de innovar para ser más competitivos, la importancia de gestionar y compartir el conocimiento.
El papel de Alma Consulting Group es dar a conocer a las empresas todas las ayudas que pueden disponer a la hora de planificar sus inversiones en I+D+i, sus opciones para llevarlas a cabo, la optimización de la financiación y la conveniencia de dotarse de la mayor seguridad jurídica posible.