Entrevista a José Luis Prieto, presidente de Sigaus
16 de enero de 2012
¿Qué proyectos se plantea para su ‘mandato’?
El objetivo fundamental de Sigaus sigue siendo el mismo desde que inició su actividad hace ahora cinco años: cumplir las obligaciones existentes en relación con la gestión de los aceites usados, en nombre de las compañías adheridas al sistema, garantizando así al mercado y al conjunto de la sociedad la no incidencia ambiental de este residuo peligroso. En este sentido, el cambio de presidencia no supone una alteración de los fines de Sigaus, ni tampoco de los procedimientos puestos en marcha para su consecución.
Junto a este primer eje de actuación, en los próximos años debemos profundizar en algo en lo que se viene trabajando desde hace tiempo, y que son aquellos temas que implican un cumplimiento no solo eficaz sino eficiente de los compromisos adquiridos por Sigaus. En esta línea, resaltaría las labores destinadas al control de las declaraciones de aceites industriales puestos en el mercado por las empresas adheridas, y también de las operaciones de gestión de aceites usados por parte de los gestores con los que trabajamos.
No me olvido de otro reto importante a corto y medio plazo como es mantener y mejorar la colaboración con las nuevas Administraciones surgidas en este 2011, empezando por el nuevo Gobierno así como los nuevos gobiernos autonómicos. La colaboración y la transparencia con todas la Administraciones ha sido uno de nuestras señas de identidad, y a la luz del respaldo obtenido por ellas estos años, no cabe duda de que ese debe ser el camino a seguir en el futuro.
¿Qué volumen de aceites y lubricantes se habrá reciclado en 2011? Y ¿qué previsiones tienen para 2012?
Aún no disponemos de cifras definitivas relativas al año 2011, que en todo caso comunicaremos a las Administraciones Públicas, cumpliendo con lo establecido legalmente, antes de finalizar el primer trimestre del año en curso. Sí podemos anticipar que ha sido un año difícil, y volátil, para el mercado de lubricantes, que probablemente arrojará cifras globales algo inferiores a las registradas en años precedentes, situando en torno a las 300.000 las toneladas de aceites industriales puestas en el mercado español por las empresas adheridas a Sigaus.
Por la lógica del consumo, existe una relación relativamente proporcional, aunque no inmediata en el tiempo, entre las ventas de aceites industriales y la generación de aceites usados, lo que podría situar el volumen de residuo gestionado por Sigaus en torno a las 140.000 toneladas. Lo importante, y lo que sí podemos asegurar, es haber cumplido con los objetivos de recuperación y valorización que nos exige la normativa, y que incluyen, por ejemplo, recoger y gestionar al menos el 95% de los aceites usados generados a partir de los productos comercializados por nuestros adheridos.
Respecto a 2012, será nuevamente un año complicado para el sector, con una tendencia previsiblemente negativa, aunque difícil de pronosticar hoy día. Sin embargo, he de decir que ello no afectará al cumplimiento de los compromisos de Sigaus como sistema integrado de gestión de aceites usados.
¿De qué sectores proceden principalmente? ¿Existe aún, dentro del amplio y variado mundo industrial, algún sector que se muestre reacio a dicha recuperación?
En la actualidad, la industria consume aproximadamente un 40% del aceite industrial que se vende en España y, por tanto, también genera aproximadamente ese porcentaje del aceite usado. Sectores como la siderurgia, la maquinaria, el equipamiento, el eléctrico o el mecanizado son grandes consumidores de aceite lubricante de diverso tipo: hidráulicos, dieléctricos, térmicos, de corte, para transmisiones, engranajes, etc. En general, la respuesta de la industria es muy positiva hacia la recuperación del aceite usado.
Por una parte, muchas compañías que importan aceites para sus procesos productivos o su maquinaria, y que por tanto ostentarían la condición de fabricantes de aceites industriales (según lo establecido en la normativa), están adheridas a Sigaus, demostrando su compromiso con el medio ambiente. Esto sucede con compañías de todos los sectores mencionados que han confiado en Sigaus para cumplir con sus obligaciones respecto al aceite usado. Por otra parte, la práctica totalidad de empresas de diversos sectores industriales que usan aceite adquirido en España (siendo, por tanto, generadores de residuo) cuentan con gestores autorizados —muchos de ellos, trabajando en el marco de Sigaus— para la retirada y tratamiento de sus aceites usados, formando parte importante de la cadena de recuperación del residuo. Por lo tanto, podemos afirmar que existe un compromiso de todos los sectores en favor de la recuperación y correcta gestión de los aceites usados.
A grandes rasgos, ¿qué metodología siguen a la hora de recoger estos aceites usados y su posterior recuperación?
El aceite usado se recoge en los talleres de automoción y en la industria por parte de empresas autorizadas para ello, y cuyo trabajo es controlado por Sigaus, y se traslada a instalaciones donde se somete a distintos procesos que permiten separar los tres componentes habituales del residuo: aceite, agua y elementos contaminantes, generados o incorporados en el uso o proceso al que se someten los lubricantes.
Básicamente, hay dos tipos de tratamiento final del aceite usado, que garantizan, por un lado, que ese residuo no impactará negativamente sobre el medio ambiente, como ocurriría si fuese vertido o arrojado sin control; y por otro lado, que ese residuo se utilizará para obtener de él un aprovechamiento.
El primer proceso, la regeneración, consiste en tratar el residuo para extraer de él base lubricante, que será el componente fundamental en la fabricación de nuevos aceites. En España, la legislación da prioridad a la regeneración y al menos dos terceras partes del aceite usado recuperado deben destinarse a este tratamiento.
El segundo proceso del aceite usado tiene por finalidad hacer posible su valorización energética como combustible de uso industrial. Mediante tratamientos físicos y químicos, se eliminan del residuo sustancias cuya combustión no está permitida, transformando el aceite usado en un combustible alternativo al fuel oil, útil en muchos tipos de industria o en la generación eléctrica, lo que ahorra el consumo de otros combustibles no renovables.
Algunos de ellos, ¿tienen una segunda vida?
Lo cierto es que todo el aceite usado que se recoge se valoriza, entendiendo por ello el darle al residuo una nueva utilidad, ya sea para fabricar nuevos aceites o combustible.
Como director general de Cepsa Lubricantes, ¿puede decirnos qué papel juegan estas empresas de este tipo a la hora de promover la actividad de Sigaus?
Sigaus nació por iniciativa de un grupo de empresas del sector del lubricante, entre ellas las más representativas, quienes, en 2006, ante la expectativa de la entrada en vigor de una nueva regulación que les obligaría a asegurar la correcta gestión de los aceites usados, no tuvieron dudas en asumir sus responsabilidades ni en confiar en la figura de un sistema integrado de gestión como la mejor forma de hacerlo. Y debemos decir que el tiempo nos ha dado la razón, puesto que Sigaus se ha revelado como un mecanismo eficaz para garantizar esa gestión, tanto desde el punto de vista económico, como logístico y, lo que es más importante, medioambiental.
Sin embargo, siendo Sigaus producto de ese compromiso y de ese consenso de las empresas, en su evolución ha trascendido claramente su origen, aglutinando a más y más compañías de todo tipo. Así, una solución medioambiental nacida en el seno de la industria del lubricante ha demostrado ser capaz de expandirse y adaptarse a todo tipo de empresas y sectores productivos, no dejando fuera a ningún agente económico que quisiera cumplir la ley. La confianza de las compañías que ponen aceites en el mercado, aún en momentos económicos difíciles, es la base que hace posible el buen funcionamiento del Sistema y la mejor prueba de su éxito. Actualmente Sigaus goza de un amplio respaldo (cerca de 160 compañías), sin el cual los objetivos logrados no hubieran sido posibles.
La legislación española actual, ¿favorece esta actividad? ¿Es mejorable?
El Real Decreto 679/2006 por el que se regula la gestión de los aceites industriales usados es la base de la existencia y de toda la actuación de Sigaus. Dado que Sigaus ha demostrado ser un mecanismo eficaz para el control del impacto ambiental del aceite usado, que agrupa al 90% del mercado y que ha cumplido los objetivos ecológicos establecidos, no podemos decir otra cosa que aquella regulación –que en su día supuso una ruptura con el modelo anterior en el que la gestión del residuo se financiaba con cargo al Estado– ha sido extraordinariamente positiva. Los resultados logrados hablan por sí mismos, incluso en otros sectores que también se han acogido a la figura de los sistemas integrados de gestión para la recuperación de determinados flujos de residuos.
La reciente aprobación, en julio pasado, de una nueva Ley de Residuos y Suelos Contaminados, que contiene cambios importantes, y en nuestra opinión injustificados, en el modelo organizativo de los sistemas integrados de gestión se erige, sin lugar a dudas, en un reto importante para todos estos sistemas, que han demostrado su eficacia y que ahora deberán, además, trabajar por adaptarse al nuevo marco legal.
En su opinión, ¿en qué punto estamos respecto a otros países de Europa y del ámbito internacional? ¿A qué país querría ‘parecerse’ en este sentido?
La gestión de los aceites usados se lleva a cabo de maneras muy diversas en los distintos países de Europa, aunque en todos ellos existen regulaciones que exigen su recuperación y correcta gestión. De hecho, los aceites usados fueron uno de los primeros residuos sobre los que legisló la Unión Europea, a través de una directiva de 1975, que obligaba a los Estados miembros a garantizar la recogida y eliminación de los aceites usados, prohibiendo su vertido, depósito o combustión incontrolada.
Pese a una inicial prioridad por el proceso de regeneración, establecida legalmente, la experiencia de los distintos países es muy diversa, y mientras en algunos las regulaciones apuestan por la regeneración, como en España, en otros la valorización energética es claramente el tratamiento más extendido.
Respecto al régimen jurídico aplicado para la gestión del residuo, habría dos grupos de países: en casos como Bélgica, Bulgaria, España, Grecia, Italia, Polonia o Portugal se aplica el Principio de Responsabilidad Ampliada del Productor, siendo las empresas que ponen aceites en el mercado las responsables de financiar la gestión del residuo. Mientras tanto, en Alemania, Dinamarca, Finlandia, Francia, Países Bajos o el Reino Unido la gestión se realiza con fondos públicos, aplicación de tasas o por cuenta de los distribuidores o poseedores del residuo.
En cuanto a los resultados obtenidos, España se sitúa en el grupo de cabeza en cuanto a recogida, junto a Alemania, Bélgica, Italia o Países bajos, con tasas por encima del 95%. De igual manera, en cuanto a regeneración, tan solo en España y Dinamarca se obtienen tasas de este tratamiento por encima del 65%. Por todo ello, respecto a los aceites usados, no existen razones objetivas para envidiar la situación de ningún país europeo.
¿Cómo cree que podríamos incrementar aún más el índice de recuperación de los lubricantes de procedencia industrial?
Como he señalado, los índices actuales de recuperación de aceites usados, superiores al 95%, tal como establece la ley, implican que, a través de Sigaus, se está recogiendo la práctica totalidad del aceite usado producido tras el uso de los aceites industriales que vendieron en España las empresas asociadas, por lo que ciertamente no existe demasiado margen de mejora en relación al dato puro de recuperación. La industria, como gran sector consumidor de aceite lubricante, está sujeta a una abundante normativa en materia de gestión de residuos, y la recuperación de los aceites usados, como la de otros residuos, es ya, salvo excepciones, un procedimiento adquirido y asumido con normalidad en la gestión de este tipo de empresas.
En lo que sí hay margen de mejora es en el número de empresas, muchas de ellas del sector industrial, que, por importar aceites industriales o componentes con aceite, estarían afectadas por la legislación sobre aceites usados y que, sin embargo, no están adheridas a un SIG ni gestionan individualmente el aceite usado en el que se convierten sus productos, incumpliendo por tanto con dicha legislación. En este sentido, Sigaus ha realizado ya varios estudios en los que ha identificado cientos de empresas responsables de esas importaciones, a las que se ha informado de sus obligaciones, al tiempo que se ha notificado a la Administración acerca de su situación. Fruto de ese trabajo se han producido un buen número de adhesiones a Sigaus.
Para finalizar, este 2011 Sigaus ha cumplido un lustro. ¿Podría hacer un balance de este periodo y una proyección para los próximos años?
El balance es muy positivo. Sigaus ha demostrado ser el mejor mecanismo para asegurar la correcta gestión del aceite usado en nuestro país, evitando su impacto ambiental, como lo confirma el hecho de haber cumplido año tras año con los objetivos legales establecidos en términos de recuperación y valorización de aceites usados. Se han recuperado 800.000 toneladas de aceites usados en estos cinco años, regenerando más de 500.000 toneladas y registrando más de 200.000 operaciones de gestión de aceites usados. A lo largo de este lustro el SIG ha crecido de manera notable en todas sus áreas de actividad, tales como su representatividad en el mercado, la relación con las Administraciones o la mejora de su red operativa, y todo ello ha sido posible a pesar de realizarse en un entorno económico muy desfavorable, lo cual implica un mérito enorme.
El objetivo de Sigaus en el futuro no puede ser otro que seguir por los caminos ya emprendidos, trabajando, como he señalado anteriormente, en la eficiencia del sistema, lo que permitirá asegurar su viabilidad y sostenibilidad en el tiempo, reforzando los procedimientos establecidos para hacer su funcionamiento más fiable, equilibrado y robusto ante las coyunturas económicas, algo que se ha conseguido hasta la fecha pero que debe seguir siendo la base de nuestra actuación, más aun teniendo en cuenta el ciclo en el que nos movemos.