Principales consideraciones para unas operaciones de fresado precisas y productivas

Para obtener unos resultados óptimos en el fresado, es necesario seleccionar herramientas de corte diseñadas específicamente para cumplir unos requisitos de mecanizado precisos. Para ello, deben tenerse en cuenta factores como la geometría de corte, la dureza del material y las estrategias de mecanizado. Tanto si se trata de un fresado en escuadra de alta precisión, un planeado de alta velocidad o un contorneado multieje complejo, el rendimiento de la herramienta de fresado influye directamente en la eficiencia y la precisión de todo el proceso.

Para que cualquier operación de fresado se considere satisfactoria, la precisión es primordial. Conseguir unas tolerancias dimensionales y una precisión geométrica ajustadas es esencial para que las piezas funcionen según lo previsto.

El acabado superficial es otro factor crítico. Un acabado liso y limpio no es solo un requisito estético, sino a menudo funcional. En industrias como la aeroespacial, donde componentes como las palas de la turbina o las carcasas de los compresores deben cumplir estrictas normas de rendimiento, incluso ligeras desviaciones en la calidad de la superficie pueden provocar problemas importantes. La eficiencia también entra en juego. Los procesos de fresado deben maximizar el volumen de viruta y reducir al mínimo el tiempo de mecanizado, sin comprometer la calidad.

Por otro lado, está la cuestión de la vida útil. Los fabricantes buscan constantemente formas de ampliar la vida útil, lo que a su vez reduce los cambios de herramientas, minimiza los tiempos improductivos y, en última instancia, reduce los costes. Sin embargo, la vida útil de la herramienta está estrechamente relacionada con factores como el control de la viruta y las fuerzas de corte. Una mala evacuación de la viruta o unas fuerzas excesivas pueden provocar un rápido desgaste de la herramienta, lo que se traduce en una menor eficiencia y unos resultados por debajo de lo óptimo.

Con tantas variables en juego, seleccionar la herramienta adecuada suele ser el mayor reto. Las distintas operaciones, como el fresado en escuadra, el planeado o incluso el fresado de alto avance, exigen herramientas con geometrías y capacidades de corte específicas.

La exactitud y la precisión son la base de todo proceso de fresado. Desde la creación de superficies planas hasta el mecanizado en escuadra a 90 grados o contornos complejos, la precisión no es negociable. Un control adecuado del recorrido de la herramienta, unos parámetros de corte optimizados y una dinámica estable de la máquina son esenciales para garantizar el cumplimiento de las tolerancias dimensionales. Herramientas como la CoroMill MS60 ofrecen un rendimiento fiable, especialmente para el fresado en escuadra, gracias a su capacidad en escuadra a 90 grados.

La eficiencia y la rentabilidad son consideraciones clave en cualquier entorno de fabricación. El ahorro de tiempo en los procesos de mecanizado se traduce directamente en una reducción de costes, por lo que resulta esencial minimizar los tiempos de ciclo sin sacrificar la calidad. En este sentido, la CoroMill MH20, diseñada específicamente para el fresado ligero, ofrece un excelente rendimiento en operaciones en las que se requiere una alta velocidad de arranque de material. Su exclusivo diseño de la plaquita reduce las fuerzas de corte, lo que permite velocidades de avance más rápidas manteniendo la estabilidad de la herramienta, especialmente en aplicaciones de cavidades profundas y formación de cavidades. Esto no solo aumenta la velocidad de mecanizado, sino que también prolonga la vida útil, reduciendo la necesidad de cambiarlas con frecuencia y disminuyendo los costes generales de producción.

El control de la viruta y las fuerzas de corte suelen subestimarse, pero tienen un profundo impacto en el proceso de fresado. La evacuación eficaz de la viruta es crucial para evitar la acumulación de calor y garantizar un corte limpio, lo que es especialmente importante en aplicaciones que implican cavidades profundas o alojamientos. Un control insuficiente de la viruta puede hacer que esta se vuelva a cortar, lo que provoca un acabado superficial deficiente y un desgaste más rápido de la herramienta. Las geometrías modernas de las herramientas, como las que se encuentran en las soluciones de fresado de alto rendimiento, están diseñadas para optimizar el flujo de la viruta, reduciendo el riesgo de obstrucciones y mejorando la longevidad general de la herramienta. La CoroMill MF80 ofrece un flujo de la viruta suave y fuerzas de corte minimizadas, lo que la hace muy fiable tanto para operaciones de desbaste como de acabado. Todo ello, mientras que su capacidad para manejar una amplia gama de materiales y condiciones de mecanizado mejora la versatilidad y la productividad en diversas aplicaciones.

Por último, al seleccionar herramientas para materiales exigentes como ISO M e ISO S, la precisión y la fiabilidad no son negociables. CoroMill MS20, la nueva solución de fresado en escuadra a 90 grados de Sandvik Coromant, ofrece una seguridad excepcional en la línea de filo y precisión dimensional. Esto garantiza una alta productividad y resultados uniformes, incluso en aplicaciones exigentes como la industria aeroespacial y de petróleo y gas.

El éxito del fresado depende de un profundo conocimiento de la interacción entre el diseño de la herramienta, las propiedades del material y los parámetros de mecanizado. Seleccionando cuidadosamente las herramientas adecuadas para cada tarea, ya sea el fresado en escuadra con alta precisión o el planeado de alta velocidad para un rápido arranque del material, los fabricantes pueden alcanzar sus objetivos de mejora de la productividad, reducción de costes y calidad excepcional de las piezas. El equilibrio entre precisión, eficiencia, vida útil y control de la viruta es lo que, en última instancia, define el éxito de una operación de fresado.