Las fresadoras de bancada fija a través de la historia
La fresadora, en particular la fresadora de bancada fija, se ha convertido en parte integrante de muchas industrias metalúrgicas y transformadoras. Durante muchas décadas, ha sido un elemento básico en el trabajo y el procesamiento del metal, pero también es una máquina que representa un coste considerable cuando se adquiere una nueva. En este sentido, merece la pena echar un vistazo al mercado de maquinaria usada: la casa de subastas industriales Surplex ofrece actualmente una fresadora para compra directa.
Además de máquinas y herramientas más pequeñas, en la mayoría de las empresas metalúrgicas también se pueden encontrar máquinas de corte por láser, tornos y fresadoras. Estas últimas desempeñan un papel importante en el proceso de producción de piezas grandes.
La fresadora de bancada fija es un tipo especial de fresadora. El nombre de esta máquina deriva del hecho de que la mesa de trabajo, es decir, el banco, está fijo mientras que el cabezal de fresado se mueve alrededor de la pieza. El resultado es una mayor estabilidad, lo que permite mecanizar con precisión piezas de gran tamaño. Se utiliza a menudo en la industria pesada y la ingeniería mecánica.
Un vistazo a la historia de la fresadora o fresadora de bancada fija muestra lo crucial que ha llegado a ser en el trabajo del metal a lo largo de los siglos.
Los inicios de las fresadoras (siglos XVIII y XIX)
Los orígenes de la fresadora se remontan al siglo XVIII. En aquella época, se desarrollaron máquinas para tareas específicas, como el tallado de engranajes. El inventor estadounidense Eli Whitney creó una de las primeras fresadoras funcionales con la que se producían piezas en serie para la industria bélica.
La transición a máquinas más grandes (mediados y finales del siglo XIX)
La revolución industrial del siglo XIX aumentó la necesidad de máquinas-herramienta más fuertes, precisas y grandes para satisfacer las demandas de producción. No sólo se desarrollaron fresadoras más pequeñas para trabajos de precisión, sino también máquinas más grandes, por ejemplo, para bastidores o estructuras de máquinas. Durante este periodo se desarrollaron las fresadoras de bancada fija, que podían mecanizar y mecanizan piezas grandes y pesadas. La mesa fija ofrecía mayor estabilidad y un mecanizado más preciso de piezas grandes.
Automatización y distribución (principios del siglo XX)
En el siglo XX, la llegada de la electricidad dio el siguiente impulso al desarrollo industrial. Gracias a la posibilidad de utilizar motores eléctricos más potentes, las fresadoras se hicieron más versátiles y eficaces. La creciente demanda de mayor precisión y exactitud en el trabajo del metal trajo consigo la necesidad de una mejora continua de la maquinaria. Las fresadoras de bancada fija pasaron a utilizarse en las industrias aeronáutica, automovilística y de defensa. Sectores en los que se necesitan máquinas de precisión
La revolución del CNC (después de la Segunda Guerra Mundial)
Con la introducción del control numérico (CNC) en la década de 1950, las fresadoras de bancada fija se hicieron aún más eficaces y versátiles. La automatización y la precisión de las máquinas se controlaban mediante el CN con cinta perforada o magnética.
En las décadas de 1960 y 1970, se introdujo la tecnología CNC (Control Numérico por Ordenador). De este modo, cada fresadora podía controlarse mediante programas informáticos. Las máquinas CNC revolucionaron el trabajo del metal porque hicieron posible una precisión, repetibilidad y automatización aún mayores.
En la actualidad
En las últimas décadas también se han producido nuevos avances en la tecnología CNC, el software y la tecnología de sensores, que permiten a las máquinas más modernas mecanizar piezas complejas de diferentes tamaños con la máxima precisión.
Las fresadoras modernas están diseñadas para el mecanizado de materiales como el titanio, las aleaciones de aluminio y los materiales compuestos, todos ellos cada vez más utilizados en las industrias aeroespacial y automovilística.
Hoy en día, las fresadoras son parte integrante de la industria pesada. Se utilizan en todo el mundo en una amplia gama de industrias y ofrecen la combinación ideal de estabilidad, precisión y gran capacidad de carga. Son máquinas perfectas para mecanizar piezas grandes y complejas.
La compra de una máquina de este tipo puede ser una solución óptima para muchas empresas por varias razones. Sin embargo, uno de los problemas es su coste.
Otro problema es la disponibilidad, ya que las máquinas nuevas suelen tener un periodo de espera de varios meses. Por este motivo, muchas empresas recurren cada vez más al mercado de máquinas usadas. Aquí es posible encontrar fresadoras estacionarias en buen estado, que están disponibles más rápidamente. Este es el caso de la casa de subastas industriales Surplex. Las empresas pueden encontrar una fresadora de bancada fija Mecof Agile CS 500 de segunda mano en la página web del mismo nombre. La mayoría de las máquinas sólo pueden adquirirse en surplex.com a través de subastas. Sin embargo, esta máquina en concreto está disponible inmediatamente para su compra directa y, por tanto, puede adquirirse rápidamente.