El grupo empresarial de ingeniería y mecanizado avanzado Bonastre camina con pie firme

Joan Bonastre es una empresa familiar de larga experiencia dedicada desde sus inicios al mecanizado y al decoletaje de precisión y calidad para todos los sectores industriales y con el relevo asegurado con la tercera generación. Fundada en 1958, históricamente se ha dedicado a la producción de series cortas o medias, con una capacidad de adaptación al mercado que, junto al conocimiento y un trabajo bien hecho, les permitió seguir adelante, y crecer, cuando su principal sector cliente, la grifería, comenzó a cerrar sus plantas y debieron buscar nuevos nichos de mercado. “Nuestro principal objetivo siempre ha sido desmarcarnos de la competencia mediante la fabricación de piezas de valor añadido, es decir, que aporten valor al cliente”, explica Joan Jordi Bonastre, nieto del fundador e hijo y sobrino de Jordi y Mireia Bonastre, miembros de la segunda generación familiar.

Bonastre está especializada en la fabricación de piezas complejas, con requerimientos de alta calidad o tolerancias restrictivas, como explica Joan Jordi: “hablamos de piezas o ensamblajes con geometrías y morfologías complejas, que requieren tolerancias estrictas, o viceversa, de piezas que aparentemente son simples, pero de materiales difíciles de mecanizar. Además, destacamos la importancia de dominar cada fase del proceso de industrialización, teniendo en cuenta detalles cruciales para fabricar la pieza de una manera específica, condicionada por las fases posteriores. Este enfoque es clave y nos permite ofrecer la mejor calidad posible y constituye una parte fundamental de nuestro know-how y la calidad de nuestros productos”. Bonastre, además, gestiona también la segunda fase, como pueden ser acabados o recubrimientos adecuados, con el objetivo de ofrecer “un servicio total”.

Joan Jordi, a la izq., junto a su padre, Jordi, y  su tía, Mireia, los tres al frente de la empresa actualmente.

Joan Jordi asume que buscar la excelencia supone un esfuerzo pero que, a la larga, compensa: “nos ha permitido especializarnos en la industrialización de piezas”. Actualmente son especialistas en la fabricación de componentes y conjuntos para la industria médica en general. “Un sector que nos permite, además de ganarnos la vida, aportar nuestro grano de arena para desarrollar mejores soluciones para sectores como la traumatología, el dental, la cirugía robótica, etc.”. Y es que en Bonastre no solo desarrollan implantes dentales, su portafolio de productos para el sector médico es extremadamente amplio, desde dichos implantes hasta instrumental, piezas para prótesis, para robots de quirófano, stents, entre otros. Mercados con altos requerimientos de calidad y complejidad de producción, obligándoles a trabajar desde micromecanizado hasta mecanizado estándar. Hoy, solo para el sector dental, cuentan ya con más de 6.500 referencias en piezas.

Precisamente su capacidad de trabajo con herramientas especialmente diminutas les ha permitido también introduciéndose en el sector de la joyería, la óptica y los semiconductores. Y actualmente, ofrecen también servicios de ingeniería para desarrollar soluciones personalizadas conjuntamente con sus clientes.

Por otra parte, contar con un servicio de ingeniería propio les ha permitido poder trabajar desde el inicio del diseño de un producto: “para el sector médico, habitualmente recibimos el plano del cliente o su idea a desarrollar, pero nuestro departamento está plenamente capacitado para hacerlo directamente o bien incluso modificar el plano inicial, en colaboración con el cliente, para diseñarlo pensando en las mejores estrategias de mecanizado posibles”. Y es que son plenamente conscientes que un ‘servicio total’ implica también la mejora si cabe de los diseños para desarrollar la mejor estrategia de mecanizado y su industrialización. “Nuestra labor pasa por un rediseño si es necesario, el estudio de viabilidad de la pieza y, siempre con la colaboración del cliente, se desarrolla un diseño óptimo para su fabricación, teniendo en cuenta cada fase del proceso, así como las herramientas a utilizar, por ejemplo”. ”. Además, todo este rediseño lo hacen optimizando los conceptos de funcionalidad, calidad y coste.

Una metodología de trabajo que los ha llevado al éxito y ha logrado la confianza de sus clientes. “Debo reconocer que el sector dental se nos ha dado muy bien, que nuestro trabajo era apreciado y realmente necesario, si tenemos en cuenta que en este caso no solemos tener planos de la pieza, sino que debemos hacerlos con nuestro servicio de ingeniería”, afirma Joan Jordi.

Por ello hoy no solo se dedican a la ‘simple’ fabricación de piezas, sino también a todo el ecosistema: “hoy ofrecemos conjuntos, sistemas completos, y más allá del sector dental, para el médico en general. Por ejemplo, para traumatología, desarrollamos tornillería, pero también instrumental, soluciones para robots de cirugía, etc. Y todo ello demanda, a su vez, más servicio de ingeniería hasta el punto que nos certificamos con la UNE 166002, que nos acredita como empresa que cumple con el sistema de gestión de I+D+i de acuerdo con los parámetros necesarios que aseguran unas garantías de calidad, igual que las ISO 9001 o la ISO 13485, para la producción de productos sanitarios”, además de la ISO 14001 para la gestión ambiental socialmente responsable. Y añade: “Hay que tener en cuenta que los requisitos de biocompatibilidad para el sector médico son mucho más estrictos que en otros segmentos del decoletaje”.

Toda esta experiencia los ha llevado a detectar la necesidad real de empresas que se dediquen a diseñar, desarrollar y fabricar ‘medical devices’. Y Bonastre aglutina los tres conceptos, acelerando los tiempos de ejecución y reduciendo los intervinientes, ofreciendo lo que se conoce como ‘Design for Manufacturing’ en un solo proveedor. Para ello crearon en septiembre de 2023 una unidad de negocio dedicada al diseño y desarrollo de dispositivos médicos, que se beneficia claro está del know how de fabricación de la propia empresa. Al frente se sitúa una persona de máxima confianza que lleva más de 8 años en la empresa y que, en los últimos tiempos, ha estado trabajando en el desarrollo de un dispositivo médico de clase 3 para eliminar, por succión, los coágulos responsables de ictus, eliminando los efectos secundarios de los métodos convencionales que consisten en ‘romper’ los trombos. Una solución desarrollada conjuntamente con un cirujano del Hospital Vall d’Hebron, de Barcelona, que ha supuesto un gran avance en el tratamiento de este tipo de enfermedades y que ha permitido adquirir unos conocimientos y experiencia que podrán aplicar en esta nueva unidad. “Este es el concepto en el que queremos trabajar y potenciar desde Bonastre, ser solucionadores de problemas y materializar ideas que nos propongan los profesionales del sector salud”.

Bonastre ha pasado años preparándose para alcanzar el nivel de calidad del que hoy pueden presumir, sabiendo combinar su experiencia en el sector grifería de sus inicios, con autoexigencia y personal cualificado. Sin embargo, pasaron también sus más y sus menos, como admite Joan Jordi: “vivimos nuestra curva de aprendizaje y nos equivocamos, claro, pero la perseverancia y, si nos ceñimos al decoletaje y producción de piezas, contar con preparadores de máquinas que sabían cómo fabricar, elegir la mejor y más óptima estrategia de mecanizado, nos han llevado donde estamos hoy. Tener personal con este know how, empezando con mi propio padre, ha sido imprescindible para asegurar, no solo una producción de calidad, sino estable y con garantías a lo largo de todo el proceso”. Y añade: “Ello, unido al mejor equipamiento en maquinaria y herramientas posible y nuestro modo de trabajo y contar con talento, ha sido nuestra fórmula para el éxito”.

Pero Bonastre es una empresa inquieta y, lejos de acomodarse, siguen en busca de nuevos nichos de mercado que les permitan desarrollarse aún más y explorar nuevas oportunidades. Así, ahora apuntan a sectores como el de los semiconductores o la óptica, a los que pueden ofrecer sin complejos su capacidad de producir piezas complicadas con calidad, pero para los que deben formarse en un ámbito en el que son neófitos —aunque seguro que no por mucho tiempo— como son unos requisitos de limpieza especialmente exigentes: “por ejemplo debemos usar herramientas especiales, aceites de mecanizado especiales, guantes para manipular las piezas… hay un sinfín de requisitos y nos interesa poder cumplir con los más estrictos para producir las piezas más complicadas”.

Este interés por la complejidad se explica, en gran medida, por su estrategia de diferenciación y su apuesta por ofrecer valor añadido, apreciado por los clientes, y huyendo de la cultura de precios bajos en que se encuentran instalados muchos mecanizadores: “Siempre puedes encontrar un competidor que fabrique más barato, por lo que nuestro objetivo es situarnos a las puertas de la innovación, compitiendo en know how, no en precio, un campo dominado por los países emergentes, como ahora puede ser la India”. En este sentido, si bien no rehúyen ningún proyecto ni sector, si priorizan aquellos trabajos que aprecien la calidad y el valor añadido de la pieza. “Es el caso de los semiconductores, donde las series son cortas y de alto valor”.

Actualmente, en Bonastre están preparados para trabajar con todo tipo de latón de diferentes composiciones químicas, según la aplicación, con y sin plomo, cualquier tipo de aceros estándares, infinidad de aceros inoxidables, materiales complicados y duros como pueden ser aleaciones de níquel, cerámica, diferentes grados de titanio, para trabajar incluso en frío, plásticos técnicos, composites… “En definitiva cualquier material que se pueda mecanizar”.

Con un nivel de exportación del 50% de su producción, podemos encontrar piezas de Bonastre en países como Francia, Alemania, Suiza, Israel, EE. UU., Argentina…y sin distribuidores ni intermediarios. “El boca oreja funciona, y el sector médico es pequeño, de modo que después de tantos años Bonastre es suficientemente conocido para que nos llegue la demanda directamente en casa. Sin olvidar la visita a ferias para seguir potenciando su cartera de servicios, afianzar a clientes actuales y, quizás, a conocer de nuevos”.

Joan Jordi Bonastre es la tercera generación de la familia y comparte la dirección de la empresa con su padre, Jordi, y su tía, Mireia, aunque está vinculado a la empresa desde que él recuerda. Por ello tiene muchas ideas en el tintero que sin duda llevará a cabo a lo largo de los años, con el objetivo de afianzar la empresa en el mundo del mecanizado de precisión. Una misión que podrá ejercer con el relevo definitivo del mando de una empresa que le ha visto crecer y aprender un oficio para el que parecía predestinado. “Aunque tuve dudas en su momento, lo cierto es que mi incorporación fue bastante natural…. ¡Ya iba a limpiar piezas los veranos cuando era pequeño!”, recuerda sonriendo. Y admite que, durante su formación en ingeniería, hace 20 años, “no vislumbraba lo que podíamos llegar a hacer, pero debo reconocer que lo que hoy es Bonastre me hace sentir muy satisfecho”.

Hoy la firma ocupa unas nuevas instalaciones en Molins de Rei, Barcelona, inauguradas justoen la  pre-pandemia, fruto de la necesidad de crecimiento de la propia empresa. Con 60 empleados actualmente, la mayoría del departamento de ingeniería, además de la dirección el personal se reparte en administración, dirección técnica, mantenimiento, producción y calidad, además de la nueva unidad de negocio dedicada al diseño, desarrollo y fabricación de ‘medical devices’.

Todo ello en una planta de 4.500 m² construidos sobre terreno de 10.000 —de modo que tienen espacio para crecer en un espacio de unos 3.000 m² más “por ejemplo para realizar ensamblajes, algo que nos están pidiendo cada día más”—, equipados con tornos automáticos, multiejes, multitarea y tipo suizo, de cabezal fijo y de cabezal móvil en su mayoría, siempre de marcas punteras para el nivel de producción que requieren, y una sala blanca y otra de verificación a temperatura controlada a 20 °C, con una tridimensional y un pequeño espacio para la limpieza especial, ciertos tratamientos de superficie, así como pasivados o gravado láser. Asimismo, con una máquina de visión artificial están preparados para la verificación del 100% de las piezas.