La influencia del diseño en las máquinas del siglo XXI
8 de junio de 2010
Trasmitir el espíritu innovador, calidad, tecnología, liderazgo, robustez, fiabilidad, solidez empresarial, respeto medioambiental y, porque no, mejora de costes, han sido y son las expectativas de quien se introduce en esta senda.
No solo son las formas sino la puesta en cuestión de los tradicionales conceptos de máquina, los procesos de fabricación o la introducción de nuevos materiales, los que nos permiten aportar soluciones novedosas que nos ayudan a leer un producto como actual, como producto diferenciado.
Sirvan como ejemplo de este creciente interés las presentaciones que recientemente y en la 26ª edición de la BIEMH, han efectuado Bost, con una imagen dinámica y espectacular, Ibarmia, que aprovecha la presentación de una nueva identidad corporativa para renovar el diseño de sus productos, Sabi —también con nueva identidad corporativa y un diseño sobrio— o Danobat, que sigue afianzando paso a paso la línea de trabajo que emprendió hace unos años.
Siendo el diseño un valor añadido que se materializa en la piel de los productos, nos podemos hacer varias preguntas y entre ellas ¿puede el diseño ofrecer valor sin los productos, sin su soporte?.
El nacimiento de una persona y también de un producto establece una fecha. El diseño de un producto es un reloj parado, una foto fija, que nos dice cuando fue concebido.
Cambia el entorno cultural, cambia la forma de uso, cambia la tecnología y cada nuevo producto nos dice cómo la empresa evoluciona con el tiempo, cómo se adapta a estos cambios o, es mas, cómo se anticipa a ellos. En ello leemos liderazgo. DMG o Kasto son algunos ejemplos claros de cómo utilizar el diseño en este sentido.
Pero no siempre es así. Hay empresas que crean sus productos con las referencias culturales de tiempos pasados. Son nuevos productos, que nacen viejos. Son productos que posiblemente siendo tecnológicamente avanzados, no disponen por contra de la ‘última tecnología’ en comunicar, en diferenciarse.
No solo es I+D lo que se traduce en una mejora de las funciones materiales de un producto. También se debería de investigar en las funciones inmateriales que los envuelven, que los acercan al mercado y en como conseguir su aprecio.
Los mercados cada vez se encuentran más lejos. Su lenguaje no es el de los mercados próximos de antaño. No nos conocen y son más los que ofrecen sus productos y en muchas ocasiones con más medios y con una parte del camino hecho por el prestigio que les acompaña.
El diseño industrial ayuda a nuestras empresas a contar, a hablar en un idioma universal, un idioma que no necesita traducción, diciendo que aún siendo pequeñas, saben hace bien su trabajo.
Al hablar de los productos, el diseño también habla de las personas, de su forma de pensar, de su espíritu, de sus emociones.
Cuando vendemos máquinas no solo vendemos algo material, vendemos mucho más, vendemos cultura, relaciones, afinidades, simpatías, prestigio, emociones...
Entonces nos volvemos a preguntar: ¿Podemos vender máquinas sin su presencia? ¿Podemos vender nuestros valores, o nuestra comprensión, aceptación de los suyos como nuestros, y que ello se plasme en la venta de un producto?
Nicolás Correa, S.A. ha innovado y experimentado en la pasada BIEMH en este camino. Pero ya hace 7 años Jose María Onandia, gerente de Ona Electroerosión, soñaba con presentar la empresa sin sus productos pero con sus gentes, las cuales entendía que son su mayor valor, su diferencia, y se preguntaba de qué forma debieran en tal supuesto actuar.
GNC Correaanayak ha pensado también que son las personas, y su implicación, el mayor valor.
La preocupación medioambiental que recorre el mundo y su conexión con los sectores que demandan los productos que fabrican les ha llevado a intentar una estrategia innovadora.
El medio ambiente es hilo conductor de una presentación de la empresa, en la que las personas que la constituyen, la sociedad europea en la que nace, entienden que su defensa es el interés que les une con su mercado. Todo ello lo resumen en su nuevo lema: ‘The european natural choice’.
Ahora toca trabajar esparciéndolo y esperar. Esperar la respuesta de ‘mundos lejanos’. Esperar que lo hayan escuchado, esperar que lo hayan comprendido. Si la conexión funciona otros emprenderán el camino, pero ya no serán los primeros.