La alternancia de combustibles puede mitigar los incrementos del precio del gas
El medio y largo plazo señalan a los combustibles sostenibles como la fórmula habitual y deseable a utilizar en las centrales térmicas y de vapor industriales. Hidrógeno, biomasa, biogás, solar y eólica se identifican en este cambio de modelo energético como la apuesta de transición energética para el siglo XXI con el doble objetivo de lograr la independencia energética y poder dejar atrás combustibles fósiles que contaminan nuestra atmósfera y no siempre están disponibles por causas ajenas a la planificación de las plantas industriales. Numerosas mejoras tecnológicas de generación permiten ver cada vez más cerca la rentabilidad que supondría su utilización.
Pero la realidad a corto plazo es bien distinta, lo que va a requerir de respuestas inmediatas, fácilmente asumibles para aquellos sectores intensivos en gas como son la metalurgia y la siderurgia, el papel, el vidrio, los fertilizantes, la cerámica y el textil, así como la alimentación que utiliza el gas natural en procesos de secado. Todos ellos son grandes consumidores en los que impactan de forma determinante las subidas de los precios del gas. Un ejemplo: en agosto de 2021, el gas natural TTF holandés, de referencia en Europa, se movía en niveles de 25 a 30 € el megavatio-hora (MWH) antes de iniciar la escalada de precios, que lo han llevado a encarecerse un 1.000% interanual, al llegar a marcar máximos por encima de los 300 €/ MWh, incluso si en los últimos días se ha registrado una pequeña disminución.
Rampas de gas independientes para quemadores mixtos. Foto: E&M Combustion.
Así pues, la situación presenta dificultades para poner en marcha medidas urgentes inmediatas y poder dar una solución a este incremento de los precios de la energía que ahogan a las empresas y mantienen una alerta industrial generalizada. A pesar del impulso de medidas de ahorro y eficiencia energética, el aumento vertiginoso de los precios sigue socavando la rentabilidad de las empresas y provocando reducciones de producción o cierres temporales de plantas.
Alternancia con otros combustibles
Es por este marco complejo, por el que las plantas industriales han puesto en el radar la demanda de gas propano y gasoil como combustibles opcionales para utilizarse de forma alternativa frente a los altos precios del gas natural. La alternancia de combustibles se presenta así en los últimos meses como una buena opción que puede mitigar los incrementos del precio del gas y ayudar a cuadrar las cuentas en el momento actual.
Esta estrategia de alternancia de combustibles permite capear el temporal de los precios y equilibrar elementos de competitividad frente a la producción de otras plantas como por ejemplo en Norteamérica, donde operan con costes de gas natural más reducidos que los europeos, y evitar así que el aumento vertiginoso de los precios de este combustible tan utilizado provoque recortes de producción o ERTES en las industrias europeas. De hecho, el análisis de Statista Research sitúa el coste en Europa de gas natural por millón de unidades británicas (BTU) cuatro veces superior al registrado en Estados Unidos en 2021.
Quemador mixto con dos rampas de gas. Foto: E&M Combustion.
Es por ello que la elección más habitual de las plantas esté siendo el estudio previo de la evolución de los mercados de futuros para el siguiente periodo, y en función del coste de combustible previsto, tomar la decisión de utilizar un combustible predeterminado u otro en dicho momento.
El proceso no es excesivamente complejo desde el punto de vista técnico, ya que fabricantes como E&M Combustión y otros, están capacitados para proveer quemadores industriales mixtos que pueden operar intermitentemente con diferentes tipos de combustible en la misma instalación (G.L.P y G.N., por ejemplo) y facilitar la alternancia de los combustibles con rampas independientes para cada tipo de gas, según la evolución de los precios del mercado. De esta manera, y de forma instantánea, en función del coste de cada gas, la planta puede utilizar uno u otro, hasta que puedan materializarse a gran escala los combustibles alternativos que precisamos.