Centros de mecanizado Haas para las mejores réplicas de armas históricas
12 de abril de 2010
A principios de los años ochenta la familia Chiappa aprovechó la gran demanda de réplicas de armas antiguas en Estados Unidos para penetrar en este mercado en expansión. Una década más tarde, la empresa se diversificó aún más en la fabricación de armas de fogueo con una nueva marca: Kimar.
La demanda de los productos de la compañía aumentó hasta que inevitablemente sus instalaciones de producción se quedaron pequeñas. En 2002, Chiappa construyó una nueva sede de 6.500 metros cuadrados en el sur de la región. Formadas por un moderno centro de desarrollo y una mayor área de fabricación, estas instalaciones diseñadas específicamente para las necesidades de la empresa le permitieron incrementar la producción a 60.000 pistolas y 6.000 rifles al año. Este gran aumento también requería una inversión importante en máquinas herramienta nuevas, en su mayoría de fabricantes italianos, norteamericanos y japoneses. La puesta al día de los equipos continuó durante varios años, durante los cuales la empresa buscó las máquinas herramienta CNC que les proporcionaran el mayor valor añadido.
Por ello, Chiappa utiliza los centros de mecanizado horizontal Haas EC-300 CNC de 4 ejes que se ha instalado recientemente, con cambiadores de palés dobles rápidos como una bala, para producir los componentes complejos y precisos que integran sus fieles recreaciones.
“No encontramos otras máquinas que tuvieran la excelente relación calidad-precio que ofrece Haas”, explica Rino Chiappa, director general de la empresa e hijo del fundador. “En comparación con un centro de mecanizado vertical, la zona de mecanizado horizontal del Haas EC-300 nos aporta una productividad un 25 % mayor para los tipos de componentes que mecanizamos, que suelen cortarse a partir de bloques macizos y a menudo implican quitar grandes cantidades de metal.”
Asimismo, en 2007, otro fabricante de armas de la región cerró, lo que permitió a Armi Chiappa entrar en otro lucrativo nicho de mercado en expansión, y casi sin competencia: las réplicas de armas de palanca. Los productos que la empresa ha fabricado desde entonces para aprovechar esta oportunidad de negocio son de gama alta. Producen, por ejemplo, el rifle de palanca Winchester de 1892, tan habitual en las películas del oeste, que en la pantalla empuñó, entre otros, el legendario John Wayne. Las piezas de estas armas en concreto se mecanizan a partir de bloques de acero macizo.
Todos los componentes de las creaciones de Chiappa se conciben con programas de diseño y fabricación asistidos por ordenador, antes de montarse en pantalla mediante simulación 3D. Una vez terminadas las piezas y el montaje, los diseñadores de la empresa crean los recorridos, que se envían directamente a las máquinas Haas.
“Adoptamos las máquinas Haas porque queríamos crear una nueva línea de producción para los productos de palanca como el Winchester”, señala Chiappa. “Las tres máquinas Haas EC-300 producen componentes como la báscula completa para los rifles. Esta pieza concreta nace de un bloque macizo de 2,5 kilos de peso, pero del que sólo quedan 0,6 kilos una vez mecanizado.”
Fabricada a partir de acero débilmente aleado 38NiCrMo4, la pieza se acaba con tolerancias dimensionales de 0,02 milímetros. Se trabaja con series de hasta 400 unidades, lo que significa que las tres máquinas EC-300 de 4 ejes trabajan continuamente en tres turnos para hacer frente a la demanda. Otros materiales que suelen manejar son acero al carbono C40, aleación de aluminio Ergal y resina plástica AVP. Esta última la emplean para crear los prototipos.
“Además de reducir los tiempos de ciclo en un 25%, también hemos alargado la vida útil de nuestras herramientas de corte de un 20 a un 25% gracias a la rigidez de las máquinas Haas EC-300”, afirma Chiappa. “Teniendo en cuenta únicamente estos factores, creo que amortizaremos la inversión en sólo tres años.”
Hoy, Armi Chiappa atesora una sólida reputación por la precisión con la que trabaja y por la exactitud con la que elabora réplicas de armas antiguas. Las ventas en Estados Unidos siguen creciendo, y la empresa acaba de abrir una fábrica en Dayton (Ohio).
“No hay duda de que los coleccionistas expertos quieren réplicas lo más fieles posibles a las originales”, añade Chiappa. “Aunque tenemos productos en la gama baja de precios, hasta 500 dólares, todos los componentes deben ser una reproducción exacta del original. Hacemos las empuñaduras y las culatas de madera de nogal, y la decoración se graba a mano o con láser, no se mecaniza. Las piezas exteriores incluso reciben un tratamiento térmico para reproducir el aspecto original. El arma más antigua que fabricamos es de alrededor del año 1750: una Marshall de Kentucky que se carga por el cañón.
“Hay muchos aspectos que nos diferencian de la competencia”, concluye, “pero nuestros plazos de entrega y la innovación constante de modelos nuevos y mejorados son especialmente decisivos. Además, la relación calidad-precio que ofrecemos es insuperable, como ocurre con las máquinas Haas.”