Ocho medidas para reducir o eliminar los gérmenes con hidrolimpiadoras de alta presión y agua caliente
Cuando se introduce agua caliente a temperaturas de 85-100 °C para limpiar con una hidrolimpiadora de alta presión, se produce una reducción drástica de las colonias de bacterias. Emplear las mejores prácticas con decisión al limpiar puede mejorar la higiene al desinfectar superficies de alto contacto y espacios comunes. Nilsifk da ocho consejos profesionales sobre cómo reducir o eliminar mejor los gérmenes paso a paso para lograr unos resultados de limpieza óptimos:
- Conocer la aplicación. Antes de empezar, evalúe el entorno, así como la suciedad y las bacterias potencialmente presentes. Formule preguntas como: “¿El entorno permite el uso de hidrolimpiadoras de agua caliente, teniendo en cuenta las grandes cantidades de agua y los escapes de gases?” Asimismo, para el protocolo de limpieza completo, pregunte: “¿Qué desinfectantes necesitaré al final del proceso de limpieza?”.
- Evaluar los mejores parámetros de limpieza. Según los tipos de suciedad y de superficie, evalúe los niveles óptimos de caudal y de presión del agua: alto caudal y presión media para la suciedad más superficial, y niveles de presión más altos para la suciedad más difícil, resistente e incrustada.
- Elegir los niveles de temperatura adecuados. En el caso de la reducción de bacterias y de gérmenes, las temperaturas más altas son las que sirven para descomponerlos. En general, las temperaturas de 85-100°C permitirán rápidamente una reducción drástica de las colonias de bacterias, aunque sólo temperaturas cercanas a los 155°C eliminarán muchos gérmenes por completo. Por lo tanto, deberá subir las temperaturas de limpieza a los niveles máximos para comenzar el proceso de desinfección. Por ejemplo, la Covid-19 se elimina a una velocidad de 10.000 unidades por 30 minutos a una temperatura de 56°C. Con esta duración de la limpieza y esta temperatura requerida, una unidad de agua caliente por sí sola no será eficiente. Añada un detergente.
- Escoja el detergente adecuado para el trabajo, y prepare la superficie. Asegúrese de seleccionar un detergente complementario para ayudar a combatir los gérmenes. Las organizaciones sanitarias locales y regionales suelen recomendar los ingredientes adecuados para cada tarea. Remoje las superficies con el detergente para romper las capas duras de residuos y suciedad.
- Enjuague las superficies con agua caliente o vapor. Enjuague el detergente y lave a presión las superficies para eliminar todas las capas de la suciedad y los residuos por completo. El agua caliente incrementa la eficiencia de la limpieza y aumenta el efecto desinfectante. Algunas unidades pueden calentar el agua a 140°C para vaporizarla, lo que permite realizar una limpieza a presión con vapor húmedo. Este proceso puede esterilizar superficies parcialmente.
- Aplique desinfectantes. El agua caliente no es suficiente para llevar a cabo la desinfección, a pesar de que puede reducir el recuento de bacterias generalmente con el suficiente tiempo de exposición y temperatura. Es necesario finalizar el protocolo de limpieza con un desinfectante. Elija el desinfectante de acuerdo con la legislación local, y según el tipo de bacteria que deba eliminarse.
- Consiga las herramientas finales adecuadas. Los accesorios adecuados garantizan una limpieza óptima, eficaz y eficiente la primera vez. Considere adquirir lanzas, boquillas y rociadores.
- Deje secar. Deje secar las superficies antes de permitir el paso de nuevo de animales o de personas por razones de higiene o de seguridad.