Cuando el Big Data se pone al servicio de la inteligencia de fabricación
Juan José Colás, CCO de Lantek
13/10/2020La Fábrica Digital (Digital Factory) es mucho más que un concepto o una expresión cada vez más extendida, se trata de una metodología orientada a la empresa del siglo XXI, empresa que necesariamente debe ir ligada a tecnología y digitalización.
Situaciones como la pandemia del COVID-19 han dejado patente que solo con tener planes no basta, hay que pasar a la acción, la industria debe ser digital, o sencillamente no será.
En este salto hacia la fábrica digital, la información ha reivindicado su papel protagonista, convirtiéndose en uno de los mayores capitales de la compañía. De su correcta gestión dependerá la posibilidad de hacerla realmente inteligente y marcar la diferencia que nos haga obtener ventajas competitivas en el mercado.
En la Industria, al igual que en otras áreas, las necesidades de información y de procesamiento de datos crecen a un ritmo tan elevado que difícilmente se pueden cubrir con las soluciones de TI convencionales. Las organizaciones se encuentran ante el dilema que o están sobrepasadas por los datos a procesar o no son capaces de identificar qué valor pueden extraer de la información con la que cuentan. Sea como sea necesitan más que nunca filtrar y escoger aquellos datos que son más clave para tomar decisiones más acertadas. Según un informe de IDC, el valor mundial del mercado del Big Data este mismo año alcanzará los 202.000 millones de dólares. ¿Todavía hay alguna industria que pueda pensar que la información no es poder?
Big Data para crear mejores análisis funcionales
El Big Data ha revolucionado de forma muy significativa la forma de abordar las soluciones a problemas tradicionales estableciendo como base el uso práctico de la información y su eficaz análisis en tiempo real.
El sector industrial hoy necesita comprensión integral de su ecosistema de negocio para tener una visión de 360º de todas las partes que en él intervienen, desde los mercados a los clientes, pasando por los productos, competencia, trabajadores, partners, proveedores, marco legal... Por ello, para mantener su competitividad, la industria debe generar más valor a partir de los datos estructurados y no estructurados almacenados en sus sistemas.
Un despliegue de Big Data correcto favorecerá la toma inmediata de decisiones y mejorará la experiencia con el cliente. También optimizará el aprovisionamiento de materiales, gracias a la identificación de tendencias de venta y ayudará en las tareas de mantenimiento a través del análisis de datos generados por las máquinas. En definitiva, la empresa contará con la visión necesaria para actuar ante cualquier escenario.
Todo esto se traduce en inteligencia de fabricación. Este concepto hace referencia a la combinación armoniosa de un tipo de sistemas de software que se utilizan para reunir los datos de fabricación de una empresa procedentes de distintas fuentes con fines de elaboración de informes, análisis y gráficos visuales, así como para la transferencia de datos entre sistemas a nivel de empresa y de planta.
Con las herramientas analíticas adecuadas es posible crear una nueva estructura o estadio que ayudará a los usuarios a encontrar lo que necesitan independiente de cuál sea su procedencia. El objetivo principal es convertir grandes cantidades de datos de fabricación en conocimiento real e impulsar los resultados empresariales en base a estos conocimientos. Todo ello ayudará a las fábricas a alcanzar sus objetivos de productividad, eficiencia y competitividad.
Pero para sacar mayor partido a esta tecnología se requiere de una implementación óptima de la misma. Las soluciones deben ser desplegadas como un sistema que permita la entrada y almacenamiento de datos estructurados y desestructurados procedentes de cualquier fuente. Estos datos son guardados en sistemas de archivos que se categorizan en bases para su comprensión.
En un segundo nivel, donde entran en juego las herramientas analíticas, los datos son estudiados y ordenados para la obtención de resultados que, a su vez, permiten alcanzar el objetivo empresarial trasladándose a acciones específicas.
Para alcanzar esta meta, las empresas deben enfrentarse a retos como la falta de expertos cualificados en ciencia de datos, la propia calidad de los datos, aspectos relacionados con la ciberseguridad y la protección de la información confidencial, el cada vez más estricto marco legal, o tener en cuenta cómo la rápida evolución de la tecnología puede provocar cambios que deriven en una obsolescencia de TI a corto plazo.
Las soluciones analíticas aplicadas al Big Data son punto de confluencia de otras importantes herramientas y tecnologías como la IA, el Cloud y la conectividad, de ahí que la correcta identificación de las necesidades de cada planta, así como una composición adecuada de soluciones y una correcta metodología, serán claves para conformar el camino hacia la fábrica digital.