Entrevista a José Ignacio Sáez, Director General de Industrias Anayak
“Preparamos una primicia mundial para la EMO”
Metalunivers: ¿Cómo definiría usted el mecanizado convencional y el mecanizado de alta velocidad?
José Ignacio Sáez: No hay una frontera radical. Podríamos decir que la frontera es un espacio intermedio muy importante que tiene el nombre de mecanizado de alto rendimiento. Este es un tema que nos afecta particularmente ya que se refiere a máquinas de grandes dimensiones (que Anayak fabrica) y es también motivo de debate permanente, porque la alta velocidad casi no existe para máquinas grandes. Hablar de alta velocidad desplazando masas por encima de las cinco toneladas es hablar de utopía, siempre y cuando se considere alta velocidad desplazamientos de 40 - 50 m/min.
El mecanizado de alto rendimiento es un planteamiento nuevo de la alta velocidad en máquinas grandes para el desplazamiento de grandes masas. Lo que es impensable es que una máquina que desplaza masas grandes pueda hacer aceleraciones que superen los 2 m/s2. En realidad, el mecanizado de alto rendimiento es un campo que se está empezando a llamar alta velocidad sin serlo.
En el mecanizado de grandes piezas en alto rendimiento, la tendencia actual es ir hacia soluciones polivalentes que permitan arrancar viruta y hacer el acabado de la pieza. La prueba de esto es el tirón espectacular de las ventas de máquinas de alto rendimiento. Volviendo a su pregunta, yo diferenciaría entre máquinas de alta velocidad, de estructura ligera, y máquinas de alto rendimiento, que posee índices de aceleración bajos en comparación con la alta velocidad pero que son muy superiores que el mecanizado convencional.
MU: ¿Cuáles son las aplicaciones que más demandan fresado de alta velocidad?
JIS: La industria aeronáutica, la industria del molde en general –ya sea para el sector aeronáutico o automovilístico–, los mecanizados de grandes piezas donde se tiende a la reducción de tiempos.
En el mecanizado de piezas pequeñas, donde se utilizan las máquinas clásicas de alta velocidad, todo el proceso tiende a automatizarse. Sin embargo, en una máquina grande es distinto.
Puestos a mecanizar una pieza de 8 - 10 m de largo por 2 m de ancho y 3 m de alto se pretende terminar el proceso completo en una sola atada. Este proceso puede implicar el desbaste, un acabado o un semiacabado... La manipulación de piezas pequeñas es muy distinta, ya que está automatizada. En las piezas grandes, por el contrario, puede llevar tanto o más tiempo la preparación de la pieza como su mecanización. Por este motivo, completar diversas fases de mecanizado en una sola atada conlleva un ahorro de tiempo enorme.
MU: ¿En este sentido, considera Vd. que la alta velocidad forma parte de un proceso de búsqueda de una máquina más polivalente?
JIS: Si. Y no sólo puede utilizarse la misma máquina para los acabados, sino también para recubrimientos. Lo que nosotros estamos haciendo con las máquinas grandes es reconvertirlas, optimizar su dinámica, de manera que se pueda ir hacia avances más rápidos sin que lleguen a la alta velocidad. Vamos hacia avances de unos 25 m/min que nos sigan permitiendo garantizar la dinámica de la máquina moviendo masas de 15 toneladas.
También estamos incorporando cabezales de alta potencia de hasta 50 kW, que incorporan ya un electromandrino. Ahora estamos montando un prototipo junto a una empresa alemana que va ser primicia mundial en la EMO de Hannover. Este prototipo incorpora su propio electromandrino. De esta forma, se tiene un cabezal que permite desarrollar potencias de arranque de 50 kW al tiempo que un electromandrino, con un par alto en bajas revoluciones, utilizando la gama alta puede trabajar a 10, 15 o 20.000 rpm.
La búsqueda de la máquina polivalente también significa que antes tenías o bien una máquina de arranque o una máquina con electromandrino. Ahora se está yendo a una fórmula intermedia que, si bien no es la solución óptima ni para un caso ni para el otro, sí es una solución muy válida en muchos casos.
MU: ¿Por qué cree Vd. que las industrias que podrían adoptar esta tecnología no lo hacen?
JIS: Si el usuario es una empresa transformadora o subcontratista no tiene más remedio que seguir la pauta que le va a marcar su cliente, y el cliente tiene cada vez más claro que se tiende hacia esto. Otra consideración, quizá la más importante, es que hay que reducir costes.
MU: ¿Tiene Anayak previsto entrar en el campo de la alta velocidad - propiamente dicho?
JIS: Tenemos un plan de desarrollo importante, entre otras cosas, por la inversión que supone. Se trata de un plan plurianual del año 2000 al año 2003. Uno de los ítems que contempla este plan es el desarrollo de una máquina de alta velocidad que ahora mismo está en fase de definición y a la que daremos un impulso en la EMO. En máquinas de alta velocidad hay que buscar algún aspecto de diferenciación que nos permita competir con la oferta actual del mercado, que ya incluye diversas capacidades y diseños. Aunque ya tenemos bastante claro lo que queremos hacer, queremos pensar muy bien dos o tres aspectos concretos.
MU: ¿Hasta qué punto están preparados los usuarios para hacer un uso óptimo de estas máquinas?
JIS: Yo creo que hay dos guerras diferentes. Una atañe al diseño de la máquina y el salto que debemos hacer los fabricantes para definir y conocer la dinámica de las máquinas en alta velocidad o en alto rendimiento. Esto es algo que desconocíamos hasta hace muy poco y en lo que estamos inmersos al cien por cien para poder optimizar las prestaciones que nos da esta máquina. Los fabricantes hemos de hacer muchos ensayos, de la mano de centros como Fatronik o Tekniker, y obviamente el fabricante del control numérico colabora en estos ensayos estrechamente con nosotros, ya que se requieren controles CNC de mayor capacidad de procesamiento y memoria con algoritmos avanzados para la generación de control de trayectorias (look ahead)..
En el caso del usuario es distinto. Puede pedir ayuda por un problema de manipulación, de mecanización de piezas, pero no por las condiciones de trabajo. Lógicamente los usuarios necesitan ser informados para adaptarse a las nuevas condiciones de mecanizado que requieren el uso de estas máquinas.