Cinco maneras en que los robots colaborativos contribuyen al ahorro energético
Con el coste de la energía alcanzando máximos históricos últimamente, y sin ninguna previsión de una bajada a corto/medio plazo, nunca ha sido tan importante para los fabricantes definir estrategias adecuadas para producir sus productos de la forma más económica posible y así mantener sus márgenes de beneficios.
Los fabricantes inteligentes deben contemplar la automatización como una parte integral de dicha estrategia. Aunque ya por si consumen muy poca energía cuando están en operación (de media unos 150 W), los cobots —gracias a su ligereza, flexibilidad y precisión— ofrecen una interesante opción de automatización que ayudan a las empresas controlar y reducir el gasto energético en diversas maneras, dependiendo de la aplicación.
1. Más eficiencia para reducir el consumo energético
Los cobots permiten automatizar tareas de producción monótonas y cansinas que un operario humano tradicionalmente tarda más tiempo en realizar manualmente. Un cobot no requiere descansos periódicos y puede llevar a cabo tareas sin parar y con mayor rapidez, aumentando así la eficacia de la línea de producción, lo que a su vez se traduce en un ahorro energético cuando dicha línea es capaz de producir más en menos tiempo.
2. Menos desperdicios significan más ahorro
La precisión de los cobots supone una reducción importante en el índice de desperdicio de materiales y energía durante la producción. Un sistema de pintura robotizada por ejemplo utiliza exactamente la misma cantidad correcta de pintura en cada aplicación, eliminando el consumo excesivo de pintura y la necesidad de aplicar retoques más adelante en el proceso. Lo mismo sucede con aplicaciones de soldadura o encolado. Igualmente, los cobots que realizan tareas de ensamblaje o manejo de materiales repiten el mismo trabajo una y otra vez con exactitud y precisión, evitando la necesidad de tener equipos dedicados a reelaborar piezas que consumen materiales y energía.
3. Fabricación desasistida
Los cobots permiten la puesta en práctica del concepto de ‘Lights-Out Manufacturing’ o la fabricación desasistida. La idea de usar robots colaborativos para la fabricación desasistida puede parecer una contradicción en los términos. Después de todo, los cobots se diferencian de los robots tradicionales al poder trabajar codo a codo con los trabajadores humanos, y la fabricación desasistida es un concepto de automatización libre de humanos. Pero el aspecto colaborativo de cobots es más que solo la capacidad de compartir una celda de trabajo. Los cobots también se definen por su asequibilidad, flexibilidad y características de facilidad de uso que son fundamentales para las nuevas aplicaciones donde realizan tareas durante la noche cuando el personal de la planta está en casa, como por ejemplo la preparación de piezas para cuando los operarios regresan al trabajo el día siguiente. Además del importante aumento de productividad que esto supone para una empresa, también proporciona un ahorro considerable en el gasto energético a largo plazo.
4. Capacidad de operar en entornos diversos y compactos
Dependiendo de la aplicación, los cobots pueden operar sin una supervisión constante en zonas obscuras o en un amplio rango de temperaturas de entre 0 y 50 °C. Esto permite a una fábrica ahorrar el coste de iluminar, calentar o enfriar el entorno de su celda de trabajo si no es necesario, lo que puede suponer una reducción considerable en el consumo energético en la planta. Permiten además crear celdas de trabajo automatizado en entornos más compactos. La superficie útil de una fabrica es en sí una medida de consumo energético porque esta superficie se tiene iluminar y calentar/enfriar. Cuanto más se produce en espacios reducidos, los gastos de mantenimiento y el consumo eléctrico de la planta también son menores.
5. Garantía de calidad en el producto final
Entre otras cosas, los cobots se destacan por la garantía de calidad en el producto final que ofrecen. Su precisión y el hecho de que reducen al mínimo el factor de error humano en el proceso de fabricación significan menos productos defectuosos y por tanto más eficiencia energética en la línea de producción. También minimiza el riesgo de una retirada de un lote de productos en el peor de los casos. De forma indirecta, esto contribuye a una reducción en el consumo energético a largo plazo, dado que elimina la necesidad de tener la línea de producción en operación para re-fabricar un lote imperfecto.
La automatización por tanto es una parte importante de cualquier estrategia de eficiencia energética implementada por un fabricante, y los robots colaborativos son una potente solución de automatización que ayudan a las empresas alcanzar sus objetivos de ahorro energético de una manera u otra.