Talleres de Guernica cumple un siglo de vida
Talleres de Guernica (TDEG) cumple un siglo de vida, una edad simbólica de la que pueden presumir muy pocas empresas en España. De hecho, solo hay 41 sociedades en todo el país que iniciaron su actividad en el siglo XIX. TDEG lo hizo poco después. Concretamente, el 12 de mayo de 1916.
Junto a las vías del ferrocarril de la villa vizcaína, el patriarca de la familia Gandarias fundó la empresa de maquinaria industrial Talleres de Guernica, S.L. (TDEG). Desde entonces, la compañía ha sobrevivido a multitud de avatares —dos guerras mundiales y una guerra civil, crisis económicas…— gracias, sobre todo, al tesón de sus trabajadores y a su capacidad de adaptación a las exigencias y necesidades del mercado. También, a su talento para la innovación e internacionalización. Si algo han aprendido todos y cada uno de los trabajadores de TDEG, es que en entornos tan cambiantes, las firmas sin capacidad de reacción se acaban extinguiendo.
Es por ello que a lo largo de la primera mitad del siglo XX TDEG no cesó de modernizar sus procesos de fabricación y actualizó constantemente su tipología de productos: desde pequeños tornos y fresas hasta afiladoras de brocas, herramientas de corte… Fue a mitad de siglo cuando decidió centrarse exclusivamente en el diseño y fabricación de platos para torno industrial, es decir, del accesorio del torno que amarra la pieza que después se va a tornear. TDEG llegó a emplear en su momento a más de 500 trabajadores.
Y en el nuevo escenario de globalización de las relaciones económicas y comerciales, la empresa apostó por un modelo de negocio basado en la fabricación de productos exclusivos de gran valor añadido y adaptados cien por cien a las necesidades de los clientes. TDEG es actualmente líder en ofrecer soluciones a las firmas que requieren platos para torno de gran diámetro. Hace unos años fabricó el que sigue siendo el plato automático de torno más grande del mundo, de 7 metros de diámetro y para el que hubo que fundir 73 toneladas de hierro a más de 1.500 grados. Estaba destinado a la construcción de anillos para torres de contención de aerogeneradores.
El edificio de Talleres de Guernica, S.L. (TDEG) también tiene, al igual que la propia empresa, una gran historia detrás. El inmueble es obra de Ricardo Bastida (1879-1953), arquitecto municipal de Bilbao que dejó un legado de grandes construcciones en la capital vizcaína y otras ciudades. De su estudio salieron, por ejemplo, los diseños de la Alhóndiga (actual Azkuna-Zentroa), el Puente de Deusto y el del Ayuntamiento bilbaíno, las Escuelas de Indautxu, el Instituto Central, las Viviendas de Torre Madariaga (Deusto) o las Galerías de Punta Begoña (Getxo).
El edifico de TDEG salió indemne del bombardeo de Gernika y guarda, por tanto, un enorme valor sentimental para todos los gernikeses. De hecho, tras la feroz intervención por parte de la Legión Cóndor alemana y la Aviación Legionaria italiana aquel 26 de abril de 1937, solo el 15% de los edificios de la villa vizcaína quedaron en pie. Y uno de ellos fue el edificio de TDEG. En él, Bastida logró una acertada síntesis entre la racionalidad exigida por el uso fabril y el logro de una estética industrial.