Cambios en las exigencias de cualificación de soldadores y procedimientos a partir de julio
8 de abril de 2014
La cualificación de soldadores y de procedimientos de soldeo es fundamental para garantizar la calidad de las uniones soldadas, así como su comportamiento a lo largo de su vida útil. En la mayoría de ocasiones, ello exige que las empresas lleven a cabo ensayos de control, a través de una entidad externa e independiente.
Esto es bien conocido por el Laboratorio de ensayos mecánicos de Aimme, que lleva más de 15 años realizando este tipo de ensayos para empresas fundamentalmente navales y aeronáuticas, ya que está acreditado por Enac para la realización de los ensayos y pruebas pertinentes, necesarios para asegurar la cualificación de procedimientos de soldeo y de soldadores.
Según Rubén Niñerola, responsable del Laboratorio, “las empresas deben asegurar la aplicación de las normas correspondientes a la cualificación de procedimientos y soldadores, especialmente cuando lo exige el cliente o cuando es un requisito obligatorio. Pero ello no es fácil, dado que la soldadura es un proceso complejo, en cuya calidad final intervienen numerosas variables: las propiedades del material a soldar, del metal de la soldadura, de la geometría de la junta e incluso de la pericia del soldador”.
La asistencia de una entidad especializada es fundamental en estos casos, especialmente si las soldaduras se realizan en productos sometidos a alguna directiva o reglamento, como es el caso del Reglamento de Equipos a Presión o el marcado CE de estructuras metálicas. En este último caso, según Niñerola, “a partir del 1 de julio de 2014, la inclusión del marco CE en estructuras metálicas obligará a las empresas a garantizar la cualificación de sus soldadores y, en función del grado de ejecución del producto, incluso a la cualificación de los procedimientos de la propia empresa”.
Aun en el caso de que el producto que fabrica la empresa no esté sometido a ningún tipo de requisito, ni legal ni del cliente, las empresas que tienen implantado un sistema de calidad según la norma ISO 9001, deberán demostrar durante la auditoría de certificación que tiene adecuadamente controlado el proceso, ya que la citada norma clasifica la soldadura como un proceso especial. Para ello se deberían tener en cuenta los criterios de calidad que marcan la serie de normas UNE-EN ISO 3834 ‘Requisitos de calidad para el soldeo por fusión de materiales metálicos’, que contemplan la realización de ensayos de control.
Para Niñerola, “incluso aquellas empresas que no sometidas a ningún tipo de requisito legal ni del cliente, y que tampoco están inmersas en un proceso de certificación ISO 9001, también deberían contemplar estos requisitos, si tienen un verdadero compromiso con la calidad final del producto que ofrecen a sus clientes”.