En el principio, el hombre
“Creo -explica- que no tiene sentido intentar luchar en el sector de los “commodities”. Hay datos que son interesantes y que ponen en su sitio los miedos de mucha gente. El 75 por ciento de los productos que se usan en Estados Unidos se construyen en este país. Es decir, no es tan fácil para otros penetrar en este mercado. Tenemos que dirigirnos a aquellos sectores que se van a seguir haciendo aquí. No creo que deba preocuparnos tanto la deslocalización. La amenaza asiática ataca más a otros tipos de productos, más baratos, más fáciles de automatizar”.
Su curiosidad e inquietud son algunos de los motores del dinamismo de la compañía. “Nunca me he considerado un manager. Sin embargo, me miro a mí mismo y veo un gran consumidor, siempre sorprendido por la capacidad de innovación de otros. Cuando veo algo nuevo, siempre pienso en cómo podría aplicar eso a la máquina-herramienta. Si encontramos la forma de hacer las cosas mejor de lo que las hacemos, cambiamos.
El 90 por ciento de nuestros clientes son empresas pequeñas, de hasta 20 empleados, y no lo debemos olvidar”.
Según explica Gene Haas, la diferencia entre máquinas es cada vez menor. “Nuestra diferencia está en que el conjunto de máquina, precio y servicio es uno de los mejores”. Efectivamente, en el juego, prestaciones-coste está su especialidad. Y no hay ningún indicio de que tengan intenciones de cambiar de concepto. Es decir, por ejemplo, no construirán máquinas de alta productividad destinadas al automóvil, “pero esto no quita para que no veamos oportunidades en otros campos. No creo que los clientes quieran pagar mucho por máquinas con muchas prestaciones”.