Los tejidos mesenquimales extra-finos (pericardio porcino) de las membranas son completamente reabsorbibles. Una vez hidratadas se presentan translúcidas y flexibles, y permiten guiar el crecimiento del tejido epitelial impidiendo la invaginación: por lo tanto esta acción favorece una óptima regeneración del tejido óseo subyacente.