Clientes y empleados en tiempos pospandémicos

Queda menos para retomar una vida casi normal, dejar en casa las mascarillas y mantener un mínimo contacto físico. Aprendimos como mínimo a lavarnos bien las manos, algunos a dejar los zapatos en la entrada de casa y a ventilar bien casas y oficinas. ¿Pero qué pasa en aquellos lugares donde no es posible ventilar...?

Antes de la pandemia convivíamos con dos problemas que, teniendo solución, pocos empresarios y autoridades sanitarias podían solucionar: las enfermedades nosocomiales y los edificios o ambientes enfermos.

Clientes y empleados consumirán y trabajarán mucho más a gusto en ambientes controlados, en espacios donde el aire que respiran esté libre de gérmenes y a prueba de futuras pandemias que las voces más pesimistas o realistas auguran para un futuro espero muy lejano.

Las enfermedades nosocomiales son aquellas que se contraen en los hospitales y clínicas con una exposición tan simple como la colocación de un catéter o una cirugía menor. Casi 40.000 españoles mueren al año por infecciones contraídas en ambientes sanitarios, a pesar que los hospitales y clínicas cumplen con los protocolos de limpieza y desinfección establecidos por organismos públicos y asociaciones profesionales.

Por otro lado, los edificios o ambientes enfermos, son aquellos espacios donde existe un absentismo laboral superior al 30%. La causa son los virus y bacterias que viven y hacen colonia en los ductos y sistemas de climatización. Se puede contraer; la gripe, la influenza, otras enfermedades respiratorias incluyendo ahora el SARS-COV-2.

No somos los mismos que entramos en confinamiento el 2020, o al menos no somos los mismos que salimos al mundo un año después. Esto principalmente porque ha cambiado nuestra percepción de la vulnerabilidad del ser humano, porque nos sentimos indefensos ante la inoperancia y el desconocimiento de expertos y autoridades, es un hecho que ha cambiado nuestra cosmovisión. (Una cosmovisión es el conjunto de opiniones y creencias que conforman la imagen o concepto general del mundo que tiene una persona, época o cultura, a partir de la cual interpreta su propia naturaleza y la de todo lo existente. Una cosmovisión define nociones comunes, que se aplican a todos los campos de la vida, desde la política, la economía o la ciencia hasta la religión, la moral o la filosofía.)

Quienes ofrezcan espacios seguros y protegidos a sus clientes y empleados ganarán por partida doble y recuperarán rápidamente la inversión.

Clientes y empleados consumirán y trabajarán mucho más a gusto en ambientes controlados, en espacios donde el aire que respiran esté libre de gérmenes y a prueba de futuras pandemias que las voces más pesimistas o realistas auguran para un futuro espero muy lejano. Esta tecnología existe y existía antes de la pandemia, se llama oxidación foto catalítica y en términos simples, son equipos que generan peróxido de hidrógeno (agua oxigenada) que a concentraciones adecuadas es uno de los desinfectantes más poderosos disponibles en el mercado.

Es la solución más eficiente y económica para tratar de forma efectiva aire y superficies. Solo con instalar un equipo autónomo o en los ductos de climatización podríamos acabar con ambientes y edificios enfermos y también con las enfermedades nosocomiales. Empresas proactivas preocupadas por sus clientes y empleados ya cuentan con esta tecnología en sus instalaciones y comercios. En EE UU —donde se puede demandar por contraer una enfermedad nosocomial— es una tecnología ampliamente conocida, difundida y utilizada. Aquí en España el consejo superior de investigaciones científicas (CSIC) empieza a avalar los primeros ensayos realizados en el centro de biología molecular Severo Ochoa, al ser una tecnología americana, no cuenta con la suficiente difusión y estudio en el viejo continente…

Quienes ofrezcan espacios seguros y protegidos a sus clientes y empleados ganarán por partida doble y recuperarán rápidamente la inversión. Este nuevo paradigma supondrá para las empresas y comercio una ventaja competitiva fácil de equiparar, pero difícil de asimilar e instaurar. El lastre corporativo tiene más que ver con lo que no conocemos que con lo creemos o dejamos de creer.