Pepper + Fuchs comercializa los sensores para la industria alimentaria UMB800. Este tipo de sensores deben ser capaces de soportar una amplia variedad de requisitos diferentes. Incluso cumplir con su tarea principal: detectar de manera fiable diversos y complejos objetos, lo que a menudo no se consigue fácilmente.
También se deben satisfacer los más altos estándares en cuanto a higiene, y se necesitan las dimensiones más compactas para su instalación en espacios reducidos.
En los sensores UMB800, las ondas sonoras se reflejan en casi todos los objetos, no importa la forma, el color o el material. A diferencia de las señales ópticas, no se ven afectados por el vapor o las superficies reflectantes. Los sensores ultrasónicos pueden detectar con fiabilidad incluso contornos irregulares porque su rango de emisión y recepción en forma de cono no se dirige a un solo punto, sino a un área de tamaño variable según el diseño. Gracias a su construcción, son completamente insensibles a la humedad, las salpicaduras del agua y las capas de sedimentos.
Sin embargo, en los dispositivos estándar, la membrana de ultrasonidos emisora y receptora consiste en un material compuesto que sólo tiene una tolerancia limitada a los productos químicos de limpieza normalmente utilizados en el campo de la higiene. Aunque la encapsulación completa del sensor puede protegerlo, esto disminuye su rendimiento con la tecnología convencional. Este es el motivo por el que, en lugar de dispositivos totalmente encapsulados, se utilizan sensores estándar modificados para la industria alimentaria. Sin embargo, estos sensores son muy complicados de limpiar. No solo esto, sino que su vida útil se reduce normalmente en áreas de higiene estricta. Los sensores que utilizan otros principios de medición a menudo no son una alternativa viable, entre otras cosas porque pueden presentar sus propios problemas de diseño cuando se trata de la higiene.
Con el UMB800, Pepperl+Fuchs ha desarrollado un sensor totalmente encapsulado que cumple con los mayores requisitos de higiene sin sacrificar su rendimiento en la medición. La clave para ello está en un procedimiento especialmente desarrollado donde la membrana de acero inoxidable se adhiere a la carcasa del sensor mediante soldadura láser.
Gracias a esta tecnología de membrana y al diseño del sensor, los dispositivos en estas series miden sólo 18 mm de diámetro y 55 mm de largo. Esto les hace ser los sensores ultrasónicos en acero inoxidable más pequeños del mercado. Su zona ciega está limitada a tan sólo 70 mm y el rango máximo de detección es de 800 mm. Su resultado es un rango de medición excepcionalmente amplio, permitiendo tanto una detección fiable como flexible en la mayor parte de las aplicaciones. El sensor mide con una precisión milimétrica, y permite un ajuste fino del punto de contacto. Gracias a su forma compacta, el sensor es fácil de integrar en las máquinas y las plantas existentes, incluso en espacios estrechos.
La carcasa del sensor se hace en su totalidad en acero inoxidable V4A con una baja rugosidad de 0,8 en toda la superficie de la carcasa. La superficie exterior está herméticamente sellada y sin espacios. Estas propiedades minimizan el riesgo de contaminación microbiana. El sensor puede soportar limpiezas con chorro de vapor y detergentes agresivos, y además cuenta con certificación ECOLAB así como con protección IP68/IP69K. Este quiere decir que todos los procesos de limpieza se pueden mantener sin cambios cuando se instala el sensor en una planta existente.
El UMB800 también tolera fuertes fluctuaciones de temperatura y puede funcionar constantemente hasta los 85 ºC. El sensor se ha construido y ha sido certificado de acuerdo con las directrices del European Hygienic Engineering and Design Group (EHEDG). Todos los materiales utilizados cumplen con los requisitos establecidos por la Food and Drug Administration (FDA) de EE.UU. Sus certificados también se aplican al soporte de montaje especialmente desarrollado sin rebajes y con sellos convexos.