La inversión en equipos para la medición de tubos modelados le permite expandirse con éxito

Especializada en la fabricación de tiendas de campaña desde 1960, Tubazur, ha pasado a ser un proveedor reconocido dentro de los sectores hospitalario, automovilístico y de la construcción. Con unas ventas de más de 7,5 millones de euros y 70 trabajadores, esta compañía francesa certificada por la ISO 9000-1 trabaja con con un brazo articulado Romer para inspeccionar la calidad de la producción.

A principios de 1990, la industria de las estructuras de tiendas de campaña experimentó una bajada de actividad debido a la fuerte competencia de Europa del este y la tendencia a adoptar la fibra de vidrio como material. Por tanto, Tubazur tuvo que diversificarse para seguir existiendo.

Tubazur no sólo tuvo que demostrar flexibilidad sino que además tuvo que alejarse de la forma de trabajar antigua de producir un producto único y confiar en un número limitado de clientes principales. Tuvieron que hacer mejoras en la calidad del producto.

El primer proyecto para obtener un brazo articulado fue en 2002. Los requisitos de los equipos de metrología era la inspección dimensional de piezas, pero había mucho escepticismo, sobre todo debido al precio elevado de las soluciones de metrología. La dirección tenía que justificar una inversión muy elevada y sobre todo saber si sería lo suficientemente flexible y fácil de usar. Las tres compañías compartían las mismas preocupaciones de modo que las tres se decidieron por el brazo de segunda mano portátil y de instalación sencilla. Con ello, se dividieron la inversión y los riesgos.

Barbier se acuerda de las dudas del principio sobre el uso del brazo articulado para la medición de tubos. Al principio, las mediciones se hacían con un palpador debido a las restricciones presupuestarias que no permitían adquirir un sensor. Además de la cuestión de compartir la máquina, el brazo que adquirieron al principio tenía un radio limitado y se tenía que reposicionar con frecuencia. Si miramos atrás, esta solución intermedia fue ventajosa para Tubazur porque la compañía pudo acostumbrarse a utilizar el brazo articulado. Gracias a la buena experiencia vivida con el primer brazo Romer, la compañía compró en 2006 un brazo articulado Romer moderno y nuevo.

Barbier nos cuenta: “muchos de nuestros clientes tienen un brazo Romer, nosotros también de modo que no dudan de nuestra precisión. La compra del brazo articulado nos ha permitido expandirnos en el sector automovilístico, lo cual nos ofrece una cooperación más directa con nuestros clientes”.

Todo tipo de usuarios, desde el técnico de flexión, el técnico de taller con una experiencia metrológica hasta el director de calidad y los técnicos CAD, aprecian el fácil uso del brazo articulado Romer, sobre todo el software G-PAD y sus multifunciones. El brazo se utiliza para comprobar los equipos de control, el equipo de ensamblaje y de soldadura y para validar componentes adquiridos del exterior. Actualmente, la empresa sigue utilizando un modelo de control para piezas grandes. “El brazo se convertirá pronto en una pura herramienta de control para la producción, su integración se hará gradualmente” comenta Barbier.

La línea de productos Tubazur será más compleja en el futuro, con leontinas soldadas y tratamiento de la superficie como ofertas estándar. Los productos finales serán subensamblajes listos para la integración a unas unidades más complejas, gracias a la tendencia de subcontratación de muchos de los clientes de Tubazur. Barbier dice: “Existe la posibilidad de realizar futuras colaboraciones o incluso adquisiciones de otras empresas francesas y extranjeras. Tubazur es un buen ejemplo de una compañía que ha sabido invertir en tecnología punta para sobrevivir y prosperar dentro del mercado internacional en continua evolución”.