Para superar los controles de calidad en todos los procesos de fabricación a que se somete cualquier producto en la industria en general, intervienen uno o más tratamientos, los cuáles pueden ser: de limpieza o preparación, y se suele terminar con algún tipo de recubrimiento, pintura o barniz que sirva de distinción, apariencia decorativa, protección contra el desgaste, aumento de las propiedades de las piezas ante la oxidación por la humedad, niebla salina, el contacto con ácidos, vapores, etc.
Para conseguir que los productos fabricados tengan un buen acabado superficial se emplean una serie de instalaciones que pueden ser estáticas o continuas, cuyas aplicaciones más usuales son: desengrasar, fosfatar, enjuagar, imprimar, pintar y secar todo tipo de piezas, bien sean metálicas, plásticas o de cualquier otro material, con pinturas epoxi, con base acuosa o con disolventes. Su aplicación puede ser aerográfica o electroestática en líquido, en polvo, en cubas de lecho fluido, en plastificados o bien rilsanizados, etc.
Los equipos para el tratamiento y acabado de superficies básicamente son: lavadoras - cabinas de pintura - hornos de secado - transportadores y equipos complementarios como robots – recuperadores – ciclones, etc. Instalaciones que se suministran llaves en mano con todo tipo de garantías.
En conclusión, para superar los controles de calidad a los que se somete cualquier producto, los tratamientos superficiales son parte fundamental dentro de la industria.