Consejos para ayudar a los perros a combatir la llegada del frío

La experta veterinaria de Clinicanimal, Nuria Gómez Constanzo, explica en qué condiciones conviene contar con un abrigo para nuestros perros, para evitar los efectos adversos de esta temporada y aislarlos correctamente del frío.

Resfriados, bronquitis, tos de las perreras o, incluso, la neumonía, son algunas de las enfermedades propias del invierno.

Con el otoño, las bajas temperaturas, las lluvias y la ropa de abrigo llegan para quedarse. Durante los primeros meses de esta época, son frecuentes las dudas sobre cuánto conviene abrigarse, algo que ocurre tanto para humanos como para peludos. En el caso de nosotros mismos, puede ser más sencillo saber si tenemos o no frío, pero, en el caso de las mascotas, a veces puede ser más difícil detectar si requieren de una prenda de mayor abrigo. En ese sentido, Tiendanimal, especialista en todo tipo de productos para mascotas, ofrece algunas recomendaciones básicas para evitar que los canes acusen el frío de esta temporada, y que su salud no pueda verse resentida, de la mano de Nuria Gómez Constanzo, experta veterinaria de Clinicanimal, la red de centros veterinarios del grupo.

En el caso de las familias con perro, las salidas al exterior forman parte de sus rutinas para asegurar el bienestar y el buen estado físico de las mascotas, ya sea en temporadas con temperaturas cálidas, o frías y húmedas. En ese sentido, será clave atender a sus características especiales para saber si necesitan o no ropa de abrigo. Según informa Nuria Gómez, “la protección del frío en los perros varía en función de su morfología, de si son perros de gran tamaño o pequeños, de si tienen el pelo corto o largo, o de si son cachorros, adultos o de avanzada edad. De hecho, en el caso de estos últimos, debemos prestar aún más atención a esta cuestión, dado que su mayor vulnerabilidad puede hacer que el catarro derive en bronquitis, artritis o incluso en neumonía”.

Existen perros que, por su condición física o por necesidades especiales, presentan mayor susceptibilidad ante el frío. Tal y como explica la experta veterinaria, “nos referimos, por ejemplo, a perros cachorros, ancianos, a perros sin pelo o a animales enfermos, así como a determinadas razas caninas como el galgo, pinchers u otras, que no tienen una buena capa de subpelo. Todos ellos necesitarán cuidados extras. Por el contrario, animales sanos, jóvenes y dinámicos, que tengan sano su manto natural de pelo y que no presenten sensación aparente de frío, en un principio, no requerirían de estas prendas de abrigo extras”.

En ese sentido, será clave entender las señales que las mascotas puedan darnos. El síntoma más común serán los temblores, frecuentes en razas de tamaño pequeño, así como en perros de pelo corto o perros sin pelo. “En estos casos sí se recomienda abrigar a un perro, ya sea con el uso de un jersey o un abrigo especialmente diseñado para ellos”, menciona. Otros síntomas que podemos encontrar y que indican que el perro está pasando frío son la rigidez muscular, la piel muy fría o incluso la somnolencia, en casos más extremos.

La experta veterinaria matiza que “abrigar a nuestros perros no debe ser una excentricidad. Un abrigo, jersey o, en definitiva, cualquier prenda que le pongamos es una capa más de “piel” y, en ese sentido, es muy positivo ya que, más allá de protegerles del frío, también ayudan a prevenir parásitos, o incluso del ataque de otro perro. No obstante, siempre conviene visitar a nuestro veterinario de confianza para que nos explique cuál es la prenda de abrigo que mejor se ajusta a las necesidades de nuestra mascota”.

“Atendiendo a la estructura de nuestro perro, lo más recomendable es que el abrigo deba cubrir todo el lomo, desde la base hasta la cola, ya que se trata de la parte del cuerpo que queda más expuesta al exterior. El cuello también es una zona muy vulnerable y que no debe quedar desprotegida, si queremos aislarles correctamente del frío”, añade la experta veterinaria.

Asimismo, conviene evitar las prendas rígidas o demasiado acolchadas que puedan limitarles la movilidad, y optar por tejidos elásticos que resulten cómodos, y que puedan ser empleados tanto para estar en casa como para salir a pasear. “Así evitaremos que sufran cualquier tipo de resfriado o catarro”, explica.

“En el caso de lluvia, es común que los perros regresen al hogar mojados o con el pelaje humedecido tras el paseo, algo que puede derivar en problemas pulmonares, si su salud es delicada. En este sentido, un abrigo con un impermeable, que proteja de la lluvia y de la nieve, puede ayudar a aislarlos adecuadamente, combinándolo, una vez lleguemos a casa, con una buena sesión de toalla y secador. Así evitaremos enfermedades pulmonares y resfriados, que puedan suponer problemas de salud más graves”, concluye.