Sobre los golpes de calor en perros y gatos
Consejos para prevenir el golpe de calor en las mascotas durante la época estival
El golpe de calor, o termoplejía, es un trastorno que afecta tanto a seres humanos como a mascotas, cuando nuestros organismos alcanzan temperaturas tan elevadas que pueden ser perjudiciales para la salud. Por ello, MSD Animal Health recomienda tener especial precaución durante la época estival para tratar de prevenirlos.
El jadeo continuado, la dificultad al respirar o la reducción de la movilidad son algunos de los síntomas de un posible golpe de calor.
El aumento de la temperatura corporal de los perros y de los gatos hasta los 42°C puede provocar una pérdida de líquidos corporales. Esta pérdida de fluidos corporales provoca un espesamiento de la sangre, de manera que su circulación se vuelve más lenta, y éste enlentecimiento de la circulación dificulta la funcionalidad del sistema circulatorio, y acaba provocando una disminución progresiva del transporte de oxígeno a todo el organismo.
En verano, son múltiples las situaciones en las que los perros están expuesto a posibles golpes de calor. Por ejemplo, se debe evitar dejarles encerrados en vehículos o en terrazas acristaladas, tenerles atados en el exterior o realizar paseos con temperaturas muy elevadas, especialmente peligroso en perros adultos y en ejemplares de razas braquicéfalas, como el Bulldog o el Bóxer.
Existen algunos síntomas que pueden indicar que un animal está padeciendo un golpe de calor. El primero es un jadeo continuado e intenso, con producción abundante de baba. A continuación, puede mostrar serias dificultades para respirar, y evidenciar signos de inquietud y nerviosismo. Atendiendo a su boca, será importante ver si sus encías presentan tonalidades azuladas a causa de la deficiente oxigenación orgánica.
Otro de los síntomas es que se reduzca la capacidad del animal para moverse con normalidad, lo que puede llevarle a perder el conocimiento, presentar temblores, alteraciones del equilibrio, espasmos o convulsiones.
Consejos de expertos ante un golpe de calor en perros
Los perros, a diferencia de los humanos, no transpiran y regulan su temperatura a través del jadeo. Autoría: David Cervera.
Javier Godino, veterinario experto en animales de compañía en MSD Animal Health, recomienda: “Si se diera el caso de que nuestro perro está sufriendo un golpe de calor, lo primero que debemos hacer es alejar a nuestra mascota del entorno que le ha producido dicho golpe. Si nos encontramos próximos a una clínica veterinaria, acudiremos a ella inmediatamente”. “Si no hay ninguna cercana, debemos seguir el siguiente protocolo: si el perro está consciente, es conveniente desplazarlo a la sombra y ofrecerle agua fresca de forma controlada. Seguidamente, debemos bajar la temperatura corporal del perro. Para ello, debemos mojarle. Si es posible, lo haremos por todo su cuerpo, con agua fría, y sobre todo en zonas como cuello, axilas e ingles”, explica.
Consejos para evitar un golpe de calor en gatos
Los gatos sudan sobre todo por las almohadillas de las patas, pero también tienen glándulas sudoríparas en la barbilla, zona anal y labios.
Para regular su temperatura corporal, los gatos aprovechan la evaporación de la saliva que dejan sobre su pelaje durante sus sesiones de acicalamiento. Si se someten a altas temperaturas, los gatos, igual que las personas, pueden sufrir un golpe de calor.
Al igual que sucede con los perros, existen algunos síntomas que pueden indicarnos si un gato está sufriendo un golpe de calor. Estos son el jadeo, la dificultad al respirar, el enrojecimiento intenso de las mucosas, fiebre o vómitos.
Entre los consejos para prevenirlos, los expertos recomiendan asegurar un ambiente fresco. A los gatos no les resulta tan fácil como a las personas regular su temperatura corporal. La temperatura que ellos son capaces de soportar es bastante similar a la temperatura que toleramos las personas. Por lo tanto, la temperatura ideal será la misma en verano y en invierno, por lo que es fundamental un ambiente lo más fresco posible.
En las horas de máxima exposición solar, se recomienda bajar las persianas, especialmente en los lugares en los que el animal duerme durante esas horas. Es importante una buena ventilación en casa y, en el caso de pasar mucho tiempo fuera por trabajo u otras razones, asegurarnos de que tiene acceso a una zona sombreada y con abundante agua fresca.
“El papel del agua es fundamental para aliviar a los gatos del calor. Considerando que son reacios al consumo de agua, es importante que les incitemos a hidratarse”, aclara Godino. Es recomendable utilizar fuentes, como los bebederos inteligentes, que le proporcionan agua siempre fresca y de forma atractiva, y además informan a los dueños de la cantidad de agua que ha bebido su mascota.
“Es conveniente ayudarles a mantener su pelo en las mejores condiciones, con baños en verano y con frecuentes cepillados”, explica el experto. El manto de los animales cobra un papel especialmente importante a la hora de protegerles de la exposición al sol y del calor. El pelaje les ayuda a aislarse y les protege de las quemaduras.
Si es complicado meter a un gato en la bañera, sirve igual mojarle con una toalla húmeda por su lomo y por su cabeza. Así, el agua ejercerá el mismo efecto que su saliva y le ayudará en la evaporación de su cuerpo. Otra solución puede ser dejarle un barreño pequeño a modo de piscina disponible por si decide refrescarse con un chapuzón.