Entrevista a José María Marcén Salvador, presidente de Conaif
29 de noviembre de 2010
Para un instalador, ¿cuáles son los principales riesgos laborales de su día a día?
Los cortes, incisiones, rozamientos y quemaduras; las proyecciones de partículas (en especial a los ojos), las electrocuciones y sobreesfuerzos; también los atrapamientos, aplastamientos y atropellos pues hay que tener en cuenta que el volumen y peso de los aparatos (sanitarios, calderas, etc.) y sus traslados hasta el lugar donde deben ser colocados implica un riesgo considerable.
Igualmente los ruidos excesivos, las inhalaciones perjudiciales (al realizar soldaduras, aperturas de rozas, corte de tuberías, etc.), las caídas, los resbalones y las caídas de herramientas, aparatos y materiales, que implican un riesgo no sólo para el instalador sino también para las personas que circulan por debajo de donde trabaja (generalmente en altura).
¿Cómo ha evolucionado la prevención de riesgos entre los profesionales en los últimos años?
En España ahora hay una mayor conciencia acerca de la importancia que tiene la seguridad en el trabajo y las iniciativas que se toman se han multiplicado. Como ejemplo, en el sector de las instalaciones próximamente se exigirá la Tarjeta Profesional de la Construcción (TPC) a todo aquel que vaya a trabajar en obras de construcción. Esto supone un avance en el tema que estamos tratando porque como requisito previo a su obtención es obligatorio recibir formación adecuada y específica en prevención de riesgos laborales.
El tema de la seguridad en las instalaciones ¿lo perciben del mismo modo los autónomos o pymes que las grandes empresas?
Deberían percibirlo de igual manera porque la seguridad en el trabajo, además de una obligación legal, es responsabilidad de todos los empresarios, con independencia del tamaño de la empresa y los recursos con los que cuente.
Tanto a la pyme como a la gran empresa les corresponde aplicar la Ley de Prevención de Riesgos Laborales con respecto a sus empleados, lo que con carácter general implica la evaluación y corrección de los riesgos laborales así como la implantación de un sistema adecuado de vigilancia de salud.
La seguridad no debería ser una cuestión de dimensión empresarial, sino de responsabilidad del empresario y los trabajadores.
En general, ¿el profesional de la instalación está bien formado en cuanto a riesgos laborales?
Si tenemos en cuenta la labor que las organizaciones empresariales hacemos en este campo, pienso que sí. Dedicamos muchos esfuerzos a difundir entre el colectivo una cultura de prevención y a formar al empresario para que conozca cuales con sus obligaciones al respecto. A veces lo hacemos de forma independiente, por iniciativa propia, y otras en colaboración con las diferentes Administraciones.
Creo que en líneas generales el profesional de la instalación sí tiene la formación necesaria, entre otras razones porque las organizaciones empresariales hemos procurado ofrecérsela.
¿Se cometen todavía negligencias en este campo?
Aunque no sea la tónica general, lamentablemente aún se siguen cometiendo imprudencias. En este momento me vienen a la mente unas imágenes que circulan por Internet de una instalación en un edificio en altura que verdaderamente ponen los pelos de punta. Ahora bien, habría que saber si los protagonistas son operarios de una empresa legalmente establecida y registrada o forman parte de ese ‘submundo’ que ejerce el intrusismo profesional sin ningún tipo de control y que tanto perjudica a nuestras empresas.
Desde Conaif, ¿qué iniciativas se llevan a cabo sobre este punto?
El interés de Conaif en materia de prevención es doble, por un lado formar y por otro informar al colectivo de pymes y autónomos. La formación la canaliza a través de sus 50 asociaciones provinciales, la mayoría de las cuales dispone de centros de formación, propios o concertados, donde imparten cursos teóricos y prácticos sobre las materias propias de las instalaciones pero también sobre prevención de riesgos laborales.
Como iniciativas propias puedo citar las publicaciones sobre prevención de riesgos laborales que, a través de una Biblioteca Técnica, ponemos al servicio de las empresas; las campañas de concienciación iniciadas en colaboración con la Administración y otras actuaciones iniciadas por las organizaciones empresariales de las que formamos parte, como CEOE, Confemetal y Cepyme, y de las que nuestras empresas se benefician. Precisamente en estos momentos Conaif participa en una campaña de visitas a empresas con plantillas entre 6 y 49 trabajadores para el asesoramiento en materia preventiva, y lo hace por medio de Confemetal.
¿Y desde la Administración?
La Constitución Española encomienda a los poderes públicos como uno de los principios rectores de la política social y económica el velar por la seguridad e higiene en el trabajo. Por eso la Administración tiene un papel activo en cuanto a iniciativas relacionadas con la prevención de los riesgos laborales. Por poner un ejemplo, el Ministerio de Trabajo e Inmigración mantiene el denominado ‘Proyecto Prevención-10’ que permite a las empresas de menos de 10 trabajadores gestionar de manera interna la Prevención de los Riesgos Laborales sin tener que recurrir a una empresa externa para estos servicios.
En cuanto a prevención, conocimientos sobre seguridad… ¿en qué posición se encuentran los profesionales en España respecto a otros países europeos?
En la media de Europa.
Para finalizar, la Ley de Prevención de Riesgos Laborales lleva 15 años de vigencia. ¿Es necesaria una revisión?
Se siguen produciendo siniestros, sobre todo en sectores como el de la Construcción. La Ley no ha conseguido atajarlos, por lo que habría que plantearse la posibilidad de introducir modificaciones que la hagan ganar en eficacia.