El objetivo es la mejora de la eficiencia energética y el correcto uso de los nuevos refrigerantes
Formación continua, la clave de una buena praxis por parte de los instaladores de refrigeración
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Este enfoque inicial ha evolucionado en la última edición del actual Reglamento de Instalaciones Térmicas contemplando un enfoque bastante más amplio, pues las últimas revisiones del texto legal se han producido para adaptarlo a la evolución de la técnica, incorporando como objetivo que las instalaciones sean mucho más eficientes desde el punto de vista energético, fomentando también las energías renovables o residuales que provengan de otros usos, todo ello sin perder de vista la seguridad.
La evolución normativa no se ha desarrollado exclusivamente a través del reglamento de instalaciones térmicas en edificios, sino que se han incorporado, para muchas instalaciones, normativas relacionadas con Sanidad y Medio Ambiente. La primera, para evitar la aparición de legionella en las instalaciones de refrigeración y sistemas de ventilación que conforman las instalaciones térmicas, y la segunda, mediante la publicación de dos Reglamentos Europeos para evitar las emisiones de gases que atacan a la capa de ozono y de los gases fluorados de efecto invernadero, respectivamente.
Esta última Disposición legal relativa a los gases fluorados, ha supuesto varios cambios en la actividad, pues entre sus exigencias, se encuentran tres muy destacables: Que todo el personal de la empresa que manipule instalaciones cargadas con gases fluorados tenga que adquirir una formación para conseguir el certificado de manipulador correspondiente en este tipo de instalaciones. Que la venta de este gas refrigerante se circunscriba exclusivamente a las empresas habilitadas, y por último, que aquellos equipos no compactos que requieran ser instalados, no puedan venderse al usuario final salvo que se cumpla un procedimiento que garantice que la instalación corre a cargo de empresas habilitadas con personal debidamente certificado.
Todo esto supone que el intrusismo disminuya considerablemente, y que se produzcan menos emisiones a la atmosfera, pero desafortunadamente faltan medios para tutelar que estas exigencias se estén llevando a cabo conforme a norma.
El espíritu de esta normativa es muy positivo, pero con posterioridad a su publicación, el Ministerio de Hacienda gravó un impuesto al empleo de gases fluorados de efecto invernadero que ha supuesto la imposibilidad de retirar muchos de los gases nocivos, que obran en instalaciones existentes cuando se pretenden sustituir por otros equipos más eficientes.
Cabe destacar, que en nuestro país están entrando grandes cantidades de gases refrigerantes fluorados sin cumplir con el impuesto correspondiente, lo que fomenta que sigan efectuándose fugas y recargas de instalaciones antiguas con este tipo de gas, quedando estos trabajos dentro de la economía sumergida.
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“En nuestro país están entrando grandes cantidades de gases refrigerantes fluorados sin cumplir con el impuesto correspondiente, lo que fomenta que sigan efectuándose fugas y recargas de instalaciones antiguas con este tipo de gas, quedando estos trabajos dentro de la economía sumergida”
Este famoso impuesto, tal y como está regulado, dificulta el cumplimiento en la práctica del espíritu de mejora medioambiental, a la hora de retirar equipos antiguos del mercado. Esto es algo que desde la Confederación Nacional de Instaladores CNI, venimos reivindicando y transmitiendo al Ministerio de Medio Ambiente.
En la medida en la que no se anime económicamente al titular para asumir la retirada del gas, estamos condenados a no poder competir con los que no proceden de manera ortodoxa, pues desgraciadamente, muchos de los gases refrigerantes que obran en equipos antiguos (que son muchas toneladas), a buen seguro, acabarán en la atmósfera salvo que a efectos legislativos se pueda primar aun más la retirada del gas, pues de lo contrario, son los propios usuarios de las instalaciones los que liberan el gas para no asumir económicamente la retirada y gestión de ese residuo.
En cuanto a los nuevos refrigerantes alternativos a los fluorados, existen dos familias más destacadas: El dióxido de carbono en sus dos tecnologías, subcrítico y transcrítico, y el amoniaco. Ambos se están empleando en instalaciones grandes, pues se tratan de sistemas que trabajan con presiones mucho más elevadas y precisan más espacio en salas de máquinas por estar compuestos de equipos más voluminosos.
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Trabajar este tipo de instalaciones con gases alternativos, requiere profesionales con cualificación para poder operar con precisión, son sistemas menos convencionales y precisan de una formación concreta. Del mismo modo, no se pueden sustituir todos los equipos cargados con gases refrigerantes de efecto invernadero por equipos de gases refrigerantes alternativos, estos últimos no son todavía la solución para pequeñas y medianas instalaciones.
La clave de una buena praxis para el ejercicio de la actividad radica en la formación continua del profesional, a efectos de estar al día en todo lo relativo a la evolución de la técnica para la mejora de la eficiencia energética, medio ambiente, nuevas tecnologías con gases refrigerantes alternativos y novedosos.
Para ello siempre hemos contado en la empresa con el valor que aporta el Asociacionismo, ya que a través del Gremio Regional de Instaladores de Frío y Calor de Murcia integrado en la Federación Regional de Empresarios del Metal de Murcia (Fremm), nuestro personal ha podido formarse y atender a todas las exigencias legales y tecnológicas que nos han sobrevenido sobre la marcha.
En definitiva, las empresas debemos seguir trabajando para que en la revisión de las normas que regulan la actividad, que como se puede observar es muy variada, el objetivo de las mismas pueda materializarse, debiendo transmitir esta información a los legisladores a través de organismos autonómicos como Fremm, y nacionales como la Confederación Nacional de Instaladores CNI.