En la evolución del sector durante la última década “la participación de AEAS ha sido crucial y muy positiva”
Entrevista a Pascual Fernández, presidente de la Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamiento (AEAS)
Fernández —quien detalla la evolución de las distintas fases del ciclo integral del agua, desde la captación a la reutilización— alerta sobre la escasez de recursos hídricos y llama la atención acerca de las inversiones necesarias para cumplir los futuros requisitos legislativos, lo que hará necesario adaptar las tarifas y así poder “cumplir con los preceptos marcados por la Directiva Marco del Agua relativos a la ‘recuperación de costes’, una ‘adecuada contribución de los usos’ y el conocido ‘quien contamina paga”.
¿Cuál ha sido la evolución del sector del ciclo integral del agua, en sus distintas fases, en los últimos diez años?
Todas las fases del ciclo urbano del agua se han visto afectadas de un modo u otro durante esta última década a causa de factores legales, ambientales o técnicos.
Los puntos de captación de agua son de los elementos más afectados por las consecuencias del cambio climático. La escasez de agua y el deterioro de las masas de agua existentes es una realidad. El último informe del IPCC de 2023 avecina que irá a peor y los retrasos en las inversiones previstas en la planificación hidrológica no ayudan a paliar esta situación.
Respecto a la potabilización, con el empuje de la revisión de la Directiva de Aguas de Consumo Humano, se han incrementado los controles, la precisión y la frecuencia de las variables que se analizan con la ayuda de nuevos sensores de calidad y mayor control en laboratorio.
En distribución, se ha generalizado la aplicación de técnicas automáticas de detección y control de fugas, especialmente en los grandes sistemas o ciudades. También se ha producido un fortísimo incremento de la aplicación de técnicas de ‘sectorización’ y ‘microsectorización’ de redes y de sensorización de las mismas. Se ha universalizado la aplicación de tecnologías “sin zanja” a la hora de reparar o reponer tuberías para reducir las molestias y los costes del proceso. Además, se ha mejorado la calidad metrológica de los contadores y se ha evolucionado hacia la medición digital y la telelectura de los contadores domiciliarios (24% y 19% de la población disponen de ella, respectivamente). Prácticamente el 90% de los sistemas disponen de modelos matemáticos de red para simular y verificar el comportamiento hidráulico de redes de distribución.
En cuanto al alcantarillado, ha mejorado mucho el conocimiento de las redes de evacuación de aguas residuales, a través de su modelización digital, el empleo de sistemas GIS y, en algún caso, en su automatización operativa (58%, 97% y 29%, respectivamente). La conexión de los modelos de redes con datos meteorológicos online permite la predicción del comportamiento hidráulico en tiempos de tormentas, con la posibilidad de generar avisos preventivos. Se han puesto en servicio y se explotan más de 450 tanques de tormenta para evitar vertidos y poder mantener la calidad de los ríos en periodos de lluvia. Y se ha sostenido una fuerte lucha, con acciones preventivas, parar reducir los problemas ocasionados por las conocidas ‘toallitas’ higiénicas, que producen atascos y son causantes de potenciales daños sobre la salud de los trabajadores, el medio ambiente, así como económicos.
En depuración, han mejorado y perfeccionado las técnicas de explotación para dar garantía y seguridad. Se han puesto las bases para ir convirtiendo las depuradoras de aguas residuales en biofactorías, usando técnicas para conseguir el aprovechamiento de la materia orgánica extraída del agua residual, así como otros elementos y compuestos de utilidad, como el biogás o el reciclado y reutilización del agua, siguiendo los principios de la economía circular. Otro ejemplo de ello es la producción de estruvita (sal rica en fosforo) obtenida de los fangos tratados anaeróbicamente. Se ha perfeccionado las técnicas de aprovechamiento de los fangos de depuradoras como fertilizantes agronómicos y forestales gracias al empleo de los secados térmicos, el compostaje, la maduración controlada, y otras higienizaciones, incluyendo el energético gracias a la incineración.
En reutilización se ha avanzado técnicamente muchísimo, hasta el punto de que se puede considerar que es factible conseguir calidades similares al agua potable obtenida de fuentes naturales. La calidad que exige el nuevo Reglamento europeo de reutilización busca asegurar preventivamente los potenciales riesgos ambientales y sanitarios, al mismo tiempo que potenciar los objetivos de la economía circular en el mundo del agua.
Pascual Fernández, presidente de la Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamiento (AEAS).
¿Cuáles son los principales hitos que se han producido durante esta década en el ámbito legislativo y, también, desde el punto de vista tecnológico?
Son muchos los instrumentos legislativos que han repercutido significativamente durante los últimos años en el sector del agua urbana.
Desde el punto de vista genérico y de regulación, podemos destacar la aprobación de los Planes Hidrológicos de Cuenca, tanto de tercer ciclo 2022/2027, como de segundo ciclo 2015/2021, ya que la planificación es uno de los instrumentos de gobernanza más robustos; la Ley de Desindexación de la Economía Española; la Ley de Contratos del Sector Público, que incorpora la prestación patrimonial pública no tributaria como nuevo concepto legal y que ha permitido resolver la problemática generada históricamente por la dualidad Tasa/Tarifa; o el RDL sobre sectores excluidos. También resultó clave durante la pandemia la definición del sector urbano del agua como “sector esencial”.
Por otro lado, desde un punto de vista de análisis técnico, destaca el RD por el que se modifica el Reglamento del Dominio Público Hidráulico 849/1986, de 11 de abril, en materia de registro de aguas y criterios de valoración de daños al dominio público hidráulico; la Ley de Metrología; el RD por el que se establecen los criterios de seguimiento y evaluación del estado de las aguas superficiales y las normas de calidad ambiental; el RD por el que se modifica el Reglamento del Dominio Público Hidráulico 849/1986, el Reglamento de Planificación Hidrológica 907/2007 y otros en materia de gestión de riesgos de inundación, caudales ecológicos, reservas hidrológicas y vertidos de aguas residuales; el RD 902/2018, que se basa en la metodología de evaluación del riesgo de la OMS, el llamado Plan Sanitario del Agua; la Estrategia Española de Economía Circular; el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030 (PNIEC); el RD por el que se aprueban las normas técnicas de seguridad para las presas y sus embalses; la Ley de residuos y suelos contaminados para una economía circular; el RD por el que se establecen los criterios técnico-sanitarios de la calidad del agua de consumo, su control y suministro; o el Real Decreto-Ley 4/2023, de 11 de mayo, mediante el cual se da respuesta a diversos problemas ocasionados por la sequía y realiza un impulso a la reutilización sin precedentes.
Hay muchas otras Órdenes Ministeriales y Reales Decretos que complementan todo ello, además de toda la extensa legislación autonómica existente en la materia.
¿Cuáles han sido las principales aportaciones de AEAS a la evolución del sector en estos últimos diez años?
Se puede concluir que la participación de AEAS ha sido crucial y muy positiva, aportando sugerencias, ideas y contribuyendo con enmiendas, afinando redacciones técnicas y ofreciendo conocimiento y experiencias. Un trabajo inmenso realizado con rigor por nuestras comisiones técnicas y grupos de trabajo especializados.
Asimismo, AEAS ha aportado conocimiento, experiencia y gestión nacional e internacional, en asuntos como la norma UNE 149002 sobre productos desechables por el inodoro, o los trabajos consensuados con la FEMP sobre la problemática de la “asequibilidad” de las tarifas de los servicios urbanos y la protección del Derecho Humano al Agua y a los colectivos vulnerables.
También ha resultado esencial AEAS como entidad aportadora de datos de referencia sectorial mediante diversos estudios, como pueden ser el Estudio Nacional de Suministro de Agua Potable y Saneamiento, el Estudio de Tarifas o los estudios realizados en materia de necesidades de inversión y renovación de infraestructuras del agua. Esto, unido a las diversas guías y documentos de referencia técnica que ayudan a la difusión del conocimiento y buenas prácticas sectoriales, hace que la información que proporciona AEAS a la sociedad sea valorada, no solo por las entidades propias que prestan el servicio de abastecimiento de agua y saneamiento, sino también por otras instituciones relacionadas con el sector.
Desde el punto de vista legislativo, tecnológico y concesional, ¿cuáles cree que serán los principales cambios en el corto y medio plazo? ¿Qué papel jugarán en este escenario los colectivos empresariales?
Se están sucediendo una serie de estrategias europeas, en particular aquellas formalizadas como directivas o reglamentos sobre el agua, que van a marcar un punto de inflexión indudable.
A dichas estrategias hay que sumar el PERTE de la Digitalización del Ciclo del Agua, propuestos por las empresas operadoras de agua españolas, cuyos importantes presupuestos de inversión y su excelente acogida por el sector supondrá un cambio radical en nuestra forma de gestionar.
Todas estas iniciativas y estrategias enmarcan lo que puede considerarse una evolución tan rápida y exigente, que casi podemos hablar de revolución de la forma de desarrollar nuestros servicios.
En aguas de consumo humano, Europa nos exige centrar el enfoque en la gestión del riesgo de una manera preventiva, pero también incrementar el control de calidad introduciendo nuevas exigencias, ampliando controles, recortando límites o estableciendo listas de observación sobre determinados materias y compuestos, así como una mayor transparencia hacia el ciudadano al que prestamos el servicio. Pero no se olvida de la necesidad de mejorar el parque de redes de distribución para reducir el agua no registrada. Y ello demandará fuertes inversiones.
En cuanto al borrador de Directiva de Tratamiento de Aguas Residuales Urbanas es muy ambicioso y demandará fuertes inversiones. La fijación de nuevos tratamientos cuaternarios, la generalización de terciarios en poblaciones medianas y pequeñas, la universalización de la depuración para agrupaciones poblacionales mayores de mil habitantes equivalentes y la neutralidad energética son sus principales objetivos. También insiste en la transparencia. Todos estos temas son muy relevantes, pero tendremos que poder encajarlos en escenarios temporales razonables.
Ante todos estos desafíos, sin duda las asociaciones sectoriales jugarán un papel muy importante.
¿Están preparadas las empresas españolas para cumplir los requisitos legislativos fijados, actuales y previstos, por la Unión Europea?
El sector del agua urbana español está altamente cualificado y sus empresas son referente de profesionalidad y últimas tecnologías a nivel mundial.
Pero nuestro sector no sólo está preparado, sino que aporta su conocimiento y experiencia y es un actor trascendente para la administración pública del agua en todos los ámbitos: Unión Europea, estatal, autonómico y local.
Es cierto que para el cumplimiento de los requisitos legislativos a los de debemos hacer frente se va a requerir mucha inversión, la puesta en marcha de numerosos activos asociados a los servicios, un fuerte progreso en innovación y una adaptación de las tarifas de los servicios para cumplir con los preceptos marcados por la Directiva Marco del Agua relativos a la “recuperación de costes”, una “adecuada contribución de los usos” y el conocido “quien contamina paga”.
Será fundamental aportar valor desde lo público y lo privado, de manera conjunta e indisoluble, y nuestro sector es un ejemplo de eficiencia de la colaboración público-privada. Y, sin duda, asociaciones como AEAS hacen mucho por ello y colaboran lealmente con las instituciones para impulsar el progreso de nuestro sector.