Cadamda cumple 120 años
Mucho ha pasado desde aquel 2 de julio de 1903 cuando un núcleo reducido de propietarios de aserraderos y corralones de madera realizó por primera vez una reunión con el objetivo de cambiar ideas acerca de la fundación de una sociedad que tuviera el propósito de defender y mejorar los intereses del gremio. Hoy, 120 años después, la Cámara de la Madera (Cadamda) celebra con los protagonistas de la industria y junto a ellos, concibe “un futuro sustentable con renovada determinación y compromiso, siempre con la madera en el centro de cada nuevo proyecto”.
“Ser pioneros no es sencillo, enarbolar la bandera de la madera como material preferencial en un mundo de cemento no ha sido tarea sencilla, pero hoy vemos claro que el trabajo hecho nos ha llevado a un lugar de privilegio, de posicionamiento único, de respeto en todos los sectores industriales, con voz y voto en la opinión pública. Y, sobre todo, a ser concretamente considerados como el material constructivo de un futuro sustentable para todos”, así, con emoción y profunda convicción, abrió su discurso Daniel Vier, presidente de Cadamda.
Con la amplia presencia de empresarios, pymes y otros actores del mundo de la madera y verdaderos protagonistas del sector industrial, como Sabina Vetter, directora nacional de la secretaria de Forestoindustria; Román Queiroz, presidente de la Federación Argentina de la Industria Maderera argentina (Faima), y Nora Reznik, presidenta de la Asociación de Fabricantes y Representantes de Máquinas, Equipos y Herramientas para la Industria de la Madera (Asora), se realizó este encuentro en el Hotel Meliá de Caba a fines de septiembre.
“Cuando pensamos en una organización que ha existido desde 1903 es impresionante considerar la cantidad de cambios que se han producido en el mundo en ese período. La tecnología ha avanzado de maneras que eran impensables en los primeros días de Cadamda, así como los valores y las expectativas sociales. Sin embargo, nuestra cámara ha perseverado y ha mantenido su esencia y propósito” continuó Vier.
“La madera ha sido un material fundamental en la historia de la humanidad. Desde tiempos ancestrales, ha sido utilizada para construir viviendas, crear obras de arte y satisfacer nuestras necesidades más básicas. Desde el corazón del bosque, de esa maravilla natural, encontramos a Cadamda, una organización que ha estado impulsando la industria maderera y toda su cadena de valor, promoviendo su crecimiento y desarrollo por más de un siglo” destacó el directivo. “Durante estos 120 años, Cadamda ha sido un faro de encuentro, innovación, excelencia y sostenibilidad en la industria. Ha sido el punto fundacional de comunión para las empresas afines y los profesionales del sector, fomentando la colaboración y el intercambio de conocimientos. Pero, más allá de eso, ha sido un verdadero motor de cambio y progreso para toda la cadena de valor de la madera y afines”.
Además, hubo un momento especial de reconocimiento y homenaje a dos figuras fundacionales para el sector, el recordado Dante Dommarco, “una persona excepcional, un verdadero ejemplo de generosidad y dedicación a la industria”. Y, además, al arquitecto Jorge Barroso, cuyo trabajo ha sido “un pilar fundamental en el desarrollo de la industria; un promotor incansable del uso responsable de la madera en la arquitectura y la construcción en Argentina’.
Actualmente, la entidad agrupa a productores forestales, aserraderos, industrias, importadores-exportadores y comercializadores de maderas y sus derivados. Como así también a fabricantes de productos para la preservación y el embellecimiento de la madera. El objetivo fundamental de la cámara es difundir el uso de la madera y sus derivados y reposicionar a la misma como un material noble, rentable y confiable.
¿Por qué con madera?
Porque es un producto renovable, reciclable y carbono neutro o positivo. En un mundo que tiene el desafío de absorber el crecimiento de la población, la inclusión en el bienestar de millones de pobres y en un contexto de recursos escasos y cambio climático, las opciones de productos amigables con un desarrollo sostenible son pocas. La madera es una de ellas. Provee materia prima para productos de primera necesidad de la población, como viviendas, muebles, papeles, energía, químicos, reemplazando en muchos casos, el uso de productos no renovables provenientes de la minería y los combustibles fósiles. Con las nuevas tecnologías, como la nanotecnología y las biorrefinerías, se agregan un sinnúmero de otras aplicaciones.
La madera es un recurso natural y sustentable que, debido a su velocidad de respuesta, la capacidad disponible del recurso forestal y el procesamiento industrial, permite dinamizar el empleo y las economías regionales, agregando valor a la materia prima proveniente de bosques cultivados como también por los claros beneficios ambientales, económicos y constructivos de los sistemas utilizados.
Se trata de una cadena de valor que tiene un efecto multiplicador desde la semilla, la plantación, resina y todos sus derivados, manejo forestal, cosecha de rollos, destino de rollos finos para celulosa y papel y de rollos para madera aserrable, aprovechamiento de desperdicio como chip y viruta para generación de energía renovable, maderas y molduras con destino para la construcción y viviendas con madera y muebles, entre otros usos.
Especialmente en la construcción y en comparación con otros materiales, la madera es un material renovable, reciclable y carbono neutro. Esto contribuye con la mitigación del cambio climático y a su vez con calentamiento global, siendo el material de menor demanda energética para su fabricación. Debido a su capacidad aislante superior a cualquier material de uso tradicional en el país, promueve un bajo consumo energético que implica ahorro para el usuario y la sociedad, en un contexto energético deficitario. Asimismo, la madera cuenta con una gran resistencia estructural en relación a su peso, con un óptimo comportamiento antisísmico, posee una buena resistencia ante el fuego, es durable, estética y cálida.